La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
Nació en Turquia en el año 423, y desde pequeño, por inculcación paterna, leía con mucho fervor las Sagradas Escrituras.
Siguiendo el ejemplo de Abraham, el Santo decidió dejar sus riquezas y familia, para peregrinar a Jerusalén, Belén y Nazareth, convirtiéndose en religioso.
San Teodosio se fue a vivir no muy lejos de Belén, y tuvo como guía espiritual al Abad Longinos. Tras ser ordenado sacerdote, recibió la orden de encargarse del culto de un templo ubicado entre Jerusalén y Belén.
El Santo desplegó su labor con mucha sabiduría y humildad, dando testimonio de una vida santa y llena de oración. Esto motivó que otros jóvenes también desearan convertirse en religiosos, por lo que más adelante fundó tres Conventos en las cercanías de Belén.
Teodosio construyó, además, cerca de la misma ciudad, tres hospitales para la atención de ancianos, enfermos necesitados y discapacitados.
Los Monasterios dirigidos por él, eran como una ciudad de Santos en el desierto, pues todo se hacía a su tiempo, con exactitud, oración, trabajo y descanso.
El Santo enfermó penosamente y falleció a los 105 años en el 529. El Arzobispo de Jerusalén y muchos ciudadanos de Tierra Santa, asistieron a su entierro. Durante sus funerales se obraron varios milagros.
El domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía, dedicado a celebrar el Bautismo de Cristo, señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor.
Es además el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario. Hay que felicitarse por esta fiesta, que ha venido a enriquecer notablemente el ya de por sí denso tiempo de Navidad-Epifanía.
El significado del Bautismo del Señor, múltiple y variado, mira no sólo al hecho en sí, sino a su trascendencia para nosotros.
Se centra en lo que tiene de epifanía y manifestación: "Señor, Dios Nuestro,cuyo Hijo asumió la realidad de nuestra carne para manifestársenos, concédenos, te rogamos, poder transformarnos internamente a imagen de Aquel que en su humanidad era igual a nosotros" .
El Bautismo de Jesús, proclamado cada año según un evangelista sinóptico, es revelación de la condición mesiánica del Siervo del Señor, sobre el que va a reposar el Espíritu Santo y que ha sido ungido con vistas a su misión redentora.
Ese Siervo, con su mansedumbre demostrada en la manera de actuar, es "luz de las naciones" (véase Isaías 42,1-9; 49,1-9 ). "Cristo es iluminado. Dejémonos iluminar junto a Él", dice San Gregorio Nacianceno, comentando la escena.
Pero, el Bautismo de Cristo es revelación también de los efectos de nuestro propio bautismo: "Porque, en el Bautismo de Cristo en el Jordán, has realizado signos prodigiosos para manifestar el misterio del nuevo bautismo" (pref.).
Jesús entró en el agua para santificarla y hacerla santificadora, "y sin duda, para sepultar en ella a todo el viejo Adán, santificando el Jordán por nuestra causa. Así, el Señor, que era Espíritu y Carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua" (SAN GREGORIO N.: ibid.).
Esta consagración es el nuevo nacimiento que nos hace hijos adoptivos de Dios. El fruto de esta fiesta en nosotros, es "escuchar con fe la Palabra del Señor, para que podamos llamarnos y ser en verdad hijos suyos" (1 San Juan 3,1-2).
San Ant.del Tequendama-Cundinamarca, Colombia (1926) - Bendito sea Dios por Hijos como este sacerdote, que hace 56 años viste su sotana con orgullo, hasta la fecha. Y gracias también por su generosidad y paciencia. Un abrazo (se lo daré este próximo domingo).
Cecilia.
Medellín, Colombia (1944) - En este día maravilloso le doy gracias a Dios por todas las bendiciones que me ha dado, mi familia, un hogar, la salud, mis manos, el universo, en fin por todo. Bendito seas Señor.
Ordenación Sacerdotal. Tegucigalpa-M.D.C., Honduras, C.A. - Lluvia, torrentes, rios de bendiciones, de la gracia, del amor de Dios, de la alegría y gozo que su Misericordia brindan, que el Señor de Señores le ilumine y guarde por la eternidad. !!La paz!!! Feliz aniversario Sacerdotal!!
Bogotá, Colombia (2010) - Que Dios lo tenga en su presencia, que haya perdonado todos su pecados y no se olvide Señor de los que estamos aqui en la tierra. Bendice a sus hijos y esposa y todos su familiares.
Hermanos: Como dice el Espíritu Santo: "Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón, como cuando la rebelión, cuando la prueba del desierto, donde me pusieron a prueba vuestros padres y me tentaron, a pesar de haber visto mis obras durante cuarenta años; por eso me indigné contra aquella generación, y dije: "Siempre tienen el corazón extraviado; no han conocido mis caminos, por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso.""
¡Atención, hermanos! Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a desertar del Dios vivo. Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras día, mientras dure este "hoy", para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado. En efecto, somos participes de Cristo, si conservamos firme hasta el final la actitud del principio.
Animaos, los unos a los otros, mientras dure este "hoy" (Hebreos 3,7-14)
Salmo
Entrad, postrémonos por tierra, / bendiciendo al Señor, creador nuestro. / Porque él es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que él guía. R.
