Lección V:
La vida de cada día
La religión tiene fama de ser cosa que nos aleja del mundo. En realidad, la Palabra de Dios tiene multitud de enseñanzas práticas e inspiradoras para la vida cotidiana.
V-A. Saber valorarse en la justa medida
176. Hijo, gloríate con moderación, y estímate en lo que vales. (Sir 10,28)
177. ¿Quién apreciará al que desprecia su vida? (Sir 10,29)
178. No te hagas el sabio cuando cumples tu encargo. (Sir 10,26)
179. Mantente en tu quehacer y conságrate a él. (Sir 11,20)
180. Y no digas: Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas. Acuérdate del Señor, tu Dios, que es él quien te da la fuerza para que consigas estas riquezas, y así mantiene la alianza que hizo a tus padres, como lo hace hoy. (Dt 8,17-18)
Véase también: I-C, VI-B, VII-E
V-B. Distribuir bien el tiempo
181. Hijo, no te metas en múltiples asuntos, si los multiplicas no saldrás bien parado. (Sir 11,10)
182. La sabiduría del escriba se adquiere en los ratos de sosiego; el que se libera de negocios se hará sabio. (Sir 38,24)
V-C. El verdadero significado del amor y la amistad
183. No se demuestra en la prosperidad el amigo, ni queda oculto en la adversidad el enemigo. (Sir 12,8)
184. Nunca te olvides del amigo fiel, y acuérdate de él cuando seas rico. (Sir 37,6)
185. El amigo fiel es refugio seguro; quien lo encuentra, encuentra un tesoro; un amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor. (Sir 6,14-15)
186. Hay quien hace promesas a su amigo por vergüenza, y se gana un enemigo sin necesidad. (Sir 20,23)
187. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable. (Ct 8,7)
Véase también: III-A, III-G, IV-B, IV-C, IV-E, VI-C, X-C
188. Lo primero de todo recomiendo que se ofrezcan súplicas, peticiones, intercesiones y acciones de gracias por todas las personas, especialmente por reyes y autoridades, para que podamos vivir tranquilos y serenos con toda piedad y dignidad. (1 Tm 2,1-2)
189. Que cada uno se someta a las autoridades establecidas, pues toda autoridad procede de Dios; él ha establecido las que existen. (Rm 13,1)
190. La soberanía pasa de una nación a otra, por las injusticias, las violencias y el dinero. (Sir 10,8)
Véase también: VI-C
V-E. Los bienes de esta tierra
191. La avaricia seca el alma. (Sir 14,9)
192. Hay quien compra mucho con poco dinero, pero luego lo paga siete veces más caro. (Sir 20,12)
193. Difícilmente se libra de falta el negociante, el comerciante no quedará limpio de pecado. (Sir 26,29)
194. Por amor a la ganancia han pecado muchos. (Sir 27,1)
195. Entre dos piedras juntas se planta una estaca, y entre venta y compra se introduce el pecado. (Sir 27,2)
196. Más vale vida de pobre bajo techo de tablas que comida suntuosa en casa de extraños. (Sir 29,22)
197. Feliz el rico que fue hallado intachable, que tras el oro no se fue. ¿Quién es, y le felicitaremos?, pues obró maravillas en su pueblo. ¿Quién sufrió esa prueba y fue hallado perfecto? Será para él motivo de gloria. ¿Quién pudo pecar y no pecó, hacer el mal y no lo hizo? (Sir 31,8-10)
198. Lo primero para vivir es agua, pan, vestido, y casa para abrigarse. (Sir 29,21)
Véase también: II-E, III-K, VI-A, IX-A
199. Sean muchos los que te saluden, mas para consejero, uno entre mil. (Sir 6,6)
200. Acude siempre a quien teme al Señor, a quien sabes que observa los mandamientos, que tiene una conciencia como la tuya, y que compartirá tu pena si llegas a caer. (Sir 37,12)
201. Mantén firme el consejo de tu corazón, que nadie es para ti más fiel que él. (Sir 37,13)
Véase también: VI-D, VIII-B, X-C
202. Antes de que muera, no declares dichoso a nadie; en el desenlace se conoce al hombre. (Sir 11,28)
203. Hay quien, debido a su pobreza, no puede pecar. (Sir 20,21)
204. El corazón del hombre modela su rostro tanto hacia el bien como hacia el mal. (Sir 13,25)
205. No es sabiduría el conocimiento del mal, no está en el consejo de los pecadores la prudencia; hay un saberlo todo que es abominación. (Sir 19,22-23)
206. Tratar de asir una sombra o perseguir al viento es buscar apoyo en los sueños. Espejo y sueño son cosas semejantes: frente a un rostro, la imagen de un rostro. (Sir 34,2-3)
207. A muchos extraviaron los sueños, y por confiar en ellos fracasaron; a menos que vengan de parte del Altísimo, no hagas caso de ellos. (Sir 34,7.6)
208. No creas todo lo que se dice. A veces se resbala uno sin querer, y ¿quién no ha pecado con su lengua? Interroga a tu prójimo antes de amenazarle. (Sir 19,15-17)
209. No avientes con cualquier viento ni sigas cualquier dirección. Sé consecuente en tu pensar y coherente en tus palabras; sé pronto para escuchar y calmoso para responder. (Sir 5,9-11)
Véase también: II-A, III-H, III-I, VI-D
210. ¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el hombre que vive en paz entre sus bienes, para el varón desocupado a quien todo le va bien! (Sir 41,1)
211. No temas la sentencia de la muerte; recuerda tus comienzos y tu fin. Esta sentencia viene del Señor sobre toda carne. ¿Por qué desaprobar el agrado del Altísimo? (Sir 41,3-4)
212. Las reflexiones del hombre y el miedo de su corazón es la cuestión del futuro, el día de su muerte. (Sir 40,2)
213. Con el reposo del muerto deja que repose su memoria; consuélate de él después de su partida. (Sir 38,23)
214. Llora al muerto, pues la luz lo abandonó; llora también al necio, porque perdió la inteligencia. Llora menos por un muerto, porque ya descansa, pues la vida del necio es peor que la muerte. (Sir 22,11)
Véase también: IX-B
215. El Señor hace salir de la tierra los remedios, y el hombre prudente no los desprecia. Con ellos el médico sana o alivia el dolor; con ellos el boticario hace sus mixturas. Y así las obras del Señor no tienen fin, y de él procede la salud sobre la tierra. (Sir 38,4.7-8)
216. Pues bien, ya comáis o bebáis o hagáis lo que sea, hacedlo todo a gloria de Dios. (1 Cor 10,31)
Véase también: VIII-E