La Historia de la Ratonera

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete.. Pensó luego, ¿Qué tipo de comida podía haber allí?.. Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera. Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos:

“Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!”

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo: “Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada, no me incomoda.”

El ratón fue hasta el cordero y le dice:

“Hay una ratonera en la casa, una ratonera!”

“Discúlpeme Sr. Ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, a no ser orar. Quede tranquilo que el señor será recordado en mis oraciones.”

El ratón se dirigió entonces a la vaca.

“¿El qué, Sr. Ratón? ¿Una ratonera? ¿Pero acaso, estoy en peligro? ¿Pienso que no!” Entonces el ratón volvió para la casa, cabizbajo y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa. La cobra picó a la mujer.

El granjero la llevo inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre. Todo el mundo sabe que, para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mato el cordero. La mujer no mejoró y acabo muriendo. Mucha gente fue al funeral. El granjero entonces sacrificó la vaca para alimentar a todo el pueblo…

¿Entendemos la lección?

Una reflexión – La Perseverancia

Un muchacho vivía solo con su padre, ambos tenían una relación extraordinaria y muy especial. El joven pertenecía al equipo de fútbol americano de su colegio, usualmente no tenia la oportunidad de jugar, bueno casi nunca, sin embargo su padre permanecía siempre en la gradas haciéndole compañía.

El joven era el mas bajo de la clase cuando comenzó la secundaria e insistía en participar en el equipo de fútbol del colegio, su padre siempre le daba orientación y le explicaba claramente que “él no tenia que jugar fútbol si no lo deseaba en realidad”… Pero el joven amaba el fútbol, no faltaba a una practica ni a un juego!, estaba decidido a dar lo mejor de sí, se sentía felizmente comprometido!!!!

Durante su vida en secundaria, lo recordaron como el “calentador de banco”, debido a que siempre permanecía sentado…. Su padre con su espíritu de luchador, siempre estaba en las gradas, dándole compañía, palabras de aliento y el mejor apoyo que hijo alguno podría esperar!!!

Cuando comenzó la Universidad, intento entrar al equipo de fútbol, todos estaban seguros que no lo lograría, pero a todos venció, entrando al equipo. El entrenador le dio la noticia, admitiendo que lo había aceptado además por como el demostraba entregar su corazón y su alma en cada una de las practicas y al mismo tiempo le daba a los demás miembros del equipo el entusiasmo perfecto. La noticia lleno por completo su corazón, corrió al teléfono mas cercano y llamo a su padre, quien compartió con el la emoción. Le enviaba en todas las temporadas todas las entradas para que asistiera a los juegos de la Universidad. El joven atleta era muy persistente, nunca falto a una practica ni a un juego durante los 4 años de la universidad, y nunca tuvo el chance de participar en algún juego!.

Era el final de la temporada y justo unos minutos antes que comenzara el primer juego de las eliminatorias, el entrenador le entrego un telegrama. El joven lo tomó y luego de leerlo quedo en el silencio….trago muy fuerte y temblando le dijo al entrenador: “Mi padre murió esta mañana, no hay problema de que falte al juego hoy?”. El entrenador le abrazo y le dijo “Toma el resto de la semana libre, hijo. Y no se te ocurra venir el sábado”.

Llego el sábado, y el juego no estaba muy bien, en el tercer cuarto, cuando el equipo tenia 10 puntos de desventaja, el joven entro al vestuario y calladamente se coloco el uniforme y corrió hacia donde estaba el entrenador y su equipo, quienes estaban impresionados de ver a su luchador compañero de regreso!!…

“Entrenador por favor, permítame jugar… Yo tengo que jugar hoy” imploro el joven. El entrenador pretendió no escucharle, de ninguna manera el podía permitir que su peor jugador entrara en el cierre de las eliminatorias. Pero el joven insistió tanto, que finalmente el entrenador sintiendo lástima lo acepto: “Okey hijo, puedes entrar, el campo es todo tuyo”.

Minutos después el entrenador, el equipo y el público, no podían creer lo que estaban viendo. El pequeño desconocido, que nunca había participado en un juego, estaba haciendo todo perfectamente brillante, nadie podía detenerlo en el campo, corría fácilmente como toda una estrella. Su equipo comenzó a ganar, hasta que empato el juego. En los segundos de cierre el muchacho intercepto un pase y corrió todo el campo hasta ganar con un touchdown. La gente que estaba en las gradas gritaba emocionada, y su equipo lo llevo cargado por todo el campo.