Ojalá escuchéis hoy su voz: / "No endurezcáis el corazón como en Meribá, / como el día de Masá en el desierto; / cuando vuestros padres me pusieron a prueba / y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.
"Durante cuarenta años / aquella generación me asqueó, y dije: / "Es un pueblo de corazón extraviado, / que no reconoce mi camino; / por eso he jurado en mi cólera / que no entrarán en mi descanso."" R.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón." (Salmo 94)
Evangelio
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme." Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero: queda limpio." La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: "No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés." Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
La comunidad a la que escribe el autor de la Carta a los Hebreos está constituida por personas convertidas del judaísmo, muy posiblemente vinculadas al culto de la antigua alianza. Es necesario entonces que descubran la grandeza de la nueva alianza en Cristo y que renueven el ánimo que mostraron en su primera conversión. 4 min. 12 seg.
Quien deja de creer en Dios deposita su fe en ídolos, la dirección de su vida a los pies de su propio yo. ¡La incredulidad trae esterilidad, frustración, maldad y muerte! 6 min. 0 seg.
La conversión empieza por la escucha; pero es preciso que el corazón no sea resistente a la Palabra que recibe. La resistencia viene del apego a las ventajas del pecado o del miedo a sufrir privación o persecución si se emprende el camino de la virtud. 15 min. 53 seg.
Dios es bondad, piedad, ternura que se hace salvación en las manos y en la Palabra de Cristo. Dejemos la soberbia, acerquémonos a Jesús y descubramos que Él ya se acercó a nosotros. 4 min. 44 seg.
Mientras que los israelitas en el desierto se cansaron de la incertidumbre, la indiferencia y la dependencia, el leproso del Evangelio de hoy nos da una bella lección de humildad y confianza. 16 min. 15 seg.
Nosotros con nuestra palabra y testimonio podemos animar a los otros para que mantengan encendida la luz de la esperanza, para ser obedientes a Dios, a seguir sus caminos y poner nuestra confianza solo en Él. 6 min. 21 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 Nuestra cultura occidental cuida con métodos cada vez más eficaces la salud física; no así la salud espiritual. Cuidamos el órgano del corazón pero hemos olvidado o desobedecido a aquello que nos advierte la Carta a los Hebreos: "tengan cuidado, hermanos, que no se encuentre en alguno de ustedes un corazón malo e incrédulo que lo aleje del Dios vivo" (Heb 3,12).
1.2 ¿Qué presupone esta exhortación? En primer lugar, que el corazón no es un asunto "privado". Nuestra sociedad piensa, o mejor, sueña con un mundo en que las decisiones se dividen en dos: las públicas y las privadas. Y suponemos que lo que cada quien haga, piense o sienta en su mundo "privado" no debe ser incumbencia de nadie más. Una serie de hechos recientes nos están mostrando qué terrible engaño es este y qué poca consistencia tiene. Desde el caso extremo del psicópata asesino o violador hasta los desastres morales de generaciones enteras de jóvenes vamos comprendiendo, por la violencia de los hechos desnudos, que no es posible dejar el corazón para deleite de los peores demonios y a la vez esperar con estúpida ingenuidad que el mundo va a funcionar bien por la fuerza de los parlamentos o de la super-tecnología.
1.3 La Carta a los Hebreos nos despierta del engaño individualista propio del consumismo y de la cultura del yo instrumentalizador e instrumentalizado. Nos invita no sólo a que cada uno cuide su corazón, en cuanto centro de las decisiones, afectos, recuerdos, ideas y deseos, sino que mutuamente cuidemos de nuestros corazones. Esto supone que, como decía san Agustín en su Regla, "Dios, que habita en vosotros, os cuidará por medio de vosotros". En último término lo que está en juego aquí es: ¿de veras creemos que Dios habita, reina y actúa en medio de su pueblo de redimidos?
2. Una acción vigorosa
2.1 Por otra parte, no hemos de ilusionarnos en cuanto a la acción de Dios entre nosotros. Baste mencionar el impresionante pasaje de los esposos, Ananías y Safira, que quisieron engañar a los apóstoles aparentando una generosidad que no tenían (Hch 5,1-11). Dios escruta el alma y si va a hacer sentir su presencia va también a desnudar lo que está en el alma humana.
2.2 Esto es bueno recordarlo porque se ha entrado en la Iglesia una especie de positivismo trasnochado que predica que sólo podemos contar con el "fuero externo", y que para elaborar los planes pastorales o de evangelización sólo contamos con los "fenómenos", de modo que en ningún caso cabe hablar más allá de lo que es "público", verificable (por los sentidos) y evidente a todos. ¡La acción del Espíritu Santo no queda aprisionada en moldes tan estrechos!
2.3 Necesitamos pastores audaces, ungidos, empapados en el poder del Señor, capaces de penetrar los corazones y de denunciar no sólo lo que aparece sino lo que no aparece! Sé que la Iglesia del futuro tomará con una seriedad infinitamente mayor que nosotros la acción del Espíritu Santo y contará de un modo más audaz con su auxilio y su luz maravillosa, sin necesidad de tratar de justificar cada paso y cada declaración a los sabios de este mundo.