La vida de San Jorge se popularizó en Europa durante la Edad Media, gracias a una versión bastante "sobria" de sus actas.
Según cuenta la tradición, el Santo era un caballero cristiano que hirió gravemente a un dragón de un pantano que aterrorizaba a los habitantes de una pequeña ciudad.
El pueblo, sobrecogido de temor, se disponía a huir, cuando San Jorge dijo que bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón muriese.
El rey y sus súbditos se convirtieron al punto, y el monstruo murió.
Por entonces estalló la cruel persecución de Diocleciano y Maximiano. El Santo comenzó a alentar a los que vacilaban en la fe, por lo que recibió crueles castigos y torturas. Pero, todo fue en vano.
El emperador mandó decapitar, por tanto, al Santo, sentencia que se llevó a cabo sin dificultad. Mas, cuando Diocleciano volvía del sitio de la ejecución, fue consumido por un fuego bajado del Cielo.
Esta versión popular de la vida del Santo, induce a pensar que en realidad San Jorge fue verdaderamente un Mártir de Dióspolis, -es decir Lida-, de Palestina, probablemente anterior a la época de Constantino.
No se sabe exactamente cómo llegó a ser San Jorge Patrón de Inglaterra. Ciertamente, su nombre era ya conocido en las Islas Británicas antes de la conquista de los normandos.
En todo caso, es muy probable que los cruzados, especialmente Ricardo I, hallan vuelto del oriente con una idea muy elevada sobre el poder de intercesión de San Jorge.