La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
Santa Teresa nació el 9 de enero de 1843 en Lérida, Cataluña. Deseaba ingresar en la vida religiosa, y solicitó su admisión con las Clarisas de Briviesca, cerca de Burgos.
Pero no pudo profesar a causa de la legislación en vigor. Se dedicó entonces a la enseñanza, y se hizo terciaria carmelita.
En 1872 fundó la primera Casa en Barbastro, destinada a recoger ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. El 27 de enero de 1873, tomó el hábito y fue nombrada Superiora.
Para poder recibir a más ancianos, compró el antiguo Convento de los agustinos. Esta casa se convirtió más tarde en la casa madre de la Congregación de las Pequeñas Hermanas de los Ancianos Abandonados. Fue aprobada por la Santa Sede en 1887, y hasta ese año contaba ya con 58 filiales.
Santa Teresa aprendió con las Terciarias Carmelitas la devoción a la Santísima Virgen, con las clarisas, el amor a los pobres y en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de identificar constantemente sus sentimientos a la voluntad divina.
La Santa solía decir: "No hay nada pequeño cuando se trata de la gloria de Dios".
Murió el 26 de agosto de 1897. Pío XII la beatificó el 27 de abril de 1958.
Medellin, Colombia - Quiero darle gracias a mi Señor por el regalo maravilloso de mi vida y de mis hijos. mi Señor ha estado Grande con nosotros y estamos alegres. Y mi intencion personal para en año 2009 que hare todo lo posible por amar la voluntad de mi Dios y Señor y de cumplir sus mandatos. Que Dios los bendiga hoy y siempre gracias.
Bolivia - A la compañera de mi vida, agradecer a Dios por haberla encontrado y juntos amarnos para amar a nuestra familia y servir con amor a la sociedad
David, Panamá - Mi hija chiquita, deseándote un feliz cumpleaños para celebrarlo con Jesús y María, y pidiéndole a ellos que te protejan siempre y que tu vida esté con ellos para obtener la verdadera felicidad. Tu papi
Sabéis muy bien, hermanos, que nuestra visita no fue inútil. A pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis, tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones.
Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas (1 Tesalonicenses 2,1-8)
Salmo
Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R.
No ha llegado la palabra a mi lengua, / y ya, Señor, te la sabes toda. / Me estrechas detrás y delante, / me cubres con tu palma. / Tanto saber me sobrepasa, / es sublime, y no lo abarco. R.
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera."
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello (Mateo 23,23-26)
San Pablo nos da testimonio de una evangelización viva, que no se apoya en lo acumulado o conseguido, sino que es propia de quien quiere darse a sí mismo. 10 min. 10 seg.
La gran victoria sobre el enemigo culmina en la cruz, donde el Señor se encuentra fiel a la voluntad del Padre y a su generosidad con nosotros para finalmente hacernos su pueblo. 6 min. 4 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 Es admirable el amor que Cristo otorga a sus evangelizadores. Lo sentimos palpitar en la primera lectura del día de hoy. ¿Qué tal esa maravilla: "tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida"?
1.2 ¿No es un milagro en sí mismo eso de que alguien pase tantas penalidades, sufra tantos desengaños, padezca tantas ingratitudes, se vea escaso de alimento y de descanso, no reciba sueldo ni riquezas, sea castigado y despreciado como reo de un delito que no cometió, y con todo eso encima, sonría cargado de amor y diga: "hubiéramos querido entregarles no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida"?
1.3 El gran milagro de la evangelización no son las sanaciones físicas, ni los exorcismos espectaculares, ni la elocuencia imparable, ni los beneficios sociales o la promoción humana. El gran milagro de la evangelización es que alguien llegue a amar a sus hermanos, aun sin que ellos le amen, en grado tan alto que pueda entregar de su tiempo, sus bienes, su paz y hasta su vida por ellos. Ese es el amor que hace genuinos evangelizadores. Clamemos a Dios por él.
2. Cristo Indignado
2.1 Los versículos que ayer y hoy hemos encontrado en el evangelio tienen una impresionante carga de indignación y de reprensión. En pocos lugares del Nuevo Testamento encontramos a Cristo tan indignado y tan acerado en sus palabras como en este capítulo 23 de san Mateo.
2.2 Hay razón, desde luego, para ese enojo, y, puesto que toda palabra de Cristo es enseñanza sus discípulos, aprendamos, hermanos, de este enojo del Señor, así como en otras ocasiones hemos querido aprender de su sonrisa, su abrazo o su ternura.
2.3 La razón fundamental de tanto castigo es la hipocresía. Y la razón para castigar la hipocresía es que nos hace inhábiles para la conversión. Además, la mentira que nos ciega a nuestros males igualmente nos ciega a los bienes ajenos. El resultado es que quien no reconoce su daño se afianza en él y daña a los demás.
2.4 Entendemos así que Jesucristo quiere erradicar del mundo la hipocresía por amor a quienes la practican y por compasión con quienes la padecen.