La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
Dios quiera enviar a su Iglesia muchas Brígidas, que con sus oraciones y sus buenos ejemplos y palabras, logren enfervorizar por Cristo a muchas personas más.
Cristo murió por mí. ¿Y yo qué haré por Él?
Brígida significa: Fuerte y brillante.
Esta santa mujer tuvo la dicha de nacer en una familia que tenía como herencia de sus antepasados una gran religiosidad. Sus abuelos y bisabuelos fueron en peregrinación hasta Jerusalén, y sus padres se confesaban y comulgaban todos los viernes.
Como eran de la familia de los gobernantes de Suecia y tenían muchas posesiones, empleaban sus riquezas en construir iglesias y conventos, y en ayudar a cuanto pobre encontraban.
Su padre era gobernador de la principal provincia de Suecia. Brígida nació en Upsala, Suecia, en 1303.
De niña, su mayor gusto era oír a la mamá leer las vidas de los Santos. Cuando apenas tenía seis años, ya tuvo su primera revelación. Se le apareció la Santísima Virgen a invitarla a llevar una vida santa, totalmente del agrado de Dios.
En adelante, las apariciones celestiales serán frecuentísimas en su vida, hasta tal punto que ella llegó a creer que se trataba de alucinaciones, o falsas imaginaciones.
Pero, consultó con el sacerdote más sabio y famoso de Suecia, y él, después de estudiar detenidamente su caso, le dijo que podía seguir creyendo en esto, pues eran mensajes celestiales.
Cuando tenía 13 años asistió a un sermón de Cuaresma, predicado por un famoso misionero. Este santo sacerdote habló tan emocionantemente acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo, que Brígida quedó totalmente entusiasmada por nuestro Redentor. En adelante, su devoción preferida, será la de Jesucristo Crucificado.
Un día, rezando con todo fervor delante de un Crucifijo muy chorreante de Sangre, le dijo a Nuestro Señor: "¿Quién te puso así?". Y oyó que Cristo le decía: "Los que desprecian mi amor, los que no le dan importancia al amor que yo les he tenido".
Desde ese día se propuso hacer que todos los que trataran con ella, amaran más a Jesucristo.
Su padre la casó con Ulf, hijo de otro gobernante. Tuvieron un matrimonio feliz que duró 28 años. Sus hijos fueron ocho, cuatro varones y cuatro mujeres.
Una de sus hijas fue Santa Catalina de Suecia. Un hijo resultó ser religioso. Otros dos se portaron muy bien, y Carlos fue un pícaro que la hizo sufrir toda la vida.
Sólo a la hora en que él se iba a morir, logró la Santa con sus oraciones, que se arrepintiera y pidiera perdón por sus pecados a Dios.
Dos de sus hijas se hicieron religiosas, y otra fue "la oveja negra de la familia", que con sus aventuras nada santas, martirizó a la buena mamá.
Se trató, pues, de una familia como muchas otras: con gente muy buena y gente que hace sufrir.
Brígida era la dama principal, de las que colaboraban con el rey y la reina de Suecia. Pero, en el palacio se dio cuenta de que se gastaba mucho dinero en lujos y comilonas, además de que se explotaba al pueblo.
Quiso llamar la atención a los reyes, mas éstos no le hicieron caso. Entonces, pidió permiso, y se dirigió con su esposo en peregrinación a Santiago de Compostela en España.
Durante el viaje enfermó Ulf gravemente. Brígida oró por él, y en un sueño se le apareció San Dionisio a decirle que se le concedía la curación, con tal de que se dedicara a una vida santa.
El marido se curó y entró de religioso cisterciense, muriendo unos años después santamente en el Convento.
A través de una visión oyó que Jesús Crucificado le decía: "Yo, en la vida sufrí pobreza, y tú tienes demasiados lujos y comodidades".
Desde ese día, Brígida dejó todos sus vestidos elegantes y empezó a vestir como la gente pobre. Ya nunca más durmió en camas muy cómodas, sino siempre sobre duras tablas.
Fue repartiendo todos los bienes entre los pobres, de manera que ella llegó a ser también muy pobre.
