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Gran parte de su vida la conocemos por el testimonio de su colega, el Obispo Fortunato, que asegura estuvo adornado del don de milagros.
Nació Germán en la Borgoña, en Autun, del matrimonio que formaban Eleuterio y Eusebia, en el último tercio del siglo V.
No tuvo buena suerte en los primeros años de su vida, carente del cariño de los suyos. Hasta estuvo con el peligro de morir primero debido al intento de aborto por parte de la madre, y luego a causa de las manipulaciones de su tía, la madre del primo Estratidio, con quien estudiaba en Avalon, y que intentó envenenarle por celos.
Su pariente de Lazy, con quien vive durante 15 años, es el que compensa los mimos que no tuvo Germán en la niñez.
Allí, sí que encuentra amor y un ambiente de trabajo lleno de buen humor y de piedad, propicio para el desarrollo integral del muchacho, que ya despunta en cualidades por encima de lo común para su edad.
Con los Obispos fue afortunado. Agripín, el de Autun, lo ordena sacerdote, solucionándole las dificultades y venciendo la resistencia de Germán para recibir tan alto ministerio en la Iglesia.
Luego, Nectario, su sucesor, lo nombra Abad del Monasterio de San Sinforiano, en los arrabales de la ciudad. Modelo de Abad, marca el tono sobrenatural de la Casa, caminando por delante con el ejemplo en la vida de oración, la observancia de la disciplina, el espíritu penitente y la caridad.
Es en ese lugar donde comienza a manifestarse en Germán el don de milagros, según el relato de Fortunato. Por lo que cuenta su biógrafo, se había propuesto el santo Abad, que ningún pobre que se acercara al Convento a pedir, se fuera sin comida.
Un día reparte el pan reservado para los monjes, porque ya no había más. Cuando brota la murmuración y la queja entre los frailes que veían peligrar su pitanza, llegan al Convento dos cargas de pan, y al día siguiente, dos carros llenos de comida para las necesidades del Monasterio.
También se narra el milagro de haber apagado con un roción de agua bendita el fuego del pajar lleno de heno, que amenazaba con arruinar el Monasterio.
Otro más, -y curioso-, es cuando el Obispo, celoso por las cosas buenas que se hablan de Germán, lo manda poner en la cárcel por no se sabe qué motivo; quizá hoy se le llamaría «incompatibilidad».
las puertas se le abrieron al estilo de lo que pasó al principio de la cristiandad con el Apóstol. Pero, Germán no se marchó antes de que el mismo Obispo fuera a darle la libertad. Con este episodio cambió el Obispo sus celos por admiración.
El rey Childeberto usa su autoridad en el 554, para que sea nombrado Obispo de París a la muerte de Eusebio. Además, lo nombra limosnero mayor.
También curó al rey cuando estaba enfermo en el castillo de Celles, cerca de Melun, donde se juntan el Yona y el Sena, con solamente la imposición de las manos.
Como su vida fue larga, hubo ocasión de intervenir varias veces en los acontecimientos de la familia real. Alguno fue doloroso, porque un hombre de bien no puede transigir con la verdad.
A Cariberto, rey de París, el hijo de Clotario y por tanto, nieto de Childeberto, tuvo que excomulgarlo por sus devaneos con mujeres a las que va uniendo su vida, después de repudiar a la legítima Ingoberta.
El buen Obispo parisino murió octogenario, el 28 de mayo del 576. Se enterró en la tumba que se había mandado preparar en San Sinfroniano.
El Abad Lanfrido traslada más tarde sus restos, estando presentes el rey Pipino y su hijo Carlos, a San Vicente, que después de la invasión de los normandos, se llamó ya San Germán.
Hoy reposan allí mismo, y se veneran en una urna de plata que mandó hacer a los orfebres el Abad Guillermo, en el año 1408.
Bogotá, Colombia (2000) - Hola hijito mio, en tu décimo cumpleaños quiero desearte mil y mil bendiciones. Que la santisima Virgen te acompañe siempre. te amo mucho. Att Tu mami
"Que Dios y la Virgen te protejan que tengas un excelente día y que ellos te sigan iluminando para que sigas siendo esa gran persona que eres." Patricia.
Ordenación Sacerdotal. Mérida, Venezuela (1987) - Gracias a Dios y a mis hermanos. Muchos saludos Fray Nelson Dios le bendiga. Bodas de plata de ordenacion sacerdotal. P. Rubén
Pasado algún tiempo en Antioquía, emprendió Pablo otro viaje y recorrió Galacia y Frigia, animando a los discípulos. Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en la Escritura. Lo habían instruido en el camino del Señor, y era muy entusiasta; aunque no conocía más que el bautismo de Juan, exponía la vida de Jesús con mucha exactitud.
Apolo se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Su presencia, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías.
Apolo demostraba con la Escritura que Jesús es el Mesías (Hechos 18,23-28)
Salmo
Pueblos todos, batid palmas, / aclamad a Dios con gritos de júbilo; / porque el Señor es sublime y terrible, / emperador de toda la tierra. R.
