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Existe una comunidad de religiosos educadores, que tienen como Santo Protector a San Viator, quienes dan este mismo nombre a sus colegios.
Cuando era niño, su madre lo presentó al Obispo San Justo y le pidió que lo instruyera en la religión. Pronto fue un excelente catequista, y aprendió muy bien el arte de escribir en bellas letras, llegando a hacer copias de la Santa Biblia y de otros libros religiosos para uso en el templo.
El Obispo San Justo deseaba dedicarse por completo a la vida de oración y penitencia. Dejando la bella ciudad de Lyon, partió hacia el desierto.
El Obispo se fue sin avisar a nadie. Sin embargo, Viator, su secretario, se dio cuenta y lo alcanzó por el camino. Obtuvo que lo dejara irse con él.
Para ver si eran capaces de resistir la vida tan dura de los religiosos del desierto, fueron sometidos a difíciles pruebas antes de ser admitidos.
El Obispo Justo tejía canastos y el joven Viator se dedicaba a copiar con su hermosa letra los Libros Sagrados.
Después de mucho tiempo, llegó una comisión de Lyon a llevarse a la ciudad a los santos monjes. Pero, San Justo y San Viator les hablaron tan hermosamente de lo provechosa que es la vida de oración y meditación de un monasterio, que los que habían llegado a llevárselos para la ciudad, se quedaron, haciéndose monjes.
En diciembre del año 390, el anciano San Justo se sintió morir. Al ver que su fiel discípulo lloraba tan amargamente, le dijo: "Los dos hemos luchado juntos en esta vida por agradar al Señor Dios. Los dos iremos también en compañía a su Reino Celestial".
A los siete días murió el joven Viator, fiel compañero de su Obispo.
Xalapa, Veracruz, Mexico - Dios te bendiga!! Muchas felicidades por este año más de vida que te regala nuestro amado Señor. Que el Santo Espíritu resplandezca en ti y nuestra madre María Santísima te acompañe en tu caminar . Felicidades!!!
(1937) - Para el Señor mi verdadera fecha de nacimiento es el día en que tuve la dicha que me bautizaran. Mi madre no pudo elegir mejor fecha para hacerme hija de Dios. Por eso siempre festejo dos veces mi cumpleaños y el más importante es el del día de mi Bautismo. Gracias por todo lo que nos hacen llegar para alimentar nuestra vida espiritual.
Soacha, Colombia (1980) - Porque Dios amó tanto al mundo que le dio a hijo unigenito, Jesucristo, para que todo el que cree en el tenga vida eterna y se salve. Amén. (s.juan 3,16 )
Ibague, Colombia (1976) - "Una buena mujer es un regalo que Dios da a quienes lo respetan" (Eclo.26,3)
"Mujeres buenas hay muchas, pero tú eres la mejor de todas" (Prov.31,29)
Doy gracias a Dios por las bendiciones recibidas desde hace 32 años cuando nos unió en este feliz matrimonio, que ha fructificado en nuestros hijos y nietos.TE AMO...
Bogotá, Colombia (1986) - Gracias Señor por estos años de un feliz matrimonio por estos hijos que nos has dado en custodia y la alegría de haberlos educado conforme a tu Santa Voluntad esta ha sido la mayor riqueza que nos has brindado nada podría haber sido mejor nos has llenado de tus Bendiciones y de tu Amor.
Ordenación Sacerdotal. Guadalajara, Jalisco México (2003) - Que Dios te concede llegar a ser el sacerdote que El soñó que serías desde antes de la creación. Mil felicidades. Eileen Lynch S.
Asunción, Paraguay (2008) - Que la Luz de Cristo brille!!!y nos envíe la bendición para esta familia que lo recuerda con cariño. Mario, Caro, Lucas, Giuliana y Gabriela Fassardi Vera.
Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.
