Ayer tuve la primera misa con los frailes. ¿Qué se siente? Nerviosismo, desde luego, pero también una experiencia de gracia. “Nuestro Padre” San Francisco, como le llamamos también los dominicos, ayudó en gran manera. La Misa fue a las 10 am, y estos hermanos han tenido la bondad de regalarme diversas palabras de apoyo así como correcciones a mis errores.