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Miguel Ghislieri nació en 1504 en Bosco, en la Diócesis de Tortona, y tomó el hábito de Santo Domingo, a los 14 años, en el Convento de Voghera.
En 1556 fue elegido Obispo de Nepi y Sutri. Al año siguiente lo nombraron Inquisidor General y Cardenal.
El Santo tomó el nombre de Pío V desde el primer momento de su Pontificado en 1565, y puso de manifiesto que estaba decidido a aplicar, no sólo la letra sino también el espíritu del Concilio de Trento.
En 1568 se publicó un nuevo Breviario, en el cual se omitían las fiestas y extravagantes leyendas de algunos Santos, dándose a las lecciones de la Sagrada Escritura su verdadero lugar.
Además, se terminó el Catecismo que el Concilio de Trento había mandado redactar, y el Pontífice pidió traducirlo a diferentes lenguas.
El éxito del Papa se debió en gran parte a la veneración que el pueblo le profesaba por su santidad. La oración era fervorosa, y frecuentemente, además, visitaba los hospitales, asistiendo personalmente a los enfermos.
Sin embargo, durante el Pontificado, tuvo que enfrentar dos grandes amenazas: la difusión del protestantismo y las invasiones de los turcos, frente a lo cual trabajó incansablemente.
En 1572, Pío V sufrió el violento ataque de una dolorosa enfermedad, que le produjo la muerte el primero de mayo del mismo año, a los 68 años de edad.
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar: "¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre." Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron: "¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído." Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.
No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído (Hechos 4,13-21)
Salmo
Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / El Señor es mi fuerza y mi energía, / él es mi salvación. / Escuchad: hay cantos de victoria / en las tiendas de los justos. R.
La diestra del Señor es excelsa, / la diestra del Señor es poderosa. / No he de morir, viviré / para contar las hazañas del Señor. / Me castigó, me castigó el Señor, / pero no me entregó a la muerte. R.
Abridme las puertas del triunfo, / y entraré para dar gracias al Señor. / Ésta es la puerta del Señor: / los vencedores entraran por ella. / Te doy gracias porque me escuchaste / y fuiste mi salvación. R.
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. (Salmo 117)
Evangelio
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación."
Los apóstoles no tratan a Cristo como un recuerdo o una simple inspiración sino como aquel que vive, aquel que expresa el querer y designio definitivo de Dios, y que obra prodigios y da fuerza a los suyos. 4 min. 26 seg.
Pidamos al Espíritu Santo que nos dé para este tiempo y los tiempos venideros, la valentía, la fuerza y la alegría a todos los queremos creer plenamente en Jesucristo. 4 min. 41 seg.
El centro de nuestra fe se basa en el testimonio de los discípulos que afirman que Jesucristo era una persona real, que murió y que resucitó 5 min. 56 seg.
Es grande el contraste entre el escepticismo inicial de los apóstoles y su valor ante el sanedrín. El cambio vino y viene de Aquel que hace Pascua en nosotros: el Espíritu Santo. 12 min. 48 seg.
La Resurrección implica victoria donde ha habido tragedia. Lleva esta noticia a todas partes, haz que otros sepan cuanto han sido amados. 5 min. 37 seg.
Salgamos de esta Octava de Pascua renovados en nuestra fe, capaces de expandir esta Buena Noticia a todas las naciones, al universo y a toda la creación. 6 min. 9 seg.
No fue ningún poder humano quien nos envió, fue Cristo; y ningún poder por más arrogante, opresivo y violento que sea tiene la facultad de decirnos que no podemos evangelizar. 4 min. 51 seg.
Es evidente que los apóstoles tuvieron que recorrer un camino para llegar a una fe auténtica y firme; tres sus huellas, también nosotros hemos de llegar a esa convicción que nos permite obedecer a Dios antes que a los hombres. 10 min. 15 seg.
Cristo nos pone el movimiento, Él coopera y avanza con nosotros. Las preguntas son ¿Tu eres parte de ese movimiento? o ¿Quieres que tu vida sea una tumba? 4 min. 24 seg.
Dios quiere ponerle orden a ese desorden de nuestra vida, porque somos duros y rebeldes frente a muchas cosas buenas y somos suaves y dóciles frente a muchas cosas malas. 6 min. 4 seg.
Ni rebeldía ni servilismo porque ambos apartan la mirada de lo que es bueno y correcto: la rebeldía se concentra en el propio gusto y criterio, el servilismo se concentra solo en lo mandado. Debemos mirar al bien mayor, al bien real. 6 min. 49 seg.
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1.1 Estos días de la Octava de Pascua hemos presenciado el tremendo impacto que tuvo en el pueblo y en las autoridades judías el milagro de la curación de un paralítico de nacimiento. El milagro, que debía ser un motivo de gozo, se convierte en piedra de tropiezo para los sumos sacerdotes que llegan a decir cosas como: "¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que no podemos negar..." ¡No parece sino que el manifiesto amor de Dios se ha convertido en un problema para ellos!
1.2 El ser humano es un manojo de contradicciones. Nada le hace tanta falta como el amor de Dios, ¡y cuando llega este amor a visitarlo a menudo le cierra la puerta! Aprendamos de este pasaje de la primera lectura a preguntarnos si acaso no será nuestro caso: ¿no será que pedimos a Dios que nos ayude, y nos ponemos en sus manos, y luego saltamos de esas manos para buscar nuestros caprichos? He conocido parejas que quieren que Dios los defienda porque se sienten acosados por "malos espíritus" mientras viven... en adulterio.
1.3 La contradicción parte de cómo entendemos eso de que Dios "nos ayude". Es fácil entenderlo como una fuerza "extra", que viniendo del Omnipotente, no puede fallar, y que va a lograr lo que nuestras fuerzas exiguas no podían. ¡Esto es pura magia! La magia es utilizar fuerzas adicionales a nuestras fuerzas para buscar NUESTROS propósitos. La fe, por el contrario, es acoger la luz divina para conocer los propósitos DEL SEÑOR.
2. No podemos callar
2.1 La fuerza interior de los apóstoles nos impresiona. Ni las amenazas, ni las humillaciones, ni las torturas logran achicarlos. Se levantan serenos, ni humillantes ni humillados, ante las autoridades y anuncian con valor y dignidad de dónde proviene su ministerio: "Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído".
2.2 Necesitamos cristianos así. Esa cosa fofa, que a veces se denomina "postmodernidad", se ha venido a convertir como en una gran cobija con la que todos pretendemos tapar nuestras mediocridades, perezas, inconsistencias e inconstancias. Es fácil así vender la verdad, comprar amigos, negociar el amor, alquilar esperanza... mientras nos burlamos de todo, nos entristecemos de todo, y mientras todo se va hundiendo en un cieno espeso y pegajoso.
2.3 Necesitamos voces que digan: "no podemos callar". Gente que sea valiosa pero que no se venda; hombres y mujeres que tengan no sólo "medios" y "recursos" sino también principios y fines claros y nobles. ¿Alguien podrá darnos semejante tesoro, si no es Cristo, el que llegó al extremo de la Cruz y se levantó del sepulcro yerto?