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San Hilarión, Santo de la abstinencia y del ayuno perpetuo, nació en Palestina. Viajó a estudiar a Alejandría en una escuela cristiana, instancia de su conversión.
Al escuchar noticias del famoso monje, San Antonio Abad decidió visitarlo en el desierto. Estuvo en su compañía durante dos meses, quedando admirado de la gran santidad y bondad exquisita del Santo.
También se sorprendió de los ayunos y mortificaciones que hacía, por lo que se propuso imitarlo en cuanto más le fuera posible.
Pero, viendo que en Egipto eran muchas las personas que iban a visitar a San Antonio para pedirle consejos, tras vender las posesiones que le había dejado su padre y repartirlas entre los pobres, regresó a su patria, Palestina, con el fin de vivir en perfecta soledad en el desierto, meditando y orando.
Cuando ya llevaba 20 años haciendo penitencia, unos esposos acudieron a él a pedirle oración, para que en su hogar hubiera hijos, pues eran estériles.
San Hilarión oró por ellos y Dios les concedió la gracia de tener varios hijos. Este milagro del Santo conllevó a que éste se volviera sumamente popular en los alrededores. De todos lados empezaron a llegar multitud de personas para visitarlo y escucharle consejos y oraciones.
Imitando su ejemplo, muchos fueron a vivir en cabañas desoladas para meditar bajo la dirección y guía del Santo, quien además les enseñaba el arte de orar, reflexionar y saber dominar el cuerpo por medio de mortificaciones costosas.
Al cumplir los 65 años, San Hilarión se dio cuenta de que no le era posible vivir solo, pues un gran número de monjes le pedía dirección espiritual, como también muchos peregrinos le suplicaban oraciones y consejos. Decidió, entonces, retirarse a un lugar más alejado y solitario en los desiertos de Egipto.
A causa de una severa sequía en la región, el Santo se vio obligado a mudarse a la Isla de Sicilia, estableciéndose con varios de los discípulos en un sitio muy deshabitado.
Tras ganarse el cariño y la estimación de los habitantes de lugares aledaños, quienes admiraban su santidad, milagros y sencillez, se trasladó junto con sus monjes, a la isla de Chipre.
Nuevamente, su fama de milagroso y santo se extendió por toda la isla, debido a que logró impedir un gran maremoto en la costa de la ciudad.
Sus últimos días los pasó en una altísima roca, sumido en la oración y las meditaciones, falleciendo a la edad de 80 años.
En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín.
Moisés dijo a Josué: "Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano."
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol.
Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.
Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel (Éxodo 17,8-13)
Salmo
Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.
No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. R.
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. R.
El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. R.
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. (Salmo 120)
2a.
Querido hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.
Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.
El hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena (2 Timoteo 3, 14-4, 2)
Evangelio
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: "Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario."
Por algún tiempo se llegó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.""
Y el Señor añadió: "Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?"
Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan (Lucas 18, 1-8)
El camino de oración es de perseverancia, recordando con frecuencia de forma agradecida las obras del Señor, proclamando sus maravillas y esperando siempre en Él. 4 min. 7 seg.
Un llamado fuerte de Cristo: aunque parezca absurdo el proceder de Dios e insostenible el momento que vives, siempre será mejor y más sabio orar. 7 min. 22 seg.
El camino de la oración no solo cambia tu vida, sino que también cambia lo que sabes de Dios; a medida que encuentres las respuestas de Dios en tu vida, iras conociendo quien es el Señor. 5 min. 48 seg.
1.1 Como la oración es tan poderosa para transformar y santificar nuestras vidas, no es extraño en absoluto que tenga tantos enemigos. Bien saben esos enemigos que si nos sacan de la oración nos habrán desconectado de la fuente de la gracia. En cierto sentido, todo el ataque del demonio se reduce a que dejemos de orar.