Con su hija, Santa Catalina de Suecia, viajó a Roma y en esa ciudad permaneció 14 años, dedicada a la oración, a ayudar enfermos, a visitar como peregrina orante muchos Santuarios, y a dictar sus revelaciones que están contenidas en ocho tomos.
Sufrió muy fuertes tentaciones de orgullo y sensualidad. Desde Roma escribió a muchas autoridades civiles, eclesiásticas y al mismo Sumo Pontífice, que en ese tiempo vivía en Avignon, Francia.
En esos escritos corrigió varios errores y repartió consejos sumamente provechosos. Sus avisos sirvieron bastante para mejorar las costumbres y disminuir los vicios.
Por inspiración del Cielo, fundó la Comunidad de San Salvador. El principal Convento estaba en la capital de Suecia, y tenía 60 monjas. Ese Convento se convirtió en el centro literario más importante de su nación en ese momento.
Con el tiempo llegó a tener 70 Conventos de monjas en toda Europa.
Se resolvió a visitar los Santos Lugares donde vivió, predicó y murió Nuestro Señor Jesucristo. Allá recibió continuas revelaciones acerca de cómo fue la vida de Jesús.
Las escribió en uno de los tomos de sus revelaciones, y son muy interesantes. En Tierra Santa parecía vivir en éxtasis todos los días.
Al volver de Jerusalén se sintió muy débil, y el 23 de julio de 1373, a la edad de 70 años, murió en Roma con gran fama de santidad.
A los 18 años de haber muerto, fue declarada Santa por el Sumo Pontífice. Sus revelaciones eran tan estimadas en su tiempo, que los sacerdotes las leían a los fieles en las Misas.
Bogotá, Colombia (1964) - Hoy cumple años mi bella esposa, coordinadora de comunidades de la Casa de la Misericordia. Pido a Dios que me la preste muchísimos años igual que a nuestros dos hijos Diana y Saulo Daniel.
Duitama, Colombia (1960) - Este día esté lleno de muchas bendiciones de Dios y que Él te bendiga y puedas seguir ayudando a tus hijos y guiandolos por el camino del bien. Eres una persona muy especial en mi vida y eres uno de los mejores regalos que Él me ha dado.... Que cumplas muchos años más. Sor Luz Mary
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Fíjate en el sábado para santificarlo. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él."
La ley del Señor es perfecta / y es descanso del alma; / el precepto del Señor es fiel / e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos / y alegran el corazón; / la norma del Señor es límpida / y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura / y eternamente estable; / los mandamientos del Señor son verdaderos / y enteramente justos. R.
Más preciosos que el oro, / más que el oro fino; / más dulces que la miel / de un panal que destila. R.
Señor, tú tienes palabras de vida eterna. (Salmo 18)
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno."
El que escucha la palabra y la entiende, ése dará fruto (Mateo 13,18-23)
Los mandamientos son caminos de libertad que nos ha dado Dios, Quien nos sacó de la esclavitud, y para preservar la libertad que nos ha dado. 15 min. 22 seg.
Sentido profundo de aquello de no hacerse imágenes de Dios: es convertirnos en peregrinos conscientes de que Él es el completamente Otro. 13 min. 22 seg.
Para entender los mandamientos primero Dios nos muestra lo que ha hecho para liberarnos de la esclavitud del pecado y luego nos indica qué hacer para no volver a caer en lo que nos esclaviza. 6 min. 10 seg.
