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Parece que su familia era la dueña de la casa donde Jesús celebró la Última Cena, donde estaban los Apóstoles reunidos el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.
Se trataba de un niño en la época en la que Jesús predicaba, y probablemente fue uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés.
Primo de San Bernabé, lo acompañó junto con San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron los dos Apóstoles.
Pero, al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de San Pablo: "Había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad" (véase 2 Corintios 11,26), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros, regresando a su patria.
En el segundo viaje, Bernabé quiso llevar consigo de nuevo a su primo Marcos. Mas, San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje.
Esto hizo que los dos Apóstoles se separaran y se fuera cada uno por su lado a misionar. Después volvería a ser otra vez muy amigo de San Pablo.
San Marcos llegó a convertirse en secretario y hombre de confianza de San Pedro. Como le escuchaba siempre sus sermones, que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien.
Y dicen que a pedido de los cristianos de Roma, escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar al Apóstol. Esto es lo que se llama, "Evangelio según San Marcos".
El Evangelio de San Marcos es como una repetición de lo que el Apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los cuatro Evangelios.
El de San Lucas tiene 1140 frases. El de Mateo 1068. El de San Juan 879 y el de San Marcos solamente tiene 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes.
Se propone no dejar de relatar lo que contribuya a hacer más llamativa la narración. Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que San Pedro presenció, y que se le ha quedado grabado en su memoria.
Pone más atención a los hechos de Jesús que a sus discursos. Las narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico contando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús.
Dicen los especialistas que el Evangelio de San Marcos, mientras más se le estudia, más se convence uno de que el que lo escribió era un verdadero artista de la narración, contribuyendo con este escrito a que muchos millones de lectores se entusiasmen por la persona de nuestro amable Salvador.
Un sabio afirmó que, "el Evangelio de San Marcos es el libro más importante que se ha escrito", pues parece haber sido el primer Evangelio, del cual sacaron mucho material los otros tres Evangelistas.
San Marcos tiene 105 pasajes, y de ellos aparecen 93 en Mateo y 85 en Lucas. De las 746 frases de Marcos, San Mateo reproduce 606 y copia el 51% de las palabras que emplea Marcos.
San Lucas reproduce en su Evangelio 320 de las 746 frases de San Marcos. Solamente hay 24 frases de San Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas. Por eso es que el Evangelio de San Marcos es un libro verdaderamente importante.
San Pedro llama a Marcos en sus cartas: "Hijo mío". Y San Pablo, cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma, le pide: "Tráigame a Marcos, porque necesito de su colaboración" (véase 2 Timoteo 3,11). Dicen los antiguos historiadores que fue un compañero muy apreciado por los dos Apóstoles.
Cuentan que a San Marcos lo nombraron Obispo de Alejandría en Egipto, y que allá, en esa ciudad, resultó ser martirizado por los enemigos de la religión, un 25 de abril.
La ciudad de Venecia, Italia, lo eligió como Patrono, y construyó en su honor la bellísima Catedral de San Marcos.
Morristown, NJ, Estados Unidos - Felicidades mi amor, hoy día de tu cumpleaños, que el Señor te bendiga, hoy, mañana y siempre, te amamos tu esposa e hijos.
Bogotá, Colombia. Abril 25 de 2009 - Estamos avisando con tiempo. Lugar: Casa Fraterna: Trv. 22 Bis # 60-35. Hora: 10:00 AM - 6:00 PM. Informes en el teléfono +57 (1) 235-9363.
Bogotá, Colombia (2009) - Domingo 26 de Abril de 9:00AM a 5:00 PM Casa de los Santos Angeles - Calle 56 # 35-30, estamos avisando con anterioridad para que nos acompañes. Informes: Tel: +Tel: +57 (1) 221-9550 y 221-9831 http://fraynelson.com/2009_04.html
Bogotá, Colombia (2010) - Los invitamos cordialmente a la solemne Eucaristía que será presidida por Monseñor Francisco Nieto Zúa, Obispo auxiliar de Bogotá, el próximo 25 de abril, Domingo del Buen Pastor, en homenaje y agradecimiento a todos nuestros sacerdotes en este Año Sacerdotal y dentro del marco de nuestro Año Jubilar por el Cuarto Centenario de nuestra Fundación. Lugar: Capilla del Monasterio de la Visitación - calle 74 No.11-56. Hora:3:00p.m. los sacerdotes por favor traer alba y estola. Gracias. Hermanas de la Visitación de Santa María de Bogotá
Bucaramanga, Colombia (2010) - Casa de Oración Camino de la Esperanza. Sánate o libérate a través de la Confesión en este seminario con el sacerdote José Isaac Ramírez Sandoval y sus predicadores de Bosa (Cund). Este 24 y 25 de Abril: Sábado 24: 8-12m y 2-7pm y Domingo: 8-12 m. Lugar: Casa de Oración Camino de la Esperanza. Cra.25 #48-36 Bucaramanga. Tel.6478220-6357817-3167308640-3132607191.
