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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Lunes, Agosto 25 de 2008[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Par,
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Lectura: |
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1a. |
El Señor sea glorificado en vosotros, y vosotros en él (2 Tesalonicenses 1, 1-5. 11b-12) |
Salmo |
Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. (Salmo 95) |
Evangelio |
¡Ay de vosotros, guías ciegos! (Mateo 23, 13-22) |
Núm. |
Datos |
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1996/08/26 |
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2012/08/27 |
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2014/08/25 |
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4 |
2018/08/27 |
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2024/08/26 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. Saludo a Una Comunidad Cristiana1.1 La primera lectura de hoy, tomada del comienzo de la Segunda Carta de San Pablo a los fieles de Tesalónica, es un precioso testimonio de las relaciones de fe y amor que sirvieron de contexto en el nacimiento de las primeras comunidades cristianas. Examinemos un poco qué aparece ahí porque estas palabras no son puras fórmulas de cortesía. 1.2 Comenta Santo Tomás de Aquino que los deseos de "gracia" y "paz" que escribe el apóstol son como el resumen de toda la vida espiritual, porque todo empieza en la gracia y todo culmina en el don estimable de la paz. El deseo de gracia nos recuerda que todo ha llegado como un regalo para nosotros, porque su precio fue pagado con amor en la Cruz; el deseo de paz nos recuerda que ningún bien falta a los que acogen ese amor en sus vidas. 1.3 Pablo por una parte reconoce el camino recorrido, pues escribe: "nos mostramos orgullosos de ustedes ante las comunidades cristianas de Dios, y de la constancia y de la fe que ustedes tienen en todas las persecuciones y tribulaciones que están sufriendo." Sin embargo, no considera concluida su tarea de apóstol ni les hace creer a ellos que ya están en la plenitud del Reino, sino que los invita a crecer y prosperar: "Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder lleve a efecto tanto los buenos propósitos que han formado." Sus palabras, pues, se dirigen al presente de una comunidad que tiene un fundamento que viene del pasado y que se abre a una perspectiva de futuro. 1.4 Queda claro entonces que los cristianos somos peregrinos. Hay una consumación a la que aquí se alude discretamente pero que ocupará más espacio en el cuerpo de esta misma Carta. Pablo escribe, en efecto: "En el justo juicio de Dios, (ustedes) serán considerados dignos de su Reino, por el cual ahora padecen." Brillan así la fe como cimiento que viene del pasado, el amor como norma del presente y la esperanza como horizonte de futuro. 2. Polémica de Jesús con las Autoridades Judías de su Tiempo2.1 El evangelio de hoy, por su parte, tiene un tono muy fuerte: son palabras de Jesús que desenmascaran las pretensiones de autoridad de dos grupos fuertes e influyentes de la sociedad judía de su tiempo: los escribas y los fariseos. Los escribas se ufanaban de conocer en profundidad la Escritura y los fariseos tenían su orgullo en practicar mejor que nadie los preceptos allí descritos. 2.2 La palabra clave de toda la invectiva de Nuestro Señor es "hipócritas." Los fariseos y los escribas no son como parecen, no son como se muestran, no son como quieren ser vistos, no son como lo que enseñan: están rotos y su virtud es pura fachada. Seguirlos es volverse como ellos y eso implica perder la capacidad de gozarse en la Buena Nueva de salvación. 2.3 Esto es importante destacarlo: si Jesús denuncia a los escribas y fariseos no es por buscar la importancia o la fama o el poder que ellos detentan. No los fustiga por el hecho de ser pecadores sino porque su pecado los hace ciegos para ver el anuncio de gracia que trae el mismo Jesús. Además, su orgullo vano no sólo los paraliza a ellos sino que los convierte en obstáculo para que otros crean. 2.4 Esta reflexión nos ayuda a entrar un poco en la intención de Jesucristo: no es denunciar por el gusto de hacerlo, ni por hacer alarde de independencia o por ganar multitudes a su favor. Cristo denuncia porque ama. Es el amor que tiene a sus enemigos lo que lo mueve a quitar con vigor inusitado los obstáculos que no se van a quitar de otro modo. Y esos obstáculos son ante todo la soberbia, la mentira y el desprecio a los pequeños. De todo esto aprendemos cuánto detesta Dios estas faltas y cuánto hemos de evitarlas para recibir con gozo y gratitud el don que él nos ofrece. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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