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Padre del monasticismo occidental, decidió abandonar Roma y el mundo, para evitar la vida licenciosa de dicha ciudad. Vivió como ermitaño por muchos años en una región rocosa y agreste de Italia.
En Vicovaro, en Tívoli y en Subiaco, sobre la cumbre de un farallón que domina Anio, residía por aquel tiempo una comunidad de monjes, cuyo abad había muerto.
Decidieron pedirle a San Benito que ocupara su lugar. Al principio se negó, pero luego cedió ante la insistencia.
Pronto se puso en evidencia, que las estrictas nociones de disciplina monástica que San Benito observaba, no se ajustaban a ellos, porque quería que todos vivieran en celdas horadadas en las rocas.
El mismo día retornó a Subiaco, no para seguir llevando una vida de retiro, sino con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había preparado durante esos tres años de vida oculta.
No tardaron en reunirse a su alrededor los discípulos, atraídos por su santidad y sus poderes milagrosos.
San Benito se encontró, entonces, en posición de empezar ese gran plan de "reunir en aquel lugar a muchas y diferentes familias de santos monjes dispersos en varios monasterios y regiones".
"El fin es hacer de ellos un sólo rebaño según su propio corazón, para unirlos en una casa de Dios bajo una observancia regular y en permanente alabanza al nombre de Dios".
Por lo tanto, colocó a los que deseaban obedecerle en los doce monasterios de madera, cada uno con su prior. Él tenía la suprema dirección sobre todos, y vivía con algunos escogidos, a los que deseaba formar con especial cuidado.
A causa de algunos problemas con el sacerdote Florencio, se trasladó a Monte Cassino. En esta región, sobre las ruinas del templo de Apolo, - al que los habitantes de este lugar rendían culto antes de su llegada -, construyó dos capillas y la Abadía de Monte Cassino, alrededor del año 530.
De aquí partió la influencia que iba a jugar un papel tan importante en la cristianización y civilización de la Europa post-romana.
Fue tal vez durante este período, que empezó a concretizar su "Regla", la que está dirigida a todos aquellos que renunciando a su propia voluntad, tomen sobre sí "la fuerte y brillante armadura de la obediencia, para luchar bajo las banderas de Cristo, nuestro verdadero Rey".
Prescribe una vida de oración litúrgica, estudio y trabajo, llevado socialmente en una comunidad y con un padre común.
San Benito vaticinó el día de su muerte. El último día recibió el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Fue enterrado junto a Santa Escolástica, su hermana, en el sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo, que él mismo destruyó en Monte Cassino.
Mostoles-Madrid, España (1976) - Os pedimos que hoy nos presenten ante el Señor para que siga bendiciendo nuestro matrimonio. son ya 34 años. Gracias Señor
En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo, que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: "Mirad, el pueblo de Israel está siendo más numeroso y fuerte que nosotros; vamos a vencerlo con astucia, pues si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y después se marchará de nuestra tierra."
Así, pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitom y Ramsés. Pero, cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más. Hartos de los israelitas, los egipcios les impusieron trabajos crueles, y les amargaron la vida con dura esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos, y toda clase de trabajos del campo; les imponían trabajos crueles. Entonces el Faraón ordenó a toda su gente: "Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida."
Vamos a vencer con astucia a Israel, porque está siendo más numeroso y fuerte que nosotros (Éxodo 1,8-14.22)
Salmo
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte / -que lo diga Israel-, / si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, / cuando nos asaltaban los hombres, / nos habrían tragado vivos: / tanto ardía su ira contra nosotros. R.
Nos habrían arrollado las aguas, / llegándonos el torrente hasta el cuello; / nos habrían llegado hasta el cuello / las aguas espumantes. / Bendito el Señor, que no nos entregó / en presa a sus dientes. R.
Hemos salvado la vida, como un pájaro / de la trampa del cazador; / la trampa se rompió, y escapamos. / Nuestro auxilio es el nombre del Señor, / que hizo el cielo y la tierra. R.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor. (Salmo 123)
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro."
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Faraón intenta a toda costa disminuir la natalidad de los israelitas. Su última estrategia es la eliminación de vida humana inocente--como también sucede hoy. Necesitamos nuevos Moisés. 4 min. 36 seg.
