La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
Dicen que un fraile, en un arrebato de falsa devoción, quiso llevarse a su Convento, -lo que se denomina robar una cosa sagrada y como agravante, en un sitio también sagrado-, la cabeza del Santo que reposaba dentro de un relicario de plata en el Monasterio de benedictinas, que se llama «De las Milicias», en Todes.
Intentándolo, y sin saber muy bien lo que pasaba, no pudo salir del templo, por no conseguir localizar las puertas hasta poco antes tan expeditas. Así, se vio obligado a depositar la reliquia de San Benigno en el sitio que le correspondía.
Todes es una de las primeras ciudades evangelizadas de Hungría. Benigno vive en la segunda mitad del siglo III, y se ha dado conocer entre los suyos como un insigne propagador de la fe cristiana. Lo hace con alegría y con notable entusiasmo.
El Obispo Ponciano conoce su afán apostólico y está al tanto de la sinceridad de su vida. Un día lo consagra Presbítero, apoyándose en él el cumplimiento obligado de atender a su grey y de extender la Salvación.
Llegada la persecución de Maximiano y Diocleciano, la comunidad de creyentes está confortada por la atención espiritual, que con riesgo constante de su vida, le presta el buen sacerdote Benigno.
Socorre a los confesores de la fe presos en las cárceles. Visita las casas de los débiles, y los busca por los campos que los cobijan, con el fin de darles aliento. Se las arregla para estar cerca de los que son torturados, acompañando hasta donde es posible, humanamente, a los que se disponen al martirio.
Pasado el peor momento de estupor, se llena de la audacia del Espíritu Santo y comienza a predicar con fortaleza a Jesucristo. Ahora, lo hace públicamente, en el intento de convertir a los paganos que están en el terrible error de la idolatría.
El principal foco de atención de su discurso, es hacerles comprender que los ídolos son una necedad. Que el culto que se les tributa, supone una verdadera ofensa al único Dios que merece adoración y puede darles la salvación ofrecida a todos los hombres sin excepción.
Ya no le importa su vida. Se sabe portador de la verdad, y conoce bien que ella no es exclusivamente para él. Sólo Jesús es el Señor, y todos han de servirle.
Lo que era presumible con ese comportamiento, se hace realidad. Es apresado y obligado a apostatar, siendo inútiles los tormentos que tuvo que soportar el fiel y valiente discípulo.
Por fin, muere el 13 de febrero del año 303, con la cabeza cortada, aquella que el fraile quiso cambiar de sitio.
La catequesis, es decir, llevar a Cristo a los demás, comporta la responsabilidad de ser fiel a lo que se propone, y en este contexto, la vida humana no es ningún valor absoluto.
¡Qué bien lo supo hacer San Benigno sin tener que darle vueltas a los textos de las bibliotecas de las universidades que aún no se habían inventado! Fue sencillamente el don del Espíritu Santo.
Hoy, también, hacen bastante falta sacerdotes, -no sólo en Hungría-, cuidadosos, menos de su propia vida que de la Salvación que ofrecen, y Obispos que los descubran.
Hermosillo, México (1942) - Doy gracias a Dios por mis padres que me dieron el Bautismo, Confirmación, Primera Comunión, asi como a mis padrinos y pido a Dios todos esten en la Gloria gozando de ese cielo que deseo alcanzar.
Ibagué, Colombia (1985) - Doy gracias a Dios por tu vida y por haberme dado la mía, por los valores que me forjaste con tu ejemplo. Dios te tenga en la gloria.
El Señor llamó al hombre: "¿Dónde estás?" Él contestó: "Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí." El Señor le replicó: "¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?" Adán respondió: "La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí." El Señor dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Ella respondió: "La serpiente me engañó, y comí." El Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón." A la mujer le dijo: "Mucho te haré sufrir en tu preñez, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará." Al hombre le dijo: "Porque le hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol del que te prohibí comer, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, y comerás hierba del campo. Con sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volverás."
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven. El Señor Dios hizo pellizas para el hombre y su mujer, y se las vistió. Y el Señor Dios dijo: "Mirad, el hombre es ya como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal. No vaya a echarle mano al árbol de la vida, coja de él, coma y viva para siempre." Y el Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde lo habían sacado. Echó al hombre, y a oriente del jardín de Edén colocó a los querubines y la espada llameante que se agitaba, para cerrar el camino del árbol de la vida.
El Señor lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo (Génesis 3,9-24)
Salmo
Antes que naciesen los montes, / o fuera engendrado el orbe de la tierra, / desde siempre y por siempre tú eres Dios. R.
