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Alberto Hurtado Cruchaga quiso imitar a Jesús en las cosas sencillas que le ocurrían cada día. Su fortaleza, tesón y las ganas de servir a Dios marcaron su vida.
La historia del Santo comienza el 22 de enero de 1901, cuando llega a este mundo bajo el alero de una familia cristiana. Sus padres, Alberto Hurtado y Ana Cruchaga, vivían en un campo cercano a la localidad de Casablanca.
En el fundo Los Perales de Tapihue, Alberto pasó los primeros años de vida. Pero cuando tenía cuatro años, su padre falleció.
La madre quedó sola, a cargo de Alberto y de su hermano Miguel. La venta del fundo se hizo necesaria junto con el traslado a Santiago.
Acogidos por familiares, Alberto, Miguel y doña Ana, iniciaron una nueva etapa de sus vidas en la capital.
En 1909 ingresó al Colegio San Ignacio, en donde se destacó por ser buen compañero, entusiasta y alegre. Fue en este lugar donde comenzó a manifestarse la vocación, esas ganas de ayudar a los otros estando al servicio de Cristo.
Sin embargo, aunque sabía que por sobre todas las cosas quería ser sacerdote, la difícil situación económica de su madre le hacía imposible cumplir el sueño de entrar a la Compañía de Jesús.
Por eso, una vez finalizado el colegio, entró a estudiar Leyes en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Para ayudar a su familia, trabajaba en las tardes, y las pocas horas que le quedaban libres, las dedicaba a la Parroquia Virgen de Andacollo.
Su vocación sacerdotal seguía presente. Aunque los años pasaban, él no perdía la esperanza. Finalmente, sus rezos fueron escuchados, y en 1923 pudo cumplir su sueño e ingresar al noviciado. Luego de varios años de estudios, lo ordenaron sacerdote en Bélgica en 1933.
Volvió a Chile en 1936. De inmediato se puso a trabajar como profesor del Colegio San Ignacio. Aquí, niños y adolescentes buscaban su compañía y orientación. El inmenso arrastre entre los jóvenes sobrepasó los límites del colegio.
Fue llamado entonces como asesor de la Acción Católica Juvenil. Con sus jóvenes colaboradores recorrió la patria, inflamando los corazones juveniles con el deseo de luchar por la gloria de Cristo.
Jesús lo llamaba. En cada lugar el Padre Alberto Hurtado veía la cara de Cristo en los pobres. Había tantos que necesitaban techo, abrigo y comida. Para ellos fundó el Hogar de Cristo en 1944.
Sin tiempo para desfallecer, siempre tenía un nuevo proyecto entre sus manos. Una nueva casa de acogida para los niños, talleres de enseñanza, más camas para las hospederías, eran algunas de las miles de ideas que rondaban en su cabeza. Pese a la incomprensión de muchos, encontraba la fuerza para seguir sirviendo a Cristo.
Su obra se multiplicó con el trabajo en la Acción Católica, en la Acción Sindical de Chile y en la Revista Mensaje. Pese a la cantidad de tareas impuestas, nunca dejó de realizar Dirección Espiritual. Con su mejor sonrisa recibía y escuchaba a sus "patroncitos".
Tenía 51 años cuando le diagnosticaron cáncer. Pese a los fuertes dolores de la enfermedad, siguió trabajando por Cristo desde su pieza en el Hospital Clínico de la Universidad Católica. Hasta el final se mantuvo alegre y contento, dando una palabra de esperanza y apoyo a quien lo visitaba.
El 18 de agosto de 1952, el Padre Alberto Hurtado Cruchaga dejó este mundo, partiendo al encuentro con Cristo. Su esfuerzo, lucha, alegría e intenso amor por Jesús, dieron frutos.
El 16 de octubre de 1994, Su Santidad Juan Pablo II beatificó al Padre Hurtado. Fue canonizado el 23 de octubre de 2005 por el Papa Benedicto XVI.
En la mención dedicada a la vida del Padre Hurtado durante la Misa de canonización de cinco nuevos Santos, el Papa hizo notar cómo el programa de vida de San Alberto Hurtado fue la síntesis de: Amarás a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo.
New Iberia la, Estados unidos - Gracias Señor por concederme otro año más de vida, te doy gracias por todas tus bendiciones, por mi familia, por todo tu infinito amor siempre de tu mano Padre dandote las gracias.
Aguadulce, Panamá - Jesús; Señor, amigo y hermano del alma mía, te ruego que continúes haciéndote presente en nuestra familia y que lo hagas cada día con más fuerza, pues sólo contigo se pueden vencer las dificultades de cada día y fortalecer los lazos que bendijiste hace 12 años, AMÉN.
Rivas, Nicaragua - Bendito sea el que te eligió Gloria al Señor que te dió poder para ejercer su nombre. Felicidades en tu aniversario sacerdotal. Dios te bendiga por ser un sacerdote excepcional con su forma de ser y tu alegría por enseñarnos amar cada día a Jesús Eucaristía y a Mamita María. Dilma Navarro
Ordenación Sacerdotal. Guadalajara-Jalisco, México - Felicidades por todo tu trabajo, Dios te bendiga en tu ministerio como misionero comboniano, son los deseos de tu papá y hermanos.