Habiendo llegado a Antioquía de Pisidia, Pablo se puso en pie en la sinagoga y, haciendo seña de que se callaran, dijo: "Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad:
El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso.
Después nombro rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos."
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús.
Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.""
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvara a su pueblo de los pecados."
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"."
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Y sin que él hubiera tenido relación con ella, dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús.
1.1 La esperanza se vuelve gozosa expectativa, anhelo inmenso y apremiante, en las lecturas de hoy. Esta es al vigilia misma de la Navidad; este es el tiempo para seguir, como paso a paso, las horas que dieron lugar al acontecimiento único e irrepetible: ver al Hijo de Dios en nuestra carne.
1.2 El énfasis, por supuesto, está en la llegada de Cristo, pero la palabra clave que traviesa los textos de esta celebración es el cambio de orientación. Cristo viene como una "aurora de justicia" en la primera lectura; Él, en la segunda lectura, es aquel para quien Juan el Bautista quiso preparar un pueblo bien dispuesto; Él, en el evangelio, va al final de una larga lista de nombres, para ser aquel que en su nombre mismo lleva la novedad de la salvación.
2. Anuncio de Plenitud
2.1 Cristo es humilde en su llegada a esta tierra pero su discreción no debe interpretarse como impotencia o insignificancia. Es grande; solamente que su grandeza no necesita de los altavoces con que los pequeños simulan ser grandes. Es santo; solamente que su pureza no necesita de la propaganda que a menudo se hacen los que les cuesta ser puros. Es fuerte; solamente que su fortaleza no necesita de la fanfarronería de los que en fondo viven con miedo de que se les vea su fragilidad.
2.2 Lo que Cristo trae ha de llamear como antorcha, nos dice Isaías. Debe verse, debe iluminar a todos. La luz no tiene culpa cuando echa fuera a las tinieblas. Así también, los cristianos no deben temer que el poder de su mensaje haga ver pequeñas o falsas otras propuestas.
2.3 Lo que Cristo trae es también un "nombre nuevo," nos dice el profeta. Nuestros nombres, la manera como nos tratamos y lo que pensamos de nosotros mismos es pequeño porque se ha vuelto pequeña nuestra esperanza y porque nos humillan nuestros pecados. La manera en cambio como Dios nos trata y el nombre nuevo que viene a darnos refleja lo que seremos con esa gracia que empieza en el portal de Belén y que tiene su consumación en la cruz de Jerusalén.
Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: "Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda." Natán respondió al rey: "Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo."
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: "Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los ariscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.""
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad." R.
Sellé una alianza con mi elegido, / jurando a David, mi siervo: / "Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para todas las edades." R.
Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora." / Le mantendré eternamente mi favor, / y mi alianza con él será estable. R.
Cantaré eternamente tus misericordias, Señor. (Salmo 88 )
Evangelio
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz."
La alianza que Dios hizo con Moisés la ratificó de un modo personal y específico con el rey David cuando le dijo, a través de Natán, que le daría una "casa," una dinastía. El júbilo de reconocer al Dios misericordioso y fiel se siente en el Cańtico de Zacarías. 4 min. 6 seg.
El arrepentimiento abre el único camino a Quien viene a traernos la gracia y el perdón, hagamos cada día acto de confianza, humildad y gratitud a Dios por tan grandes regalos. 6 min. 2 seg.
Al contemplar a Jesucristo en el pesebre recordemos que Él es la visita, la redención, la salvación de Dios y que solamente en Él encontramos nuestra plenitud y santificación. 6 min. 26 seg.
Jesús viene a vencer los enemigos que están destruyendo las familias, la inocencia de los niños, la pureza de los jóvenes y a los que implantan la injustica en la sociedad. 5 min. 44 seg.
Recordemos que el mayor regalo y lo fundamental es la visita del amor de Dios en Cristo, que no tenga Él que quejarse de nosotros como se quejó de Jerusalén diciendo: ?No reconociste el tiempo de mi visita?. 5 min. 29 seg.