Honrar a padre y madre es el mandamiento bisagra que conecta el Misterio de Dios con el servicio al prójimo porque los padres son la primera imagen de autoridad, de bondad y de verdad: cualidades propias de la Santísima Trinidad. 7 min. 59 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1. Sobre el valor permanente de los Mandamientos de la Ley de Dios
1.1 Escribe el Papa Juan Pablo II en su Encíclica Veritatis Splendor, número 12:
1.2 Sólo Dios puede responder a la pregunta sobre el bien porque El es el Bien. Pero Dios ya respondió a esta pregunta: lo hizo creando al hombre y ordenándolo a su fin con sabiduría y amor, mediante la ley inscrita en su corazón (cf. Rom 2, 15), la "ley natural". Esta "no es más que la luz de la inteligencia infundida en nosotros por Dios. Gracias a ella conocemos lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Dios dio esta luz y esta ley en la creación". Después lo hizo en la historia de Israel, particularmente con las "diez palabras", o sea , con los mandamientos del Sinaí, mediante los cuales El fundó el pueblo de la Alianza (cf. Ex 24) y lo llamó a ser su "propiedad personal entre todos los pueblos", "una nación santa" (Ex 19, 5-6), que hiciera resplandecer su santidad entre todas las naciones (cf. Sab 18, 4; Ez 20, 41). La entrega del Decálogo es promesa y signo de la Alianza Nueva, cuando la ley será escrita nuevamente y de modo definitivo en el corazón del hombre (cf. Jer 31, 31-34), para sustituir la ley del pecado, que había desfigurado aquel corazón (cf. Jer 17, 1). Entonces será dado "un corazón nuevo" porque en él habitará "un espíritu nuevo", el Espíritu de Dios (cf. Ez 36, 24-28).
1.3 Por esto, y tras precisar que "uno solo es el Bueno", Jesús responde al joven: "Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" (Mt 19, 17). De este modo, se enuncia una estrecha relación entre la vida eterna y la obediencia a los mandamientos de Dios: los mandamientos indican al hombre el camino de la vida eterna y a ella conducen. Por boca del mismo Jesús, nuevo Moisés, los mandamientos del Decálogo son nuevamente dados a los hombres; El mismo los confirma definitivamente y nos los propone como camino y condición de salvación. El mandamiento se vincula con una promesa: en la Antigua Alianza el objeto de la promesa era la posesión de la tierra en la que el pueblo gozaría de una existencia libre y según justicia (cf. Dt 6, 20-25); en la Nueva Alianza el objeto de la promesa es el "reino de los cielos", tal como lo afirma Jesús al comienzo del "Sermón de la Montaña" --discurso que contiene la formulación más amplia y completa de la Ley Nueva (cf. Mt 5-7)--, en clara conexión con el Decálogo entregado por Dios a Moisés en el monte Sinaí. A esta misma realidad del Reino se refiere la expresión "vida eterna", que es participación en la vida misma de Dios; aquélla se realiza en toda su perfección sólo después de la muerte, pero, desde la fe, se convierte ya desde ahora en luz de la verdad, fuente de sentido para la vida, incipiente participación de una plenitud en el seguimiento de Cristo. En efecto, Jesús dice a sus discípulos después del encuentro con el joven rico: "Todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna" (Mt 19, 29).
2. Una siembra abundante
2.1 El evangelio de hoy nos trae otro tema: la abundante siembra de la Palabra. Es natural y es lo más frecuente que leamos este texto desde el análisis de los terrenos, pero hay otra lectura posible, que algunos estudiosos dicen que corresponde más a la intención primera de Jesús: miremos el poder de la semilla.
2.2 En efecto, este sembrador divino es generoso, como Dios mismo es generoso. Al planeta tierra, único que cobija vida inteligente en este sistema solar, le llega una trillonésima parte de la luz del sol; lo demás aparentemente se desperdicia. Nuestro Dios es un Dios que "desperdicia", pues vemos que desperdicia atardeceres bellísimos que nadie ve, colores preciosos que nadie agradece, paisajes de ensueño que nadie canta. Ese "desperdicio", esa sobreabundancia de donación es como la traducción a nuestro pequeño mundo y a nuestra pequeña mente del misterio de su infinitud, que no conoce límites. Con sus "desperdicios" Dios revela discreta pero eficazmente que es infinito.
2.3 Y ese infinito existe también, y mucho más, en la Palabra y en la gracia. Solemos llamar a la parábola de hoy la parábola del sembrador, pero quizá podríamos llamarla mejor la parábola de la semilla victoriosa. Porque esta es la historia de una semilla que, aunque rechazada, oprimida o secuestrada siempre se sale con la suya y desde la abundancia de su amor todo lo gobierna. Así es Dios.