Porque Dios es el rey del mundo: / tocad con maestría. / Dios reina sobre las naciones, / Dios se sienta en su trono sagrado. R.
Los príncipes de los gentiles se reúnen / con el pueblo del Dios de Abrahán; / porque de Dios son los grandes de la tierra, / y él es excelso. R.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo os aseguro, si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre."
El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis (Juan 16,23b-28)
Cristo sale del Padre y es la plena expresión del Padre. Recibir a Cristo, es recibir el mensaje pleno del Padre. Así mismo, el Reino de Cristo no es de este mundo y no depende de los poderes del mundo. 25 min. 52 seg.
San Lucas destaca varias veces y de varias formas que Cristo no es solamente un hombre muy "especial" o muy "sabio." Es, ante todo, el Mesías, en quien halla su cumplimiento todo el Antiguo Testamento. 4 min. 27 seg.
Las grandes promesas sobre la oración, como "pedid y se os dará," son en realidad el término de un camino que pasa por la vía purgativa y la vía iluminativa. 20 min. 22 seg.
El encuentro entre dos grandes predicadores, Apolo y Pablo, muestra que sólo se puede seguir verdaderamente a Cristo si uno ha sido alcanzado por Cristo. 12 min. 40 seg.
El cambio en la predicación de Apolo sintetiza lo que significa descubrir que la fe no se limita a mejorar esta vida sino que abre puertas en la eternidad. 5 min. 30 seg.
No descalifiquemos esas circunstancias que nos rodean y que pueden parecer muy duras, pues en esa dificultad Dios está preparando una siembra más amplia y más hermosa. 5 min. 32 seg.
Llegar a la alegría plena es reconocer que Dios me ha llamado y enviado, y Él mismo es quien me acompaña en el camino de mi vida cristiana. 5 min. 0 seg.
Al orar en el nombre de Cristo nos hacemos parte de su amor al Padre y le presentamos su sacrificio que es muestra de amor perfecta para alcanzar el favor de nuestra causa. 4 min. 26 seg.
El Misterio de la Ascensión consiste en que en el momento en el que Jesús retorna al Padre, no retorna solo, ascendemos con Él porque nos hemos unido a Cristo al aceptarlo y amarlo. 4 min. 52 seg.
En la medida que permanezco en Jesús y Él en mí, mi oración ya no es solo mía es también suya, es en el Nombre de Cristo porque estoy lleno de su presencia y de alguna manera la plegaria que sale es la de Jesús, lo que hace que la oración tenga poder ante el Padre. 7 min. 5 seg.
Pedir es importante porque es un acto de humildad, de confianza y es auxilio oportuno porque como cristianos sin la ayuda de Dios es imposible crecer. 5 min. 8 seg.
1.1 El episodio de este predicador itinerante, Apolo, podría parecer un simple accidente o una anécdota. En realidad ilustra una verdad muy importante: todo el Antiguo Testamento miraba hacia Jesucristo.
1.2 Apolo, incluso con su instrucción incompleta, ha llegado a entender que los términos de la antigua alianza quedaban como en suspenso y que sólo podrían encontrar conclusión en los hechos y dichos de Jesús de Nazareth.
1.3 Sin embargo, algo le faltaba a este hombre, con toda su elocuencia. ¿Qué específicamente? El texto no lo dice. Nos habla de una especie de profundización o de mayor precisión. Hay una ligera pista, sin embargo: al llegar a Acaya, Apolo animó a los que "por gracia habían creído." Es tal vez una indicación de la nueva ruta que tomó la predicación de Apolo, más orientada ahora hacia la gracia y la fe.
2. Unidos al Hijo
2.1 En el evangelio encontramos expresiones sublimes del amor de Dios manifiesto en la voz entrañable de Jesucristo. Este es un texto para contemplar en adoración y gratitud inacabables. Ya conocíamos por los sinópticos aquella promesa maravillosa: "pidan y se les dará" (Mt 7,7). Adquiere un nuevo tono en el momento de la cena de despedida. Cuando parece que se aleja y no hay modo de retenerlo, un modo muy suyo de asegurar que está cercano es darnos el secreto de su "Nombre": pidan "en mi Nombre," les dice (Jn 16,24).
2.2 Todo este pasaje habla en verdad de unidad con el Hijo. ¿Habíamos oído cosa tan hermosa como "no es necesario que les diga que yo voy a interceder ante el Padre por ustedes, porque el Padre mismo los ama"? ¡Casi parece que Él se quita sólo por asegurarnos hasta dónde estamos ya en Él y Él en nosotros!
2.3 Esta unidad ha de ser asegurada precisamente por la frase que oímos al final. Es la hora de las revelaciones decisivas y Cristo declara la verdad de su propia misión. Hay una salida desde el Padre hacia el mundo y una salida desde el mundo hacia el Padre. Ahí está dicho todo. No es un accidente. No es tampoco el puro resultado de las maquinaciones de sus enemigos. Hay un plan, que no por misterioso es menos real, y ese plan atraviesa cada fibra del universo para levantarlo todo en ofrenda a la gloria del Padre.