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Los datos acerca de este Santo, los sabemos por el libro de Daniel en la Santa Biblia. Pertenecía a una familia importante de Jerusalén. Era muy inteligente, estudioso y de agradable presencia.
Cuando el rey Nabucodonosor invadió a Jerusalén, se lo llevó prisionero a Babilonia junto con otros jóvenes. Al darse cuenta de las cualidades de este adolescente, Nabucodonosor lo hizo instruir en todas las ciencias políticas y sociales de su país.
Los enemigos de la religión acusaron a Daniel, porque tres veces cada día se arrodillaba en la azotea de su casa a adorar y rezar a Dios. En castigo, fue echado al foso, donde había leones sin comer. Pero, Dios hizo el milagro de que los animales no lo atacaran, y esto produjo que el rey creyera en el verdadero Dios.
El joven se abstenía de tomar bebidas alcohólicas y de consumir alimentos prohibidos por la Ley de Moisés. Dios le concedió una inmensa sabiduría, con la cual logró escalar los más altos puestos de gobierno hasta llegar a ser primer ministro bajo los regímenes de Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro.
A esta gran sabiduría, a la habilidad para gobernar y a su santidad, debe él que a pesar de los cambios de gobierno, lograra conservar su cargo durante el reinado de cuatro reyes.
Daniel recibió de Dios la gracia de revelar sueños y visiones. Fue un Profeta tan estimado, que pudo corregir a los mismos jefes de gobierno de su tiempo; correcciones, que fueron recibidas con buena voluntad.
Ante el pueblo apareció siempre como un hombre iluminado por Dios, de una conducta ejemplar, y como un creyente de profunda piedad y devoción.
Bogotá, Colombia - Gracias Señor por mi vida, por el plan que tu has trazado para mi, por mi familia, mi profesion y por la Fe en que me has permitido nacer. Te amo y te alabo mi Señor
Fúquene - Cundinamarca, Colombia - Querida Tía: todos te acompañamos en este día tan especial. Te tenemos muy presente en nuestras oraciones. Familias Ramos Ramírez Rodriguez
Santiago, Chile (1982) - Señor bendice nuestro matrimonio y nuesra familia.
Guía con tu amor de Padre nuestros pasos para ser verdaderos discípulos y misioneros de tu Evangelio.
Bucaramanga, Colombia (1988) - Elevamos una acción de gracias a Dios, porque en 25 años de vida matrimonial, a pesar de las dificultades ha estado siempre de la mano de nuestra familia para fortalecerla y seguirla consolidando en el amor.
Ordenación-Obispo. Ipiales-Nariño, Colombia - Muy Estimado Monseñor Arturo, Dios Bendiga su labor apostólica en nuestra querida Diócesis de Ipiales, quien humildemente lleva el proceso diocesano de Comunión y Participación pero muy firme en su fe, y muy firme en su apostolado. El Pueblo de Dios, los sacerdotes, religiosos y laicos, llevando en alto el plan global con el método prospectivo vamos aaavanzando, y cambiando la realidad de antivalores hasta llegar al ideal que Dios y el pueblo quiere. Dios bendiga a Nuestro Pastor, bendicelo con su salud, con su sabiduría y dale muchas energías para seguir adelante en su pastoreo.\" Pbro. Eloy Rafael Chaves Lasso
En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: "Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.""
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad." R.
Sellé una alianza con mi elegido, / jurando a David, mi siervo: / "Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para todas las edades." R.
Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora." / Le mantendré eternamente mi favor, / y mi alianza con él será estable. R.
Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos." Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia." Por lo cual le valió la justificación.
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
La figura humilde, discreta y grande de San José nos anima a crecer en las virtudes de la discreción, la obediencia, la constancia en el servicio a Dios. 4 min. 32 seg.
José, padre virginal de Cristo, nos invita reflexionar sobre las peculiaridades del amor paterno, en contraste con el amor propio de las madres. 17 min. 33 seg.
(1) Ser justo es atreverse a reconocer las consecuencias de los propios actos en otras vidas. (2) Es tener "ley," es decir, principios. (3) Es preguntarse por qué se ajusta al plan de Dios. 23 min. 7 seg.
No toda autoridad es autoritarismo, ni toda posición viril hay que calificarla de machismo. San José es referencia particular para los varones. 4 min. 44 seg.
Como ya enseñaba proféticamente el Papa Benedicto XVI, nuestro tiempo desconoce la esencia y la importancia irreemplazable del amor paterno, como el que testifica San José. 6 min. 31 seg.
Vivamos nuestra vocación cristiana a ejemplo de San José: obediente al poner en obra la Palabra escuchada, libre al sosegar el corazón y puro en su vida entera. 3 min. 50 seg.
La enseñanza de Santo Tomás sobre qué es propio y típico del amor masculino ilumina la grandeza de San José: claro sin ser rudo; líder sin ser tirano, y fuerte sin ser agresivo. 24 min. 22 seg.
Pidamos a San José que proteja la vida cristiana en nosotros y que nos defienda de las tribulaciones, tentaciones, seducciones y persecuciones que tiene la fe hoy. 4 min. 59 seg.
Volvamos con fuerza a San José porque sus cualidades completamente volcadas al plan de Dios y las virtudes al servicio de Cristo son las que todos necesitamos. 6 min. 22 seg.
Una obediencia sin liderazgo ni iniciativa se convierte en pasividad y derrota; el liderazgo sin obediencia ni escucha se convierte en tiranía y en capricho. 4 min. 35 seg.