En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: "Así dice el Señor, Dios de Israel: "Al otro lado del río Éufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, vuestro padre, del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac. A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres; y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el mar Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos. Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto.
Después vivisteis en el desierto muchos años. Os llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; os atacaron, y os los entregué. Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros. Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos. Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó os atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo os los entregué; sembré el pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con tu espada ni con tu arco. Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis.""
Tomé a vuestro padre del otro lado del río; os saqué de Egipto; os di una tierra (Josué 24,1-13)
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: "¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?" Él les respondió: "¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre." Ellos insistieron: "¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?" Él les contestó: "Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer -no hablo de impureza- y se casa con otra, comete adulterio."
Los discípulos le replicaron: "Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse." Pero él les dijo: "No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga."
Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así (Mateo 19,3-12)
La pregunta de los fariseos es una trampa: habiendo dos interpretaciones sobre el divorcio, saben que Cristo no puede complacer a todos y así tendrán de qué acusarle. Pero Cristo vence a nombre de una ley más fundamental. 4 min. 33 seg.
El mensaje y las palabras de Cristo no dejan duda, no tratemos de distorsionarlos; hagamos todo con humildad por amor a Él con su fuerza y con su gracia. 6 min. 58 seg.
La misericordia de Cristo le da firmeza a la alianza matrimonial, garantizando el respaldo recíproco de los esposos en los momentos difíciles. 5 min. 59 seg.
Jesús va más allá de la Ley de Moisés: no solo la eleva en términos de justicia, en favor de la mujer, sino que anuncia un estándar tan alto (por ejemplo, con la indisolubilidad del matrimonio) que nos hace entender que es su gracia, y sólo su gracia, la que puede sostenernos. 6 min. 45 seg.
1.1 Parecería el momento de la gran victoria. Después de años de peregrinación y pruebas por aquel desierto que parecía no tener fin, el pueblo ha cruzado el Jordán y ha vencido incluso a algunos de los pueblos enemigos, como escuchábamos en la primera lectura de ayer. Ya puede tomar, pues, plena posesión de la tierra prometida. Dios, sin embargo, no los invita a un festín irresponsable o un carnaval de delicias. Es una tierra buena pero para valorarla hay que valorar el camino que ha conducido hasta ella.
1.2 Ello explica el discurso de Josué, que no es otra cosa sino recordar las etapas del camino. Lo esencial está en que Téraj, padre de Abraham, era idólatra, y que el camino entero que los israelitas han recorrido no es otra cosa que salir de la idolatría y encontrarse con el Dios verdadero. Abraham sale de Ur, Moisés sale de Egipto: la vida humana es eso: "salir," es ir al encuentro de la promesa.
1.3 Pero a uno se le puede olvidar la "promesa" si cree que ya ha "llegado." Y los israelitas podían sentir que ya habían "llegado" porque las incertidumbres de Abraham, la tenacidad de Moisés, la magnificencia del Horeb y, en fin, toda la dureza del desierto, todo ello podía irse esfumando en la memoria de cosas ya superadas y lejanas. Por eso habla Josué, en esfuerzo señalado de mantener viva la historia.
1.4 Los hechos subsiguientes mostrarían que su sudor no dio el fruto esperado. El Antiguo Testamento en el fondo viene a mostrar eso, que no se puede vivir de recuerdos, aunque sean los recuerdos más bellos y grandiosos. Se necesita un principio de vida que sea nuevo cada nuevo día. Tal será la obra del Espíritu Santo, regalo precioso de la Pasión de Jesucristo.
2. Sobre el Divorcio
2.1 El divorcio no sólo separa al esposo de la esposa. El divorcio separa culturas, cosmovisiones... y también religiones.
2.2 En América Latina, por lo menos, y sirva esto de ejemplo, hay un hecho comprobado: mientras que los protestantes de todas las denominaciones, incluyendo los que se quieren llamar simplemente "cristianos", alegan que su único apoyo es la Biblia, van contradiciendo esta tremenda afirmación con hechos tan concretos como desautorizar a Jesucristo en esta materia tan clara del divorcio.
2.3 Jesús dijo: "lo que Dios unió, que no lo separe el hombre," pero es cosa comprobada que un altísimo porcentaje, a veces superior al 50%, de quienes huyen de la Iglesia Católica y buscan cobijo en grupos protestantes están en situación práctica de adulterio. Y son voces de adúlteros, triste es decirlo pero hay que decirlo con claridad, son voces desobedientes a Jesús las que luego se elevan en "preciosas" alabanzas, en "sentidas" canciones, y en predicaciones que "tocan" el corazón.
2.4 Jesús fue claro. No podemos confundir la ternura de Cristo con laxismo de Cristo, ni podemos revolver irresponsablemente las afirmaciones sobre la misericordia de su corazón con los caprichos y las debilidades alocadas de nuestros propios corazones.