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Nació en La Rioja, España, cerca del año 1000. Entró de religioso con los Padres Benedictinos en el famoso Monasterio de san Millán de la Cogolla.
En su estadía allí, hizo grandes progresos espirituales, recibiendo del Espíritu Santo la inspiración para interpretar los temas de la Revelación divina, contenidos en la Sagrada Biblia.
Llegó a ser Superior del Convento, y en sólo dos años restauró totalmente aquella construcción que ya estaba deteriorada.
Un día el rey de Navarra fue a exigirle que le entregara los Cálices Sagrados y lo más valioso que hubiera en el Convento, para dedicar todo esto a los gastos de guerra.
Santo Domingo se le enfrentó valientemente y le dijo: "Puedes matar el cuerpo y a la carne hacer sufrir, pero sobre el alma no tienes ningún poder. El Evangelio me lo ha dicho, y a él debo creer que sólo al que al infierno puede echar el alma, a ése debo temer".
El rey de Navarra, lleno de indignación, desterró al Abad Domingo. Enterándose de lo ocurrido, el rey Fernando I de Castilla, lo mandó llamar y le confió el Monasterio de Silos, que estaba en un sitio estéril y alejado. Además, se hallaba en estado de total abandono y descuido, tanto en lo material como en lo espiritual.
Santo Domingo demostró ser un genio organizador, con un talento grande para restaurar. Levantó un Monasterio ideal, y formó, entre otras cosas, una biblioteca llena de los mejores libros de ese tiempo, transformando aquella casa en un lugar de trabajo y oración.
Santo Domingo de Silos logró liberar a más de 300 cristianos que estaban prisioneros y eran utilizados como esclavos por los musulmanes. Debido a esto, se le representa frecuentemente acompañado de hombres con cadenas.
El biógrafo que escribió sobre la vida de este Santo, poco después de su muerte, dice que no había enfermedad que las oraciones de Domingo no lograran curar.
Y tras 96 años de muerto, se apareció en sueños a la mamá de Santo Domingo de Guzmán, para anunciarle que tendría un hijo que sería un gran Apóstol.
Por eso, cuando el niño nació, lo llamaron Domingo en honor al Santo de Silos. Es por ello también, que muchas madres en España se encomiendan a Santo Domingo de Silos, para obtener que su hijo nazca bien y que al crecer, lleve una vida santa.
Murió el 20 de diciembre del año 1073, y todavía se conserva el famoso Monasterio de Santo Domingo.
El Rosal Cundinamarca, Colombia (2008) - Celebraremos nuestro primer aniversario de bodas, la verdad y gracias a Dios nos ha ido super bien, me quiero volver a casar es lo maximo, animense, estar casado es genial...
Bogotá, Colombia (2008) - Gracias Padre por unirnos en tu amor a través de este sacramneto y darnos la gracia de santificarnos en tu amor. Gracias Mamita Santa por mi esposa, la ayuda idonea con quien he decidido caminar hasta que nuestro peregrinar en este mundo sea terminado por el llamado a La Gloria de Dios. Bendice a todos los matrimonios con tu gloriosa interseción santa Madre de Dios.
Madridejos-Toledo, España - Amigos, gracias por vuestra fidelidad a lo largo de todos estos años. Por vuestros hijos, Germán y Daniel. Gracias también por vuestra amistad. Que el Señor os siga bendiciendo siempre.
Hermanos: Cuando Cristo entró en el mundo dijo: "Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.""
Primero dice: "No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la Ley. Después añade: "Aquí estoy yo para hacer tu voluntad."
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? (Lucas 1, 39-45)
Cristo nos muestra el camino del retorno al Señor, haciendo la voluntad de Él. Recibamos a Jesús con humildad y bendigamos al Padre quien nos lo entregó para nuestra salvación. 4 min. 26 seg.
Vivir el Adviento como la Virgen María es ser conscientemente Iglesia de Dios, es poner a trabajar nuestro bautismo, compartiendo la buena noticia y la alegría del amor de Dios, irradiando la gracia recibida siendo testigos de Nuestro Señor. 4 min. 32 seg.