Tú reduces el hombre a polvo, / diciendo: "Retornad, hijos de Adán." / Mil años en tu presencia / son un ayer, que pasó, / una vela nocturna. R.
Los siembras año por año, / como hierba que se renueva: / que florece y se renueva por la mañana, / y por la tarde la siegan y se seca. R.
Enséñanos a calcular nuestros años, / para que adquiramos un corazón sensato. / Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? / Ten compasión de tus siervos. R
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. (Salmo 89)
Evangelio
Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos." Le replicaron sus discípulos: "¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?" Él les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?" Ellos contestaron: "Siete." Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.
Suele verse la escena del pecado original como si Dios quisiera desquitarse o vengarse con ira de todos los seres humanos, por la sola culpa de los primeros padres. El mensaje es otro: a través de lo arduo de la vida fuera del paraíso el ser humano descubre sus límites y así se prepara a descubrir de nuevo al Dios infinito y soberano. 4 min. 26 seg.
La expulsión del paraíso fue un acto de amor y misericordia por la cual el Señor nos puso en la ruta de salvación que termina en el verdadero paraíso, el cielo. 3 min. 49 seg.
Dios es al mismo tiempo justicia y providencia. Él por amor nos creó, nos puso en el paraíso pero por nuestra rebeldía también por amor nos sacó del paraíso. 6 min. 28 seg.
A través de la dureza de la vida, de la conciencia de nuestros límites, del anhelo del Dios que ahora experimentamos cercano nos ponemos en ruta hacia Nuestro Señor Jesucristo. 7 min. 54 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 La primera lectura suele ser vista como una explosión de ira divina. Como fruto de su disgusto--se piensa--Dios expulsa a Adán y Eva del paraíso: un acto de rabia que tendría mucho de castigo y casi de desquite, como si el Señor dijera: "Ya que ustedes no me hacen caso, ahora yo no voy a dejar que disfruten la vida."
1.2 Lo peor de esa manera de interpretar el texto del Génesis es que, si así fueran las cosas, habria que considerar a Dios como el más resentido entre los resentidos. Dado que la especie humana no vive en ningún paraíso a esta altura de la Historia, habría que decir una blasfemia: "Dios es tan resentido que sigue vengándose en los hijos de los hijos de los hijos de Adán Eva; por lo visto, a este Dios nunca se le pasará su rabia." Por absurdo e irreverente que semejante frase suena a nuestros oídos, eso es lo que mucha gente tiene en su cabeza cuando se trata de esta narración sobre nuestros primeros padres.
1.3 Por supuesto, el sentido del relato es otro, como queda pronto de manifiesto cuando uno examina atentamente el diálogo que se da, y sobre todo un hecho clave: mientras que Dios hace preguntas tanto al hombre como a la mujer, preguntas que despiertan sus conciencias (y las nuestras), Dios nada pregunta a la serpiente, o sea al demonio. En esas preguntas está la semilla de la verdad y de la conversión, y salir del paraíso no es otra cosa sino enfrenar la verdad que finalmente conduce a la humildad y a una nueva acogida del don de la amistad con Dios.
1.4 Hay que "salir del paraíso" porque el paraíso no es el lugar donde el hombre pueda encontrar su verdad. Si entendemos por paraíso aquel lugar donde cada deseo es satisfecho, nada puede ser más venenoso que el paraíso porque lo peor que puede suceder a un niño miope y caprichoso es que se le complazca en todo.
1.5 Dios no empezó a amar al hombre siglos después del pecado del hombre: hablar con él, despertarle la conciencia, ponerlo en el terreno de la verdad y llamarlo a compartir un día la gracia: eso es amar, eso es amor, y así obró Dios.
2. Lo que puede el amor
2.1 Jesús hace un milagro notable en el evangelio de hoy, pero nuestra atención hará mejor si no se queda en el milagro, sino que busca el motivo del milagro.
2.2 Hay cosas maravillosas que se hacen por orgullo, por vanidad o por ganar dinero o fama. Hay gente que busca llamar la atención haciendo cosas difíciles, extrañas o arriesgadas. Jesús no se asemeja a ellos. Su motivo, la razón de ser de sus milagros se nos revela hoy: es la compasión. "Siento lástima," dice, e impulsado por el amor desea no sólo saciar hambre física sino hambre de Dios, pues al dar pan en el desierto estaba revelando también el poder y al compasión de Dios, que puede vencer todo obstáculo.
