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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Jueves, Mayo 30 de 2019[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo de Pascua,
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Lectura: |
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1a. |
Se quedó a trabajar en su casa. Todos los sábados discutía en la sinagoga (Hechos 18,1-8) |
Salmo |
El Señor revela a las naciones su victoria. (Salmo 97) |
Evangelio |
Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría (Juan 16,16-20) |
Núm. |
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1997/05/08 |
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1998/05/21 |
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1999/05/13 |
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2001/05/24 |
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2002/05/09 |
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2003/05/29 |
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2010/05/13 |
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2011/06/02 |
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2012/05/17 |
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2014/05/29 |
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2016/05/05 |
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2016/05/05 |
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2017/05/25 |
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2019/05/30 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. Si tan sólo pudiéramos entender...1.1 ¿Qué es lo que hace que una persona escuche una predicación y se convenza, mientras que su vecino de puesto, su amigo de toda la vida, su esposo o esposa, o su compañero de estudio o de trabajo no llegan a convencerse por igual? ¿Qué es eso de convencerse? ¿Cómo es que uno llega a creer en algo o en alguien? La primera lectura de hoy es ocasión preciosa para que lo preguntemos. 1.2 El aspecto negativo de estas preguntas es que, como no llegamos a respuestas, entonces podemos desencantarnos de los resultados de la predicación. O podemos enredarnos en nosotros mismos, como si todo lo malo fuera culpa nuestra. O podemos llenarnos de resentimiento contra la Iglesia y envolvernos en acusaciones mutuas: la evangelización no camina porque estamos con el Plan Pastoral equivocado, o también: falta profetismo en los sacerdotes; ya no hay espiritualidad en los pastores; la liturgia de antes sí tenía la belleza y la solemnidad que el alma pide; esos ritos viejos y muertos ya no sirven para el mundo de hoy. 1.3 En fin, cientos o miles de objeciones en las que naufraga nuestra mente tratando de hallar la receta o la fórmula que cambiaría todo y solucionaría todo: ¿volver al latín o multiplicar las orquestas carismáticas? ¿comprometernos de lleno en los giros del tema social o ser imágenes vivas de espiritualidad celeste? ¿Multiplicar los estudios y entrar en la onda interdisciplinaria o concentrarnos en la Palabra de Dios y anunciar con sencillez el Reino? ¿Complicarnos en estrategias de planeación empresarial o descomplicarnos al modo de un Francisco de Asís, y confiar como niños en la Providencia de Papá Dios? 1.4 Detrás de estos y otras decenas de dilemas hay una suposición: que debe haber una receta que produzca resultados tangibles e incontestables. Mas lo que nos muestra la Biblia parece ser lo contrario: no hay tal receta. Pablo predicaba siempre lo mejor que podía, pero sus argumentos a veces llegaban y a veces no convencían. En una misma sinagoga vemos que algunos insultan sin parar mientras que el jefe de la misma sinagoga se convierte al Evangelio de Cristo. Pero no es una ley segura porque en otras partes es el jefe el que más se opone. Esto puede desconcertar bastante y desanimar mucho. 1.5 Mas hay un aspecto positivo en todo esto: nuestro desconcierto lo podemos mirar como una señal de incapacidad de nuestra mente... o lo podemos mirar como el borde de un abismo y la puerta a un misterio muy hondo. ¿Quién dijo, a fin de cuentas, que éramos o teníamos que ser capaces de entender los misterios del amor divino en su obra de salvar un alma? ¿No se ha dicho acaso que brilla más el poder de Dios redimiendo a un solo pecador que en la creación entera del universo visible? ¿Qué clase de soberbia es la nuestra, entonces, que, sin entender todavía los misterios de la materia que ven nuestros ojos, ya se siente autorizada para comprender y explicar los misterios de la gracia que acontece en las simas del corazón humano? 1.6 No, hermanos: no dejemos que la decepción o la frustración empañen el gozo del Evangelio. No entendemos del todo, o no entendemos mucho de por qué unos aceptan y creen mientras que otros se oponen y dan la espalda. Pero eso no es tan grave. Entendamos lo que podamos y dejemos al amor divino que haga su obra a su manera, a su hora y con sus instrumentos, de modo tal que cuando algo no suceda como queríamos, no perdamos la paz, y cuando en cambio las conversiones se den, nuestros ojos estén atentos para fascinarse contemplándolo, y nuestra boca atenta para cantarlo a plena voz. 2. Tristeza que se vuelve alegría2.1 Volvamos ahora nuestros ojos al evangelio de hoy. Es un texto que a su modo alude también a los desconciertos. La partida de Cristo tenía que causar desconcierto y dolor entre sus discípulos, y Cristo mismo lo sabe; por eso se anticipa, como saliendo al encuentro de ese dolor, y olvidándose del espantoso suplicio que tendrá que padecer él mismo, trata de sanar en ellos las heridas que todavía no son visibles pero que pronto manaran torrentes de angustia y desconsuelo. ¡Bendito Médico, Jesucristo, recibe nuestra gratitud por ese modo tuyo de compadecerte de los males de todos! 2.2 Nuestro Señor es bien realista. No vive de ilusiones ni se asienta en fantasías. Sabe que lo que viene es espantoso y por eso lo declara con sencillas pero suficientes palabras: Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho. Este es el primer paso en su terapia contra el escándalo que ellos habrán de sufrir. Difícil decir en frase más corta una descripción tan elocuente y sin embargo serena; muy objetiva la llamaríamos hoy. En este sentido, Jesús ama la objetividad. 2.3 Pero no se queda en el dato de la persecución. No hace del miedo una muralla ni hace de la tristeza una casa para habitar. El miedo es una puerta; la tristeza es una grada del camino. Jesús lo explica a los suyos de dos modos: en cuanto a él mismo y en cuanto a lo que ellos habrán de vivir. 2.4 En cuanto a él, porque les da a conocer cuál es el término propio de su partida. Jesús no sale de este mundo hacia la nada, hacia el absurdo o hacia el piélago de la muerte sin fondo. Va hacia el Padre. Parece imposible que el camino hacia el Padre incluyo salivazos, clavos y sangre, azotes y espinas, pero así es, y con la misma firmeza con que reconocemos el poder del terror hemos de proclamar la fuerza incontenible del amor. Es lo que hace el Señor. 2.5 En cuanto a ellos, todo queda condensado en la bella frase: Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. Es algo que no resulta fácil de entender en un primer momento pero que luego se vuelve casi una ley para el creyente: detrás de cada montaña de obstáculos hay un valle de consuelos; más allá del mar de las incertidumbres está la playa del descanso y el encuentro fraterno; por encima de la más espesa noche ya prepara su nacimiento la más hermosa aurora. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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