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1.1 Las lecturas de este domingo dirigen nuestra atención con resolución hacia el misterio del Mesías, nacido de la estirpe de David (primera lectura), en acuerdo con las Escrituras y para plenitud de ellas (segunda lectura), del vientre de María, la gran creyente (evangelio).
1.2 El Señor está cerca pero hay que saber dónde buscarlo para poder encontrarlo. El mensaje de hoy es: búscalo cerca de Belén, cerca de la Escritura, cerca de María. Verás cómo nace en ti, en tu casa, en tu vida.
2. La Historia como un Parto
2.1 Las palabras de Miqueas anuncian cosas grandes a la pequeña aldea de Judá: "de ti saldrá el jefe de Israel." Mas el proceso no es mágico: hay un camino que recorrer, descrito aquí con dos metáforas bien entendibles: el abandono y el parto.
2.2 Israel se siente abandonado de Dios; para ellos eso es un hecho. Y el profeta lo que hace es tomar ese sentimiento denso y agobiante, y abrirlo hacia una esperanza y ponerle un límite: hay un niño por nacer, un niño que será bendición para todos. De modo que, en cierto sentido, el dolor del parto no es sólo el dolor de esa mujer cuya identidad queda en la penumbra del misterio: el parto es de todo el pueblo. La historia se convierte en un dar a luz.
2.3 Así visto, el dolor presente se convierte en el comienzo de la alegría futura, y todos pueden de algún modo sentir que el que habrá de nacer para todos nace.
3. Cristo Llega a la Tierra
3.1 Hay dos modos, por lo menos, de enfocar la segunda lectura, y ambos nos enseñan muchas cosas. Podemos tomar esas palabras que la Carta a los Hebreos pone en boca de Cristo para ver el perfil de una espiritualidad de la Encarnación: obediencia pronta, culto en la propia vida y con la propia vida, generosidad absoluta.
3.2 Ahora bien, puede ser demasiado antropomorfismo imaginar a Cristo expresando un querer con palabras al entrar a este mundo. Según esto, es posible entender la aplicación que hace la Carta a los Hebreos no como un apunte biográfico del inicio de la vida de Cristo sino como su descubrimiento de su vocación profunda. Es como entender en un momento de la vida para qué es toda la vida.
3.3 Lo hermoso de esta segunda perspectiva es que nos permite darnos la oportunidad de hacer el mismo ejercicio nosotros mismos: también nosotros, en contacto con la Palabra de Dios, llegamos eventualmente a descubrir que nuestra vida tiene un propósito profundo. Alcanzar esa palabra fundante es encontrar una luz muy vigorosa, una ruta cierta y fecunda.
4. Llega Jesús, y con Él la Alegría
4.1 El evangelio nos acerca aún más al arribo de Cristo a nuestro mundo. ¡Ya pronto se podrá palpar su cuerpecito en el vientre fecundo de la Virgen Bella! Mas hay uno que, sin tocar es como si tocara. Se llama Juan Bautista, y ha saltado de gozo en la proximidad del Mesías. ¡Qué día gozoso!
4.2 la figura de Juan nos ha acompañado en este Adviento. Nos ha predicado conversión. Su palabra acerada ha sido una hoz afilada que quiere dejar listo el campo para la nueva siembra, la siembra de gracia que hará Cristo Jesús. Pero antes que sus palabras, es esta danza suya en el vientre de Isabel la que nos invita a tener la actitud justa frente al Mesías. Más allá de nuestros pensamientos, estudios, conclusiones o resoluciones, Cristo es la Buena Nueva, y una buena nueva se recibe con gratitud, con gozo, con danza, con explosión de alabanza.
4.3 Y destaquemos la palabra que el Espíritu Santo pone en boca de Isabel: "feliz la que ha creído." Es como la gran definición "humana" de María, ya que la definición celeste de Ella es "Kejaritomene, Llena de Gracia." Bendigamos la fe de María, y con esa fe en nuestro corazón dancemos ante el Niño que ya llega.