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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Miércoles, Febrero 9 de 2011[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Impar,
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Lectura: |
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1a. |
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén (Génesis 2,4b-9.15-17) |
Salmo |
Bendice, alma mía, al Señor. (Salmo 103) |
Evangelio |
Lo que sale de dentro es lo que hace impuro el hombre (Marcos 7,14-23) |
Núm. |
Datos |
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2003/02/12 |
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2011/02/09 |
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2015/02/11 |
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2017/02/08 |
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2019/02/13 |
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2021/02/10 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. Un jardín para el hombre1.1 Es tan dura la vida, en tantas ocasiones, que cuando nos hablan de un jardín de delicias lo más probable es que releguemos todo ello a tierras de la fantasía. Dios que hace un jardín; Dios que pone al hombre en ese jardín: parece un mito, una fábula que sólo merece algo de curiosidad, quizás. 1.2 La enseñanza que en este relato subyace, sin embargo, no tiene nada de fantasioso ni de cuento para niños. Vamos a decirlo de este modo: ¿eres capaz de pensar en un mundo sin envidia, sin orgullo, sin racismo y sin codicia? ¿Puedes imaginar un planeta en el que la solidaridad es el lenguaje que todos entienden y la maldad no tiene más espacio que una palabra en el diccionario? Pues bien, cuando uno entiende que el pecado NO tendría por qué existir, y que todos los pecados pasan finalmente por nuestras decisiones, entiende también por qué aquella tierra sin pecado era simplemente... un Edén. 2. El conocimiento del bien y del mal2.1 ¿Por qué Dios impone una restricción en cuanto a los árboles del jardín? ¿Para qué siembra un árbol del que prohíbe comer? Es una pregunta que hacemos no con pretensiones de juzgar su obrar, desde luego, sino de entender el maravilloso relato que nos ha llegado en el Génesis. 2.2 ¿Era una prueba para ver si obedecían algo tan sencillo? ¿Es un recurso literario para introducir lo que sigue después, es decir, la historia de la serpiente? ¿Es el rezago de una historia anterior, escrita tal vez en otra cultura y tomada en préstamos por los hebreos? Ninguna de estas hipótesis satisface en realidad. 2.3 Intentemos una respuesta. Tal vez deberíamos decir que el árbol tenía que estar. Era propio de la dignidad de una creatura libre. El bien y el mal no existen propiamente en un entorno que no sea el humano. No cabe hablar de una semejanza con Dios sin la posibilidad de descubrir la bondad que uno recibe o encuentra. Y ese descubrimiento implica necesariamente una libertad. El árbol tenía que estar; es como el símbolo mismo de la estatura moral que es propia de la creatura inteligente. 2.4 ¿Qué es comer del árbol? Es apropiarse del conocimiento que da. ¿Qué quería Dios con el árbol si no era para comer? Era una señal de la grandeza, un espejo de aquello que el hombre y sólo el hombre es; un recordatorio o signo tangible del amor de predilección que había establecido al ser humano en una calidad de vida singular. Podemos decir que era una alianza. Había que mirarla y admirarla pero no pretender poseerla y manejarla. 2.5 El texto que sigue en el Génesis nos muestra que este propósito no se consiguió con este árbol, pero ciertamente sí se consiguió en ese otro árbol que es la Cruz. Ese nuevo árbol da profundísimo conocimiento del bien y del mal, y está ahí, a la vista de todos, como señal de alianza eterna. 3. ¿Qué mancha al hombre?3.1 Cuando uno mira con los ojos del corazón ese hermoso jardín se pregunta de dónde pudo venir el desorden. Y cuando uno mira el mundo en que estamos, con todos sus recursos naturales, con todas sus maravillas y bellezas, con toda su diversidad y la ciencia que hemos construido como raza humana igualmente se pregunta de dónde viene el desorden; por qué el mundo no es como podría ser. 3.2 Jesús nos invita a volver los ojos sobre el propio corazón. El problema no está afuera, ni siquiera en las incitaciones de los hombres perversos. El problema nace de adentro; toda la maldad que veamos en el mundo fue primero aprobada por algún corazón humano. 3.3 Es allí entonces donde debe nacer la conversión; es allí donde debe celebrarse la alianza; es allí donde Dios puede encontrar su nuevo jardín, y el hombre un nuevo y mejor paraíso. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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