Diálogos sobre Género, 1 de 6: La guerra semántica no ha cesado

[Retiro “Católico Soy” versión 2015. Advertencia: la naturaleza del tema de este retiro y el lenguaje directo propio de estas discusiones puede no ser apropiado para menores de edad sin acompañamiento de sus padres o responsables.]

Tema 1 de 6: Recordemos que estamos en guerra semántica

* Las persecuciones son de distintas clases. El Estado Islámico te quita la cabeza; la guerra semántica te la cambia.

* Caso típico es el de la palabra “meditación” que para la mayoría de la gente hoy se asocia con dejar la mente en blanco y practicar alguna variante de yoga o de budismo zen. Para el cristiano, meditar era una cosa muy distinta: reflexionar pausadamente sobre la Palabra de Dios o sobre la predicación de la Iglesia, típicamente en el contexto de un retiro espiritual.

* Una parte importante de la guerra semántica es usar determinadas palabras como clichés, lemas o eslógans que tienen mucha fuerza en el imaginario colectivo. Su valor es de símbolo de una causa, y por eso funcionan como “palabras-bandera” Entre esas palabras actuales tenemos términos como “igualdad,” “inclusión,” “tolerancia” y algunos otros. La gente no los analiza ni cuestiona más sino que los asume ingenuamente y forma bloque para defenderlas sin darse cuenta de los muchos matices que esas mismas palabras requieren.

* Otras palabras, en cambio, quedan convertidas en “palabras-dragón,” es decir, términos con los que se pretende atacar, marginar o incluso “demonizar” a quienes se atrevan a pensar de modo distinto a como se supone que todos debemos pensar. Entre esas palabras-dragón están “discriminación,” “hipocresía,” y “estás juzgando.”

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