Cristo viene a traer inquietud, dinamismo, movimiento a nuestra vida para ponernos en movimiento y descubrir que su Palabra es eficaz en nosotros. 4 min. 24 seg.
El seguimiento de Cristo implica estas exigencias: ponerlo a Él en primer lugar, perderlo todo con tal de ganarlo a Él en primer lugar y entrar en conflicto con el mundo por su causa. 5 min. 40 seg.
No permitamos que nuestro corazón se llene de codicia, desconfianza, falsa solución y astucia produciendo maltrato, crueldad y finalmente homicidio. 6 min. 2 seg.
El pecado, sea personal, comunitario o eclesial, llega a crear una cierta apariencia de orden, que debe romperse por vida de contrición y conversión, para que brille de verdad el Evangelio de Cristo. 27 min. 11 seg.
Si la misericordia se convierte en un permiso para pecar esa no es la misericordia del Evangelio, la que hace que la vida cambie y se vuelva a Jesús y es por ello que nos corresponde mantener la unidad en la confesión de una misma fe evitando toda división. 4 min. 54 seg.
1.1 De tantas cosas que podemos aprender de la primera lectura, destaquemos una, que los imperios tienen siempre un enemigo declarado: los niños.
1.2 Los niños son la fuerza de la vida nueva; son el mensaje que saluda al presente desde el futuro. El mundo que pisamos es más de ellos que nuestro, y por eso su sola presencia nos recuerda que nunca seremos demasiado dueños de nada.
1.3 Faraón rechaza, por supuesto, esa idea; sufre con horror la idea de que su imperio cambie la forma que él conoce, que él ha establecido. Quisiera que su voluntad se volviera eterna y que ninguna fuerza nueva cambiara sus planes. Su solución: que los niños mueran. Es la "solución" que repiten los faraones de nuestro tiempo.
2. La intransigencia de Jesús
2.1 Comenta Noel Quesson: "Esta frase no significa, evidentemente, que podamos ser negligentes en atender y amar a nuestros padres: en otros lugares del evangelio Jesús insiste para que nuestro amor hacia ellos sea real y se traduzca en actos concretos de ayuda mutua y de justicia (Marcos 7, 11). Estas frases no deben pues utilizarse para justificar nuestro temperamento desabrido o violento... o bien para excusar una incapacidad personal, de hijo egoísta, que nos impediría amar sinceramente a los nuestros o a aquellos con los que convivimos.
2.2 "No, estas frases se refieren a ciertas circunstancias en nuestra existencia, en las que hay que decidirse y tomar partido por Dios y por su causa, por Jesús: ser buen cristiano y seguir a Jesús, puede provocar la oposición de nuestros deudos... En este caso, ¡Jesús nos pide que seamos capaces de preferirlo! Es, ciertamente, una cuestión de amor, de preferencia: hay casos en los que estamos obligados a tomar una decisión. Siguiendo a Jesús, no hay que dudar en esos casos. Todos los lazos terrestres, aun los más sagrados, como los de la familia, de la sangre, del ambiente, deben pasar, entonces a un segundo plano.
2.3 Hay que salir de sí mismo, ir más allá, superarse. En el olvido de sí mismo es donde se halla la verdadera VIDA, la verdadera felicidad, el verdadero crecimiento y plenitud. La Palabra de Jesús no tiene pues ningún aspecto negativo, ni triste ni punible: es una palabra de luz y de alegría. Dando su propia vida, como Jesús, uno encuentra la vida, y esta vida, que se encuentra de nuevo es mucho más valiosa que la simple vida terrestre (Juan 10, 10).
2.4 "Cada misa es el memorial y la renovación del don que Jesús hizo de Sí mismo antes de pedirnos que esta actitud sea también la nuestra: He aquí mi vida entregada por vosotros, he aquí mi cuerpo y mi sangre entregados por vosotros..."
Hijo mío, si escuchas mis palabras y no olvidas mis consejos; si prestas oído a la sabiduría y atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y le haces caso a la sensatez; si procuras todo esto como procuras el dinero y lo buscas como un tesoro, entonces comprenderás lo que significa el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios.
Porque el Señor es quien da la sabiduría y de su boca proceden el saber y la inteligencia. El atesora los aciertos para los hombres justos y es un escudo para los hombres de conducta intachable; él protege a los que cumplen con su deber y cuida en su camino al hombre bueno.
