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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Jueves, Junio 14 de 2029[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Impar,
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Lectura: |
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1a. |
Dios ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios el resplandor de su gloria (2 Corintios 3,15-4,1.3-6) |
Salmo |
La gloria del Señor habitará en nuestra tierra. (Salmo 84 ) |
Evangelio |
Todo el que esté peleado con su hermano será procesado (Mateo 5,20-26) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1 |
1997/06/12 |
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2 |
2013/06/13 |
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3 |
2017/06/15 |
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4 |
2019/06/13 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1 |
1. Un velo que cubre el corazón1.1 Era algo que tenía que suceder. Pablo tuvo como estrategia básica de evangelización, durante años enteros, cada vez que llegaba a un lugar comenzar su obra de predicación en las sinagogas, básicamente con un anuncio maravilloso: "las promesas hechas a nuestros padres han sido cumplidas en Jesucristo, muerto y resucitado". 1.2 Esta estrategia tuvo resultados ambiguos. Junto a algunas, más bien pocas, conversiones del judaísmo, un número muy sólido y más bien creciente de hermanos de raza se resistió con dureza a la predicación del Evangelio. Esa resistencia era un reto a la inteligencia y al amor; al celo apostólico tanto como a la paciencia y a la oración. 1.3 Pero el reto desbordó finalmente los esfuerzos de Pablo, Bernabé, Silvano, Juan Marcos, y toda aquella primera generación de predicadores. El balance es desilusionante entre los judíos, y por ello tuvimos que escuchar alguna vez a Pablo diciendo a los de su raza y religión: "ustedes son responsables de lo que les suceda... nosotros nos volvemos a los gentiles" (Hch 13,46). 1.4 Era pues inevitable que surgiera la pregunta que de algún modo subyace a la primera lectura de hoy: ¿por qué esta resistencia? Pablo nos habla de una especie de "velo"; es algo que no les permite reconocer la gracia que Dios otorga en virtud del sacrificio redentor de Jesucristo. 1.5 ¿Y en qué consiste ese "velo"? Las palabras del gran apóstol resuenan con firmeza: se trata de "incrédulos cuyas inteligencias cegó el dios de este mundo"; y también: "sólo cuando se conviertan al Señor, desaparecerá el velo". 1.6 Estas expresiones no deben movernos a violencia contra los judíos, pero tampoco a una actitud neutra o de simple conciliación superficial. La situación del judaísmo, como grupo humano que peregrina en esta tierra, es moralmente grave en cuanto supone una ceguera que tiene su fuente en el "dios de este mundo", y por eso, así como hemos de prohibir toda forma de violencia contra nuestros antepasados en la fe, así también hemos de conservar clara y viva conciencia de la pésima situación en que se encuentran y el grave riesgo que pesa sobre sus almas. 2. Una justicia mejor2.1 Hay una relación entre estas reflexiones sobre el judaísmo y la lectura que la Iglesia nos ofrece en el evangelio de hoy. 2.2 En efecto, a veces se piensa, no sin una especie de comodidad irresponsable, que la condición moral en que nos encontramos después de Cristo es más laxa o menos exigente que la que tocó al pueblo de la alianza de Moisés. La lectura de hoy viene a sacarnos de se engaño. 2.3 Cristo no viene a exigir menos sino mucho más, pero para ese "más" nos da una sobreabundancia de fuerza interior y de luz de gracia que convierte lo que sería del todo imposible en algo no sólo posible sino "normal". 2.4 Que Cristo exige más es claro en las palabras que hemos escuchado: "Si no son mejores que los maestros de la ley y los fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos". 2.5 Pero esa exigencia mayor va acompañada de algo que no está dicho en la lectura de hoy pero que es bien sabido por todo cristiano que haya recibido en forma su iniciación a la fe, a saber, que para nosotros el ser humano no tiene por sus propias fuerzas la capacidad de vivir lo que pedía Moisés. Esa ley es posible a nuestro entendimiento, que se goza en ella, pero imposible a nuestra voluntad, que termina atascándose en los lodazales de sus intereses, gustos y vanaglorias. 2.6 Una vez que entendemos esto, entendemos también que nuestro Divino Maestro, más que exigir imposibles, está dejando bien establecida en nuestra mente una enseñanza: es grande sobre toda grandeza lo que Dios trae a quienes son en Cristo. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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