1.2 Sin embargo, el demonio no es el único culpable de la pobreza o mediocridad de nuestra oración. De hecho, orar es difícil y en algunos casos heroico. Aparte de las dificultades esperables como sacar el tiempo, formar una disciplina, recoger nuestros pensamientos, hay circunstancias en que sentimos que no tiene caso orar. Es duro orar cuando hay poca fe, pero resulta casi imposible cuando huye la esperanza. Y de eso tratan las lecturas de hoy: historias de gente que perseveró orando cuando las cosas eran adversas y parecía inútil cualquier esfuerzo.
1.3 Se puede decir que perseverar en la oración es el arte de no desesperarse. Saber que muchas cosas fallan, que los enemigos son fuertes, que las circunstancias son contrarias y sin embargo, seguir orando. Así obró Moisés, ayudado por sus colaboradores, que le sostenían las manos. Y así también la viuda del texto evangélico que hemos escuchado. Cualquiera diría que ella estaba desperdiciando su tiempo. Así mismo nos sentimos nosotros muchas veces al orar por causas que ya vemos perdidas. Pero logró lo que parecía imposible.
2. Un Ejemplo de Perseverancia en la Oración
2.1 De un sitio católico muy recomendable (http://www.interrogantes.net) tomamos este testimonio sobre cómo la Beata Madre Teresa de Calcuta hubo de pasar sus terribles desiertos espirituales.
2.2 El proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta ha revelado que en una etapa de su vida sufrió una dolorosa "noche oscura". La propia monja lo explicaba en una carta fechada en 1959 a su director espiritual: "Me siento perdida. Dios no me quiere. Dios podría no ser Dios. Podría no existir".
2.3 El proceso de beatificación de la célebre monja de Calcuta, dirigido por el sacerdote canadiense Brian Kolodiejchuk, examinó los documentos y testimonios sobre su vida, especialmente su correspondencia con el sacerdote que la dirigía espiritualmente. En ella aparecen reflejadas sus dolorosas inquietudes, que incluyeron dudas sobre la existencia de Dios. Dudas que -según explicó el secretario de la Congregación para la Causa de los Santos, monseñor Nowak-, no pusieron en entredicho nada de su proceso de beatificación: "Se trata de un fenómeno por el que atraviesan todos los grandes místicos y maestros espirituales, como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz, llamado noche espiritual o noche de los sentidos. Son periodos especiales de la vida espiritual en los que se sienten abandonados por un Dios al que ven lejano".
2.4 El padre Van der Peet tuvo que afrontar la cuestión más apasionante de la vida de la religiosa: "escribir un capítulo sobre la vida espiritual de la Madre Teresa que contenga no solo el trabajo de su unión con Cristo, sino también sus experiencias místicas, etc. Debe contener también la Noche Oscura del Alma que duró gran parte de su vida". "Lo mínimo que se puede decir es que no es una empresa fácil", reconoce el religioso, quien considera que estos duros momentos se debieron a "su gran identificación con los pobres».
2.5 Monseñor Henry D´Souza, arzobispo de Calcuta, en septiembre pasado reveló a la agencia asiática "UCA News" que la Madre Teresa experimentó durísimas pruebas interiores. En concreto, citó una visita que hizo a la Madre en el Woodlands Hospital, en 1996, donde se encontraba internada a causa de problemas cardíacos. El prelado la vio sumamente desasosegada, con dudas y profundos temores. El arzobispo encargó a un sacerdote salesiano, el padre Rosario Stroscio, de 79 años, que rezara sobre ella una de las oraciones que se pronuncian en ritos de exorcismos, aunque dejó claro que no se trató de un rito exorcismo. "Ella no pronunció conmigo la oración, como si estuviera luchando contra la desazón, pero las religiosas que la rodeaban se mostraron preocupadas por lo que sucedía", afirmó el padre Stroscio. Al día siguiente, las religiosas que cuidaban a la Madre Teresa le dijeron que había dormido tranquilamente el resto de la noche, informaba la agencia católica "UCA News".