En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: "¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre."
Pedro y los apóstoles replicaron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. la diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen."
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.
Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. R.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. (Salmo 29)
2a.
Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: "Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza."
Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos-, que decían: "Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos."
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar."
Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo."
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?"
Ellos contestaron: "No."
Él les dice: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis."
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor."
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: "Traed de los peces que acabáis de coger."
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: "Vamos, almorzad."
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis corderos." Por segunda vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le contesta: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Él le dice: "Pastorea mis ovejas." Por tercera vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras." Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: "Sígueme."
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado (Juan 21, 1-19)
Una catequesis sobre el movimiento que va desde el Domingo de Resurrección hacia el Domingo de Pentecostés: cómo participamos de la vida, la pasión y la victoria del Señor. 4 min. 54 seg.
La actitud renovada y renovadora de la poderosa fe de Pedro muestra el camino para una verdadera transformación de la sociedad y el mundo. 17 min. 7 seg.
Cristo enseña, marcando la ruta; alimenta, al agotarse las fuerzas; dialoga, y nos confirma en la misión; anuncia, para asociarnos al misterio de su amor y de su cruz y dar vida en su nombre. 5 min. 58 seg.
Es verdad que Cristo siempre nos espera al límite, a la orilla, del océano que agota o de la noche que pone a prueba nuestras fuerzas, pero ¿por qué esperar a llegar a ese límite? 24 min. 45 seg.
La Iglesia movida por el Espíritu Santo y por la Palabra de Cristo continúa su misión hasta el fin de los tiempos mostrando que Jesús está vivo y que jamás se quedará en el pasado. 5 min. 18 seg.
Como Iglesia estamos llamados a caminar hacia Jesús y hacia el momento en el que ya no es necesario preguntar nada, cuando todo queda claro, cuando ya el amor ha encontrado su hora. 5 min. 56 seg.
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1.1 Este tiempo de Pascua es como una prolongada contemplación de la gloria de Cristo y de su victoria. El Señor vive, se ha levantado de entre los muertos, y como él mismo dijo, una vez levantado, ha atraído a todos y a todo hacia sí. Cristo se levanta y con él el pueblo que confía en su Nombre; Cristo se levanta y su victoria da unidad a la creación ya renovada, para presentarla como ofrenda solemne en el altar del cielo.
1.2 Pascua es el tiempo más propicio para reunir nuestras voces con los coros de los ángeles en el cielo. A todo lo largo de la Pascua descubrimos de manera nueva que no hay sino una Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, o mejor: el Cristo total, como gustaba de decir san Agustín de Hipona. Tales la grandiosa visión de la que escuchábamos en el texto de la segunda lectura: << Y todas las criaturas del cielo y de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, oí que también decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y poder por los siglos de los siglos.>>
1.3 Y así como durante la Cuaresma nos ejercitábamos en el ayuno y el arrepentimiento de nuestras culpas, ahora, llegada la Pascua, se nos invita a ejercitarnos en la alabanza y en la acción de gracias, porque una cosa es cierta: tanto necesita nuestro corazón aprender a alegrarse en el bien como necesita aprender a rechazar el mal.
2. Amor del Bueno
2.1 Los apóstoles ciertamente habían aprendido muy bien estas lecciones, pues, después de ser injusta y cruelmente azotados <> como oímos en la primera lectura de hoy. Fortalecidos por el don del Espíritu Santo, fueron capaces no sólo de dar testimonio sino de sufrir, e incluso gozarse en el sufrimiento, como un modo máximo de dar testimonio de Aquel que les concedía tal fortaleza y tal alegría.
2.2 Todo, pues, depende de la calidad de amor que nos mueve, como lo muestra el evangelio de hoy. Tres veces negó Pedro a Jesús, cuando llegaba la hora suprema de la dolorosa Pasión; tres veces preguntó Jesús a Pedro si le amaba, cuando la tormenta había ya pasado. Aquel testimonio de amor tenía una razón de ser muy clara: sanar las heridas que habían causado el miedo, la vanidad y el orgullo.
2.3 Y de aquí podemos tomar una segunda lección muy importante sobre el sentido del tiempo pascual: buscar amor que sea digno de ese nombre. De hecho, el tiempo pascual es como un inmenso arco tendido entre la Resurrección del Señor y Pentecostés. Estos límites cronológicos tienen una razón de ser: tanto la resurrección como la efusión maravillosa del Espíritu Santo son las más grandes expresiones del amor que vence sobre el pecado y la muerte.