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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Domingo, Julio 1 de 2012[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Ciclo B, Tiempo Ordinario,
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Lectura: |
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1a. |
La muerte entró en el mundo por la envidia del diablo (Sabiduría 1,13-15;2,23-24) |
Salmo |
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. (Salmo 29) |
2a. |
Vuestra abundancia remedia la falta que tienen los hermanos pobres (2 Corintios 8,7.9.13-15) |
Evangelio |
Contigo hablo, niña, levántate (Marcos 5,21-43) |
Núm. |
Datos |
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2006/07/02 |
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2006/07/02 |
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2009/06/28 |
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2015/06/28 |
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2018/07/01 |
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2021/06/27 |
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2021/06/27 |
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2024/06/30 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. Parte de la bondad de lo bueno es durar1.1 Enseña la teología clásica que las nociones trascendentales terminan siendo equivalentes. El ejemplo más fácil de entender es la verdad y la bondad. Nadie que aspire seriamente ha ser verdadero y honesto en todas sus cosas dejará de ser al final una persona buena. Y lo contrario: nadie que quiera ser genuinamente bueno podrá pactar con mentiras o trampas. 1.2 Esto viene a cuento porque la muerte, si lo pensamos bien, es como una intrusa que arruina la bondad de nuestros sueños. La muerte está siempre ahí, lista para burlarse de lo que amamos; lista para decirnos con dejo de ironía: "nada vale la pena;" o también: "no te esfuerces; no construyas; concéntrate en gozar hoy y nada más." Es fácil entender que la muerte es nuestra enemiga, como es enemiga de Dios. 1.3 Por eso la primera lectura explica el origen de la muerte en "la envidia del diablo." En efecto, la decisión satánica de no servir a Dios implica apartarse de la fuente de la vida, es decir, degustar la muerte. El que sigue ese camino encuentra el mismo sabor. La vida sabe a muerte, lejos de Dios. 1.4 Lo otro que sucede es que nuestros actos tienen consecuencias también más allá de ellos mismos. Una Humanidad sin el pecado original seguramente habría sido una Humanidad llena de luz, de meditación y de conformidad entre la mente y el cuerpo. En esa clase de vida lo material estaría subordinado en pacífica armonía a lo espiritual de modo que aquellos seres tratarían la vejez y la enfermedad de modos radicalmente distintos. 1.5 Todo esto, por supuesto, es especulación y nunca los sabremos con absoluta certeza. Lo que sí sabemos es que, allí donde sentimos que la voz de nuestra conciencia hace eco a la voz de Dios, nuestra alma se rebela y rechaza la muerte. 2. Una fuerza de vida2.1 En el evangelio vemos a Jesús restaurando la vida, en dos momentos distintos: en una persona enferma, primero, y en una niña ya difunta, después. Llama la atención que él se sabe y siente dueño de esa fuerza de vida, y que sabe cuándo ha "salido" de él, como se nota por la historia de la mujer que quiso "sacarle" un milagro a escondidas. 2.2 Es decir: Jesús es propiamente Señor de la vida. No sólo la tiene y la concede, sino que sabe el don que ofrece y a quién lo da. Este "saber" es importante porque marca la diferencia entre un depósito de medicinas y un médico. Del depósito yo podría sacar lo que yo quisiera pero es sólo el médico quien conoce qué es lo que puede hacerme mayor bien y en qué dosis. 2.3 Miremos, por último, la escena cargada de fuerza y de ternura en la que el Señor Jesús levanta con su mano y con su voz a la niña muerta. Esa palabra no va hacia un muerto sino a crear de nuevo la vida. Y esa mano extendida tiene su sentido espiritual también. La Ley de Moisés prohibía tocar cadáveres, y quien los tocara quedaba "inmundo" por siete días (Números 19,11). Pero Jesús no se ensucia al tocar a la niña sino que la limpia de las sombras de la muerte. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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