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Nació en 1838 y provenía de una familia acaudalada. La infancia de este Santo fue perfectamente ordinaria.
Poseía un temperamento vehemente, que no siempre sabía dominar. Leía muchas novelas e iba con frecuencia al teatro.
Tras la muerte de su hermana predilecta, el Santo abrazó la vida religiosa a la edad de 17 años, ingresando a la Congregación de los Pasionistas.
La vida de Gabriel se convirtió entonces en un extraordinario esfuerzo por alcanzar la perfección en las cosas pequeñas.
Poseía un extraordinario espíritu de oración, de caridad a los pobres, de amor al prójimo y exacta observancia. Mostraba, además, un deseo constante de mortificarse más allá de sus fuerzas, junto con su absoluta docilidad a la obediencia.
Sin embargo, lo más sorprendente sobre este Santo, fue la alegría con que supo consumar el sacrificio. Cuando apenas llevaba cuatro años en la religión, aparecieron los primeros síntomas de la tuberculosis, enfermedad que le impidió continuar con sus deberes de la vida comunitaria.
La paciencia en la debilidad, los sufrimientos corporales y la total sumisión a las restricciones que los Superiores le imponían, se convirtieron en las principales características de San Gabriel de la Dolorosa.
Cali-Valle del Cauca, Colombia (1980) - Gracias Señor por todas tus bendiciones en especial por nuestras hijas. Que tus bendiciones nos sigan acompañando. Bendito seas mi Señor.
Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré
Sólo en Dios descansa mi alma, / porque de él viene mi salvación; / sólo él es mi roca y mi salvación; / mi alcázar: no vacilaré. R.
Descansa sólo en Dios, alma mía, / porque él es mi esperanza; / sólo él es mi roca y mi salvación, / mi alcázar: no vacilaré. R.
De Dios viene mi salvación y mi gloria, / él es mi roca firme, / Dios es mi refugio. / Pueblo suyo, confiad en él, / desahogad ante él vuestro corazón. R.
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.
El Señor pondrá al descubierto los designios del corazón (1 Corintios 4,1-5)
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos."
Cristo lleva a su plenitud la Ley mostrándonos un camino en que la obediencia es fruto de la convicción interior y la confianza en el Dios que sabemos que nos ama. 4 min. 27 seg.
Aquel que tiene dos o más señores vivirá siempre en el agobio porque no podrá encontrar la verdadera confianza en Dios, sintiendo que los deberes son muchos y las fuerzas son pocas. 4 min. 24 seg.
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1.1 Nuestro cerebro está organizado para tomar lo grande como distante. La grandeza próxima la detectamos como peligro o amenaza. Por eso nos cuesta trabajo creer que Dios sí está cerca.
1.2 Nuestra mente ha recibido esta información: que lo poderoso es rudo y lo débil es tierno. Nos cuesta demasiado admitir ternura en el fuerte.
1.3 Pero las lecturas de hoy nos hablan de Dios como grande y a la vez cercano; fuerte y a la vez cargado de ternura.
2. Amor que no olvida
2.1 Isaías describe el amor de Dios con el lenguaje de la intensidad, cercanía y belleza del amor materno, quizás la expresión más paradigmática del amor en la raza humana. Sólo que Dios supera ese paradigma.
2.2 El amor de Dios, como el de una buena madre, es amor que recuerda. Pero hay maneras de recordar: el que vive resentido o el que espera vengarse también recuerdan, pero su recordar espera la hora del mal. Dios recuerda su propia bondad y su propia misericordia, y el bien que ya ha florecido en nosotros, y desde este piadoso recuerdo busca nuestro bien.
3. Fiarse del amor
3.1 Si Dios está cerca; si nos recuerda con amor; si su poder es inextinguible, lo único lógico en la vida es confiar en Él. Esa fue la lógica de Cristo, y eso es lo que quiere inculcarnos en el Evangelio.
3.2 La fe no es entonces un salto al vacío sino el paso natural, racional y lógico... una vez que uno sabe quién es Dios--lo cual implica saber también que lo demás y los demás no son Dios.