Ayer tuve la primera misa con los frailes. ¿Qué se siente? Nerviosismo, desde luego, pero también una experiencia de gracia. “Nuestro Padre” San Francisco, como le llamamos también los dominicos, ayudó en gran manera. La Misa fue a las 10 am, y estos hermanos han tenido la bondad de regalarme diversas palabras de apoyo así como correcciones a mis errores.
Por ejemplo: pronuncié “yoke” (yugo, el yugo de Cristo) como “joke” (un chiste, un apunte gracioso)… son las cosas de cada lengua.
A medida que pasan los días, cada uno de esos pequeños pasos, como en este caso haber presidido la Eucaristía, van haciendo que uno se sienta más “parte-de”. Y desde luego, ello hace mucho bien. Da fortaleza.
Quiero dejar testimonio público de mi gratitud al P. Prior, Ambrose O’Farrell. No es fácil tomar a una persona extranjera e irla introduciendo en las costumbres, estilos y modos de un lugar que, a pesar de pertenecer a la misma Orden Religiosa, tiene sus grandes diferencias. Ambrose, con su temperamento fuerte, pero claro y alegre, ha hecho una gran obra conmigo.
Bendiciones a todos!