Celebramos en Navidad la victoria de Jesucristo sobre nuestros enemigos, sobre el pecado que no quiere soltarnos y sobre nuestros corazones infieles que tampoco lo quieren soltar. 7 min. 14 seg.
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1.1 Zacarías había quedado mudo. Le había pedido certeza al arcángel Gabriel, un modo de asegurarse él, porque no podía sentirse seguro con la sola palabra del mensajero. Ya que no le han bastado las palabras, el ángel le da una dura señal de certeza: lo deja mudo. Si la palabra del cielo no le convence, que se quede sin palabras en la tierra. Mudo y todo, Zacarías hace finalmente caso, ahora que ya se siente seguro: se une a su mujer y en el silencio engendra. De su silencio saldrá la Voz; en el silencio fue concebido Juan, el Bautista.
1.2 El evangelio de hoy nos transporta al momento bello y solemne en que ese silencio se quiebra. Todo hay que notarlo: Zacarías es interrogado por el nombre de su hijo, su único, y él renuncia a su propio nombre para dar a su hijo un nombre que expresa y canta la misericordia: "misericordia o gracia de Dios" es el nombre de Juan, según la etimología común. Sus primeras palabras, pues, son para alabar la misericordia, después de haberse desprendido, en cierto modo, de su propio derecho como padre.
1.3 Zacarías canta y alaba a Dios a boca llena, no el día del nacimiento de Juan, sino el día de la circuncisión, que es el día en que los niños judíos recibían su nombre, de acuerdo con lo que sucedió el día en que Dios hizo pacto en la carne de Abraham y le dio este nombre en lugar de Abram (cf. Gén 17). El día en que renace la voz es el día del nombre, el día de darle nombre al niño. El día también en que ese niño entra en la alianza, pues esa operación quirúrgica la que introducía en la alianza (Gén 17,10). Con su hijo, que entra en el Pacto, Zacarías renueva su propio Pacto.
1.4 De este modo se cumple, de modo inesperado y profético, lo que el ángel le había dicho al mismo anciano: "irá delante de El en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto" (Lc 1,17). Bien podemos decir que esto se cumple ya el día mismo en que Juan está entrando en la alianza de Abraham: están volviendo "los corazones de los padres a los hijos" y "los desobedientes a la actitud de los justos", aunque ese padre sea el propio padre de Juan, y ese desobediente se llame Zacarías.
2. Un Canto para el Precursor
2.1 Todo habría que comentarlo en el cántico de Zacarías. Se le ha llamado resumen precioso de la esperanza del Antiguo Testamento, y así lo es. Fijemos nuestra atención esta vez en lo que atañe a Juan.
2.2 Juan es aquí el "profeta del Altísimo", y también el que va "delante del Señor". Anuncia, porque es profeta, y muestra, porque va delante. Su voz tiene el tono ardoroso del que espera y el entusiasmo maravilloso del que ve llegar al esperado. En él se abrazan la esperanza y la llegada. Su alma conoce los dolores de la ausencia y el gozo de la presencia.
2.3 Ir "delante del Señor" es mucho más que contar a los demás que el Señor está cerca. Los Evangelios nos muestran el altísimo precio, precio de sangre, que implicó para Juan esto de "ir delante". Ni más ni menos quiere decir que todo cuanto sucedió a Cristo de algún modo sucedió primero a Juan. Y ya sabemos cuál vida fue la del Señor Jesús, de donde entendemos que clase de misión es esta de preceder al redentor del mundo.
2.4 Juan no es el único precursor. En Lc 10,1 leemos: "el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir". Estos precursores reciben instrucciones explícitas sobre su dura misión: "os envío como corderos en medio de lobos" (Lc 10,3). A menudo el apóstol de Cristo tiene misión de precursor de Cristo, y entonces tendrá, como Juan y como estos 70, que probar un bocado de la pasión de su Señor.