Finalmente cuando todo terminó, el entrenador notó que el joven estaba sentado calladamente y solo en una esquina, se acercó y le dijo: “Muchacho no puedo creerlo, estuviste fantástico!!!” Dime, cómo lo lograste? El joven miro al entrenador y le dijo: “Usted sabe que mi padre murió… pero sabía que mi padre era ciego?” El joven hizo una pausa y trato de sonreír… “Mi padre asistió a todos mis juegos, pero hoy era la primera vez que el podía verme jugar… y yo quise mostrarle que si podía hacerlo”…

La Naranja y el Ateo

Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio defendiendo la inexistencia de Dios. Después de haber finalizado su discurso, desafió a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma.

Un hombre que había sido bien conocido en la localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas, pero que había encontrado recientemente liberación y esperanza en Cristo Jesús acepto la invitación y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente.

El conferencista le pidió que hiciera la pregunta; el hombre, continuó imperturbable pelando la naranja en silencio, al termino de lo cual, se la comió.

Se volvió al conferencista y le preguntó : “¿Estaba dulce o agria?”

“No me pregunte tonterías”, respondió el orador con señales evidentes de enojo; “¿Como puedo saber el gusto si no la he probado?”

Y aquel hombre regenerado por el amor de Dios respondió entonces:

“Y ¿como puede usted saber algo de Cristo, si nunca lo ha probado?”

La Higuera en la Piedra

Un día, caminando por las sierras, disfrutando del paisaje y del descanso del fin de semana, encontré algo que llamó poderosamente la atención: una pequeña higuera creciendo en una piedra.

Como estaba con la cámara fotográfica, hice una foto, y mientras lo hacía, pensé, tengo que hacer un artículo sobre esto.

Muchos se preguntarán qué me llevó a hacer un artículo sobre una simple higuera. Pues bien, les diré que me llamó poderosamente la atención el nacimiento de este árbol frutal en un medio tan hostil y tan diferente al tradicional y todo esto lo relacioné con la disposición que tiene cada ser humano al afrontar en esta vida tantas dificultades

Cuando veía la higuera creciendo en la roca, paralelamente me acordaba de mucha gente que he escuchado, a lo largo de mi vida, decir estar deprimida, con problemas, que no podían salir adelante o con falta de tiempo para realizar un trabajo interior por no estar en un medio adecuado.

La higuera en la piedra me hizo pensar en todas aquellas personas que no supieron adaptarse al medio ambiente y sucumbieron ante las adversidades de la vida, y que ni siquiera entendieron el por qué de su paso por la vida.

Muchos pensamientos, de una manera intuitiva, me pasaron por la cabeza; me alegraba cuando veía esta higuera cumpliendo con su misión en la tierra…crecer a pesar de todo.

Todo ello me llevó a la reflexión; una reflexión que sólo me reafirmaba lo que ya sabía, pero intuitivamente sabía que tenía que escribir este artículo para muchos que aún necesitan reafirmar que no importa el medio en que uno viva, o en qué familia ha nacido, si es pobre o rico, si nació en el primer mundo o en el último, si nació con problemas o sin ellos. La vida tiene muchas facetas y nosotros, al igual que nuestra amiga la higuera, sólo tenemos que crecer a pesar de los obstáculos, aprender y crecer espiritualmente. Ese es nuestro fin, nuestro destino en nuestra evolución. Sucumbir en nuestra evolución es sólo demorar nuestra felicidad.

Anímate y sé como la higuera; no sólo crece, sino también da tus frutos para que otros también puedan crecer.

El Concilio Vaticano II, cuarenta años después (1)

Desde el descontento hasta la gratitud

El 8 de diciembre de 1965 tuvo lugar la clausura del Concilio Vaticano II, sin duda el acontecimiento eclesial de mayor impacto en el siglo XX. Cuarenta años después la discusión sobre sus intenciones, logros y deficiencias es amplia y algunas veces agria. No es difícil encontrar posturas divergentes, que van desde el descontento hasta la gratitud. Hay quienes piensan que apenas se avanzó un poco, aunque en la dirección correcta, y hay quienes piensan que sólo un milagro puede salvar a la Iglesia de los desmanes de aquella época. Algunos hablan como si la Iglesia hubiera empezado a existir hace 40 años y otros creen que la Iglesia, la verdadera, existió sólo hasta el comienzo del Concilio.

La discusión no es menos intensa si se piensa en las realidades actuales. Para algunos, el Papa Juan Pablo II es el adalid y verdadero intérprete del Concilio; otros dirán que él consumó la “traición” a la tradición, y otros que traicionó el “espíritu” del Concilio. Especialmente esta última expresión es bastante socorrida por esta época aquí en Europa: para muchos el Papa Benedicto viene a ser el sepulturero de ese “espíritu,” pues las consignas esenciales de colegialidad, subsidiaredad, comunión y participación están siendo relegadas bajo montañas de leyes, rúbricas, disciplina y manuales.

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