Pablo Miki nació en Japón en el año 1566. De una familia pudiente, fue educado por los jesuitas en Azuchi y Takatsuki. Entró en la Compañía de Jesús y predicó el evangelio entre sus conciudadanos con gran fruto.
Al recrudecer la persecución contra los católicos, decidió continuar su ministerio. Entonces, resultó ser apresado junto con otros.
En su camino al martirio, él y sus compañeros cristianos fueron forzados a caminar 600 millas para servir de escarmiento a la población.
Iban cantando el Te Deum. Les hicieron sufrir mucho, y finalmente, llegaron a Nagasaki. Mientras perdonaba a sus verdugos, lo crucificaron el día 5 de febrero de 1597. Desde la cruz predicó su último sermón.
Junto a él padecieron glorioso martirio, el escolar Juan Soan, de Gotó, el hermano Santiago Kisai, de la Compañía de Jesús, y otros 23 religiosos y seglares.
Todos ellos fueron canonizados por Pío IX en 1862.