2.3 Es importante notar también que es el amor, ese amor de compasión, el que finalmente ha logrado abrir caminos para lo imposible. Y eso hay que anotarlo porque ese mismo amor está disposición de nosotros, y puede y quiere obrar en nosotros.
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios!» ¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahveh a Sión. Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque ha consolado Yahveh a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz! (Isaías 52, 7-10)
Salmo
El que procede honradamente / y practica la justicia, / el que tiene intenciones leales / y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo / ni difama al vecino, / el que considera despreciable al impío / y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura / ni acepta soborno contra el inocente. / El que así obra nunca fallará. R.
¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor? (Salmo 14)
Evangelio
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.» Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres.» Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.
Con razón se ha llamado a Jordán de Sajonia el Apóstol de la Juventud. La santa alegría del Evangelio fue su herramienta predilecta para conquistar corazones para Cristo. 4 min. 51 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 No es tarea fácil suceder a un gran hombre, y santo Domingo de Guzmán fue sin duda uno de los grandes. Gigante en sus virtudes, egregio en su sabiduría, admirable en su generosidad, paciencia y visión. Siendo aún muy joven Jordán fue elegido como segundo "Maestro de la Orden," y su tarea no era sólo recibir el legado de Domingo sino consolidar una obra que apenas nacía: la Orden de Predicadores, los que a menudo son llamados "Padres Dominicos," en atención al Fundador.
1.2 Jordán seguramente tuvo sus defectos, como todos los tenemos, pero uno que creo que no lastimó su alma fue la envidia. Diría uno que era más feliz del bien de los otros que del suyo propio y por eso, en lugar de competir, hizo de su voz y de su pluma instrumento que supieran cantar alto y fuerte cómo Dios había onbrado en la vida de Santo Domingo. A Jordán lo escogieron como sucesor pero él escogió ser biógrafo. Su testimonio, lleno de un amor contagioso por la virtud y por la originalidad del carisma dominicano, se convirtió en su propia carta de presentación. Los resultados fueron maravillosos.
2. Amigo de sus amigos
2.1 La Providencia de algún modo tenía reservada esta tarea a alguien como Jordán, como se ve por el señalado don que siempre tuvo para cultivar la amistad con hombres y mujeres. Entre los hombres uno recuerda a Enrique, su compañero de vivienda en París, a quien quiso como a un hermano, y a quien se propuso conquistar para el noble ideal de la vida religiosa. Pues tal es el estilo de la amistad según Jordán: ayudar al otro a crecer; buscar el mayor bien para aquellos a los que uno quiere.
2.2 Sin embargo, es más conocido Jordán por su amistad con una religiosa, la Beata Diana. Cuando pensamos que la Iglesia ha reconocido la santidad tanto en ella como en él pensamos en el significado más profundo de ese cariño que se expresaron estos dos tan abiertamente en sus cartas. Lejos de toda impureza pero también lejos de todo temor mojigato, Diana y Jordán saben tratarse con una libertad llena de prudencia y con un recato en donde no falta la alegría e incluso la ternura. Su amistad permanece como un faro que disipa muchos de los prejuicios que suelen tenerse en torno a la supuesta oscuridad de la Edad Media.
3. El gran promotor vocacional
3.1 Dentro de la Orden misma, es decir, entre los frailes, el recuerdo agradecido hacia Jordán está relacionado con su don para atraer a la juventud hacia Cristo. De cierto modo es una consecuencia de esperar cuando hablamos de alguien con esa capacidad para crear y cultivar amistades sanas: el ámbito de la amistad hace creíble aquella palabra que invita a otros a dar el paso del que uno mismo está convencido. Se cuenta que Jordán mismo dio el hábito a más de mil novicios. Sus palabras, pues, eran efectivas y penetrantes, y sin duda sus ojos tenían destello de la hermosura que Cristo prometió a quienes lo dejan todo por el Evangelio.
3.2 Jordán enseñó no sólo de palabra sino con su ejemplo. No es un simple experto en marketing, contando a otros cómo es bueno que se dediquen a la evagelización sino que él mismo entregó su fuerza y su carisma a la obra de la predicación. No es un administrador desde su despacho u oficina, sino un apóstol que sabe encontrar tiempo para cuidar el bien del la Orden sin quedarse sólo en ella. Jamás olvidemos que Jordán murió precisamente en medio de un viaje misionero: murió luchando por hacer visible el reino y la gloria de Cristo. Su cuerpo exánime sigue gritando que una vida gastada por Dios vale la pena: ¿hay mejor mensaje vocacional?