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En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda.
En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente averiados más de dos mil.
Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares, 2300 religiosos, 283 religiosas y miles de laicos.
Algunas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono.
Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquíades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello.
La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería y a asistir a los enfermos que vivian en un centro médico ubicado en Ciempozuelos, cerca de Madrid.
Hasta dicho lugar llegó personal del gobierno comunista español, que les ordenó abandonar el plantel y dejarlo en manos de empleados marxistas desconocedores de la medicina y de la dirección de centros médicos.
Los siete jóvenes fueron hechos prisioneros y llevados a una cárcel de Madrid. Gracias a la intercesión de la Cancillería colombiana en el país, los jóvenes consiguieron la libertad.
Ya su comunidad religiosa había gestionado los pasajes y viáticos para el retorno al país natal. Sin embargo, antes de abordar el tren que los transportaría a Barcelona, de donde partirían a Colombia, oficiales del gobierno comunista español los asesinaron cruelmente.
El Cónsul de Colombia en España los identificó en el Hospital Clínico del país, y dio aviso a la Congregación religiosa.
Pese a las protestas por parte del gobierno colombiano y de la Cancillería en España, el gobierno comunista no realizó ninguna investigación pertinente, dejando sin castigo alguno a los responsables del asesinato de los religiosos.
El Papa Juan Pablo II beatificó a los siete religiosos en 1992, convirtiéndose en los primeros beatos del país latinoamericano.
Bogotá, Colombia - Dios lo siga guiando por el camino del amor y de servicio a El y a los demás. Un feliz cumpleaños y siga siendo especial como siempre.
Bogotá, Colombia (2011) - Querido ahijado, Dios te conceda santidad, unión con Él, que este día recibas al Espíritu Santo y te conceda vivir siempre en Gracia. María Constanza
El Señor me instruyó, y comprendí, me explicó lo que hacían. Yo, como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: "Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra vital, que su nombre no se pronuncie más." Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
Señor, Dios mío, a ti me acojo, / líbrame de mis perseguidores y sálvame, / que no me atrapen como leones / y me desgarren sin remedio. R.
Júzgame, Señor, según mi justicia, / según la inocencia que hay en mí. / Cese la maldad de los culpables, / y apoya tú al inocente, / tú que sondeas el corazón y las entrañas, / tú, el Dios justo. R.
Mi escudo es Dios, / que salva a los rectos de corazón. / Dios es un juez justo, / Dios amenaza cada día. R.
En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: "Éste es de verdad el profeta." Otros decían: "Éste es el Mesías." Pero otros decían: "¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?" Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no lo habéis traído?" Los guardias respondieron: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre." Los fariseos les replicaron: "¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos." Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron: "¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas." Y se volvieron cada uno a su casa.
Los enemigos de Jeremías ven en él un estorbo a la cómoda posición y prestigio que han adquirido ante el rey de Judá; los enemigos de Cristo ven que su modo de predicar el Reino de Dios los desenmascara.
4 min. 25 seg.
Algo que cerró y selló los oídos de los fariseos contra Cristo fue que se sintieron firmes en su propio grupo. A veces escuchar al Señor requiere soledad: buscarle y oírle como si nadie más le pudiera oír. 15 min. 16 seg.
El que pasa necesidad no es un maldito, como decían los fariseos, sino uno que puede un día ser testimonio del amor que vence distancias. 5 min. 59 seg.
El orgullo y la altivez nos excluyen del amor, la gracia y la salvación de Dios al limitar su poder, el cual es más grande que nuestras palabras e ideas. 6 min. 21 seg.
Utilizas bien el conocimiento cuando eres capaz de dialogar con actitud de caridad y de unión. Lo utilizas mal cuando oprimes y ridiculizas, detestando y no amando al otro. 7 min. 1 seg.
Aprendamos de los fariseos porque los pecados que los acecharon y que los hicieron caer no se murieron con ellos; son males que también nos persiguen y nos dañan a nosotros. 5 min. 32 seg.
¿Eres consciente de que lo más importante en tu vida no es tu seguridad ni lo que controlas sino que estés bajo el control y el orden del Señor, es decir, estar en el reinado de Dios? 4 min. 36 seg.
La Palabra nos ayuda a movernos y el Espíritu nos ayuda a discernir; si perdemos uno de los dos nuestra vida cristiana se descarrila y nuestro corazón pierde el equilibrio y movimiento. 5 min. 52 seg.
El cristiano debe cultivar la firmeza en la verdad, para evitar que nos lleven a cualquier lado, y la conciencia de que Dios siempre nos rebasa, que sus sorpresas están más allá de lo que cada uno conozca o entienda. 5 min. 42 seg.
La única ?venganza? del cristiano es la conversión de los enemigos, que cesen en su camino perverso y cambien realmente de corazón y de actitud. 6 min. 6 seg.
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1.1 "Talemos el árbol en su lozanía...!" Tal es la consigna del mal descarado, altanero, prepotente. Nos la transcribe hoy la primera lectura. Embriagado de su propio poder, el malvado se abalanza sobre el pequeño y cobra fácil victoria. ¿No habrá quién detenga su iniquidad?
1.2 Jeremías, en medio de su terror, sólo cuenta con Dios. Es el cuadro que conocemos; la realidad que viven millones de inocentes, cuyas vidas sólo sirven de espectáculo, de insumo o de mercancía para los fortachones y bribones.
1.3 ¿Quieres ver, quieres oír a Jeremías hoy? Acerca un micrófono al vientre de las madres que quieren o se sienten obligadas a abortar. Dale un altavoz a los niños de Iraq. Escucha el lamento de los que mueren de hambre en los desiertos de África o en los cinturones de miseria de nuestras ciudades. Jeremías está vivo.
2. Poder de la palabra
2.1 El evangelio de hoy abre una luz de consuelo después del lúgubre cuadro que nos ha dado la primera lectura. Por una vez han fracasado los planes de los malvados. Los sumos sacerdotes envían la Guardia del Templo para agarrar a Jesús, pero no logran prenderlo porque... lo escucharon. El maravilloso verbo del Verbo alcanzó a atrapar con su dulce verdad a los que querían atrapar al que es la Verdad, y así se detuvo este crimen, por lo menos por ahora.
2.2 "Nadie ha hablado como él", dicen los guardias, y con toda razón. Si ellos, acostumbrados al lenguaje de la fuerza y a obedecer órdenes ciegamente pudieron sentir esto, no menos hará Cristo en quienes voluntaria y amorosamente nos acercamos a él para recibir su enseñanza. Si aquellos esbirros pudieron ser cautivados, cautivos quedarán nuestros corazones y cautivas serán nuestras almas del poder de amor que sólo en Jesucristo reside.