Teniendo presente esto comprenderás lo que es justo y debido, y todas las cosas que son convenientes y buenas.
Esperé confiadamente en el Señor: él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Puso en mi boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: «Aquí estoy.» R.
«En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo. Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón.» R. Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, tú lo sabes, Señor. R.
En aquel tiempo, Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús:
«Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús le dijo:
«Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».
Ustedes, los que han dejado todo y me han seguido, recibirán el ciento por uno (Mateo 19, 27-29)
Radicalidad, que imprime dinamismo, y estabilidad, que llama a la perseverancia en la tarea de cada día: tal es el carisma único de este santo patriarca. 8 min. 1 seg.
Por la decadencia actual en las virtudes necesitamos pastores como San Benito que rescaten los valores para esta y para las nuevas generaciones. ¡San Benito, ruega por nosotros! 6 min. 39 seg.
FIESTA DE SAN BENITO ABAD, PATRONO DE EUROPA - San Benito nos enseña que en la comunidad se salvaguarda la fe, que la estabilidad es importante para crecer, no buscar solo lo extraordinario y que Cristo es lo más importante. 5 min. 13 seg.
San Benito conoció la mediocridad y decadencia de la Iglesia de su tiempo pero hizo lo que hacen los santos: empezar por trabajar en sí mismo. 20 min. 1 seg.
Hay demasiadas vidas mutiladas ¿Dónde está el espíritu de San Benito? ¿Dónde está la gente fastidiada, hastiada? Necesitamos personas cuya prioridad sea Dios. 6 min. 28 seg.
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1.1 Antes de san Benito, el mundo occidental habló de la perfección cristiana básicamente en dos claves: el martirio y el ascetismo extremo. Los nombres de los grandes mártires fueron siempre inspiración profunda, motivo de gratitud y certeza de la presencia divina. ¿Quién no se siente feliz de pertenecer a la misma iglesia del noble y venerable Policarpo, que prefirió ser quemado vivo, antes que renegar, en su ancianidad, de aquel de quien dijo haber recibido "sólo bienes"? ¿A quién dejaría de impactar una muerte como la de aquellos que fueron devorados por las fieras en el coliseo, y que razonaron como el gran Ignacio de Antioquía: "Soy trigo de Dios y debo ser molido para volverme pan de Cristo"?
1.2 Tras las huellas de estos y otros muchos mártires, de ambos géneros, los más antiguos monjes llevaron vidas extremas que parecían prácticamente un largo martirio. El ayuno habitual, las duras vigilias, la extrema pobreza, el recurso al desierto o el aislamiento formaron parte del arsenal de las almas ansiosas de una perfección que ya no podían esperar por la vía rápida de la persecución y la violencia exterior. Así se forjaron hombres como San Antonio, Abad, o los muy famosos monjes cercanos a Tebas.
1.3 Estas dos clases de santidad parecían no sólo remotas sino del todo impracticables. El heroísmo próximo al mito parecía un camino imposible que debería quedar como patrimonio de una selecta élite de atletas del espíritu. Benito de Nursia vio las cosas de otro modo. Centró su corazón y el de sus monjes en un mensaje sencillo: centrarse en Dios, no anteponer nada a Cristo.
2. Una vida con propósito
2.1 Especialmente en el monasterio de Montecasino, Benito pudo enseñar de palabra y con el ejemplo la sencillez y la belleza de una vida escondida en Dios. El trabajo manual se alterna con el estudio, la oración y una vida sobria marcada por la comunión de bienes y el servicio a todos. El resultado fue una especie de santidad más "humana" que pronto atrajo verdaderas legiones de monjes y monjas.
2.2 La obra benedictina ha tenido inmensos bienes a la civilización occidental. Los monasterios se convirtieron no sólo en oasis de paz, oración y búsqueda espiritual, sino también en bibliotecas públicas, hospederías, talleres, graneros, lugares, en fin, de creación e implementación de nuevas tecnologías. La influencia de Benito sólo puede ser apreciada a la luz de su impacto en siglos y siglos de predicación, oración, estudio, evangelización y cultura, primero en Europa, y luego en el resto del mundo.