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Hoy se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro, una ocasión solemne que se remonta al siglo cuarto, con la que se rinde homenaje, se celebra el primado y la autoridad de San Pedro.
La palabra "cátedra" significa asiento o trono, y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un Obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también "sede" (asiento o sitial): la "sede" es el lugar desde donde un Obispo gobierna su Diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del Obispo de Roma, el Papa.
Antes de rezar el Ángelus en este día, el Papa Juan Pablo II recordó, que, "la festividad litúrgica de la Cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los Apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe."
"En esto consiste el 'Ministerium Petrinum', ese servicio peculiar que el Obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial."
"Recemos", -dijo-, "para que la Iglesia, en la variedad de culturas, lenguas y tradiciones, sea unánime en creer y profesar las verdades de fe y de moral transmitidas por los Apóstoles."
La cátedra es en realidad el trono que Carlos, el Calvo, regaló al Papa Juan VIII y en el que fue coronado emperador el día de Navidad del año 875. Carlos, el Calvo, era nieto de Carlomagno. Durante muchos años la silla fue utilizada por el Papa y sus sucesores durante las ceremonias litúrgicas, hasta que fue incorporada al Altar de la Cátedra de Bernini en 1666.
Tradiciones, leyendas y creencias afirmaron durante muchos años, que la silla era doble y que algunas partes se remontaban a los primeros días de la era cristiana e incluso, que la utilizó San Pedro en persona.
La silla ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los siglos. La última vez que resultó ser extraída del nicho que ocupa en el altar de Bernini, fue durante un período de seis años, entre 1968 y 1974.
Los análisis efectuados en aquella ocasión, apuntaban a que se trataba de sólo una silla, cuyas partes más antiguas eran del siglo VI. Lo que se había tomado por una segunda silla, era en realidad una cubierta que servía tanto para proteger el trono, como para llevarlo en procesión.
Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro, permanece iluminado todo el día con docenas de velas. Se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la Eucaristía del Capítulo de San Pedro.
Dios dijo a Noé y a sus hijos: "Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra." Y Dios añadió: "Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes."
Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas. / Acuérdate de mí con misericordia, / por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. R.
Tus sendas, Señor, son mi misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza. (Salmo 24)
2a.
Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas. Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."
Se dejaba tentar por Satanás, y los ángeles le servían (Marcos 1,12-15)
Juan recuerda que hemos sido infieles al pacto con Dios y por eso es asesinado. Jesús no soporta que la voz de Esperanza de Juan sea apagada y comienza a predicar el arrepentimiento pero también la buena noticia de que el Reino de Dios está cerca. 19 min. 7 seg.
El sentido profundo del Domingo Primero de Cuaresma, que recuerda las tentaciones de Cristo, es precisamente que la tentación sí puede ser vencida. 4 min. 52 seg.
¿Qué es una tentación? ¿Por qué se pide en el Padrenuestro que Dios no nos lleve a tentación, si él no tienta, según el apóstol Santiago? ¿Cómo la victoria de Cristo es nuestra? 24 min. 21 seg.
El primer domingo de cuaresma siempre nos recuerda un dato básico: es posible y grave extraviarse; pero quien permanece en Cristo no falla el camino. 6 min. 1 seg.
En Cuaresma al practicar la oración, el ayuno y la limosna participamos del desierto, reconocemos nuestra verdad y nos reencontramos con el plan de Dios. 5 min. 53 seg.
DOMINGO I CUARESMA, CICLO B - El desierto es el tiempo de la verdad porque nos muestra lo que hay en el corazón, del amor más profundo porque nos lleva a amar a Jesús y es memoria de la alianza con Dios porque es donde todo ídolo falla y cae. 6 min. 55 seg.
Examinémonos e identifiquemos nuestras debilidades y tentaciones para poder entrar en batalla; pero aprendamos de Jesús que la tentación está ahí no para ser vencidos sino para vencer. 8 min. 6 seg.
1.1 He aquí la expresión a la que temen todos los endeudados: "plazo cumplido". Terminado el plazo, viene el cobro, y con el cobro, la angustia de no poder pagar y tener que enfrentar vergüenza y castigo.
1.2 Esta vez, sin embargo, el anuncio del plazo agotado va unido a un pregón de sorprendente alegría: "el Reino de Dios se ha acercado". Jesús mismo es el horizonte entre ese tiempo anterior al plazo cumplido y aquel Reino que viene. La puerta para pasar de una a otra realidad es una palabra que llena toda la Cuaresma: "conviértanse".
1.3 Jesús trae esa palabra de la soledad del desierto, adonde lo ha "empujado" el Espíritu Santo. En el crisol del ayuno, la oración y el silencio, Cristo ha recogido los cabos sueltos de nuestra historia humana; ha comprendido de modo singular y hondísimo nuestro drama y ha encontrado una brecha de debilidad en las murallas de nuestro orgullo. Sabe que por ahí puede colarse la salvación. Entonces ha vuelto a la ciudad a predicar, y su mensaje es puro fuego: " ¡crean en el Evangelio! ".
1.4 La Iglesia entera, especialmente en el tiempo de cuaresma, acompaña a Cristo en este desierto. Se sabe acechada y tentada por el diablo, se sabe sola y peregrina, se sabe rodeada de fieras y acompañada de ángeles; sabe también que hay un drama en ese silencio que nos deja presentir a Dios sin nunca verle y abrazarnos a su amor sin todavía poseerlo. Pero sobre todo la Iglesia sabe que en todo ello no está sola sino que su Esposo comparte el camino y marca una ruta que conduce finalmente a la conversión y al gozo de la Buena Nueva.
2. La fuerza del bautismo
2.1 La segunda lectura trae un tema complementario: la fuerza del bautismo.
2.2 La imagen que nos trae el apóstol Pedro es un poco compleja, sobre todo por aquello de los "espíritus encarcelados", que no abordaremos en esta ocasión. Pero la idea general es clara: así como Noé y su familia fueron salvados a través de las aguas del diluvio por el arca, mientras todo perecía, así los cristianos sobreviven a un mundo pecador a través de las aguas del santo bautismo.
2.3 Es interesante comparar al bautismo con un diluvio, por aquello que significaba el agua para los hebreos. El agua era a la vez señal devastadora de muerte y principio irreemplazable de vida. El agua podía hacer eso que describe el relato del diluvio: borrar, cancelar una historia y hacer desaparecer a los agentes de iniquidad. El agua tiene poder para arrasar y limpiar.
2.4 Ese poder "natural", sin embargo, es sólo un símbolo, una sugerencia del verdadero poder que detenta Dios solo y que llega a nosotros con el bautismo. Lo que no es de Él, lo que no le pertenece, lo que no le agrada puede ser borrado radicalmente por la fuerza de su designio, que ha quedado patente en aquel que estuvo muerto y ahora vive por los siglos de los siglos (Ap 1,18). Fiados de esa gracia eficaz entramos de lleno en la cuaresma, sabiendo que el que nos ha llamado ha recorrido el primero nuestra senda y ha tomado victoria de nuestra historia.