Ejercicios sobre el perdón, 34

SANACIÓN POR LA CRUZ

Vamos a reflexionar sobre un elemento humano, una fuerza terrible que se opone y resiste al plan de Dios, a su amor. Es una enfermedad hereditaria que es sanada por la muerte de Jesús en la cruz. Esta enfermedad es el egoísmo, alimentado por el orgullo, que nos llevan a centrarnos en nosotros mismos, no importarnos los demás y convertirnos así en el centro del universo. Todo tipo de injusticia, odio, guerra, violencia están motivados por un egoísmo y un orgullo exagerados. Por la propia experiencia podemos afirmar que muchas enfermedades físicas son originadas por nuestro egoísmo. Cuántas úlceras, depresiones, tensones, dolores de cabeza, gastritis y otro tipo de dolencia brotan en nosotros debido a nuestro egoísmo.

El egoísmo: El egoísmo, que nos lleva a buscar la seguridad en nosotros mismo, tratando de ser el centro del universo, es un cáncer que va destruyendo completamente a quien lo padece. El egoísta no sabe darse, porque a nadie ama, ni siquiera a sí mismo. No puede ver a lo lejos, por eso nunca se fija en los otros, sino para sacar provecho de ellos. Sólo se ve, se escucha, se sirve a sí mismo y a sus intereses personales. La gratitud no existe en el corazón del egoísta. Más aún, el egoísmo es el causante de la miseria, adulterios, guerras, violencia que hay en el mundo, en la familia del egoísta y aún dentro de sí mismo.

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