En Cuaresma buscamos: purificar el corazón y en San José vemos como el suyo es puro, rectificar la intención y vemos su ejemplo, amar al prójimo y vemos que él vivió en caridad y servicio, reconstruir nuestra relación con Dios y encontramos en San José silencio y amor. 4 min. 6 seg.
José es demostración viva de la fidelidad de Dios, que a través de él, cumplió lo que ha dicho más de mil años atrás, por boca del profeta Natán. 12 min. 39 seg.
San José dormido nos recuerda a los patriarcas, que nuestro Guardián no duerme en nuestros momentos de fragilidad y nos invita a ser dóciles para llegar a una auténtica obediencia. 5 min. 29 seg.
Pidamos la intercesión de San José para poder conocer, reconocer, valorar, agradecer y custodiar los dones de Dios; dando buenos frutos como los dio San José. 6 min. 7 seg.
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1.1 Dios prometió a David, por boca del profeta Natán, que consolidaría su descendencia en el trono de Judá. Y así se cumplió visiblemente, por lo menos en el curso de unos siglos, pues mientras que los reyes del reino del Norte, el reino de Israel, se sucedían uno tras otro por las vías de hecho sin llegar a consolidar una dinastía, en el reino del Sur, el de Judá, la palabra dada se cumplía una generación tras otra. Fue así como pudo sostenerse el cetro de David a sus descendientes, por varias centurias.
1.2 Mas la profecía quedó en entredicho con el terrible acontecimiento del exilio. Desterrados a Babilonia, los hebreos vieron cómo sus más caras instituciones se derrumbaban estrepitosamente: el tempo profanado, el rey cautivo, la tierra antes prometida hoy abandonada... La palabra divina parecía irse al traste en medio de la devastación y agrietarse como se habían agrietado los muros de Jerusalén, impotentes ante la altanería y la agresividad del impío invasor, Nabucodonosor.
1.3 Dios había dicho que la dinastía de David no caería, y sin embargo los hechos estaban desmintiendo a Dios. ¿Quién, cuál sucesor de David podía ser llamado rey en medio de la humillación del destierro? Todo parecía sepultado bajo montañas de escombros y despojos de destrucción. Y sin embargo, siglos después, hay un hombre, de nombre José, cuyo primer título es "descendiente de David". ¡José es aquel por quien se sigue cumpliendo la promesa! Yo digo más: si por José llamamos a Jesús "hijo, es decir, descendiente y heredero, de David", entonces José era rey, y nadie lo sabía. José es el vínculo humildísimo, oculto a ojos del mundo y de su propio pueblo, por el que habría de brillar la increíble fidelidad de Dios.
2. La Santidad de José
2.1 La grandeza de la santidad de María y la infinita santidad de Jesucristo de tal modo nos deslumbran que en medio de tantísima luz queda como oculta la santidad, que no es pequeña, del buen José.
2.2 Sobre el misterio de este ocultamiento de san José nos ha escrito bellamente el Papa Juan Pablo II: "Durante su vida, que fue una peregrinación en la fe, José, al igual que María, permaneció fiel a la llamada de Dios hasta el final. La vida de ella fue el cumplimiento hasta sus últimas consecuencias de aquel primer «fiat» pronunciado en el momento de la anunciación mientras que José como ya se ha dicho en el momento de su «anunciación» no pronunció palabra alguna. Simplemente él «hizo como el ángel del Señor le había mandado» (Mt 1, 24). Y este primer «hizo» es el comienzo del «camino de José». A lo largo de este camino, los Evangelios no citan ninguna palabra dicha por él. Pero el silencio de José posee una especial elocuencia: gracias a este silencio se puede leer plenamente la verdad contenida en el juicio que de él da el Evangelio: el «justo» (Mt 1, 19)" (Redemptoris Custos, 17).
2.3 Y más adelante reflexiona sobre el misterio de la santificación de José en virtud de la presencia del Verbo Encarnado. Entresacamos textos del n. 27 de la carta citada: "La comunión de vida entre José y Jesús nos lleva todavía a considerar el misterio de la encarnación precisamente bajo el aspecto de la humanidad de Cristo, instrumento eficaz de la divinidad en orden a la santificación de los hombres. Entre estas acciones los Evangelistas resaltan las relativas al misterio pascual, pero tampoco olvidan subrayar la importancia del contacto físico con Jesús en orden a la curación (cf., p.e., Mc 1, 41) y el influjo ejercido por él sobre Juan Bautista, cuando ambos estaban aún en el seno materno (cf. Lc 1, 41-44).
2.4 "El testimonio apostólico no ha olvidado la narración del nacimiento de Jesús, la circuncisión, la presentación en el templo, la huida a Egipto y la vida oculta en Nazaret, por el misterio de gracia contenido en tales gestos, todos ellos salvíficos, al ser partícipes de la misma fuente de amor: la divinidad de Cristo. Si este amor se irradiaba a todos los hombres, a través de la humanidad de Cristo, los beneficiados en primer lugar eran ciertamente: María, su madre, y su padre putativo, José, a quienes la voluntad divina había colocado en su estrecha intimidad.
2.5 "Puesto que el amor paterno de José no podía dejar de influir en el amor filial de Jesús y, viceversa, el amor filial de Jesús no podía dejar de influir en el amor paterno de José, ¿cómo adentrarnos en la profundidad de esta relación singularísima? Las almas más sensibles a los impulsos del amor divino ven con razón en José un luminoso ejemplo de vida interior."
3. El Ejemplo de José
3.1 José es un testimonio maravilloso de las virtudes que más necesita nuestro tiempo.
3.2 La agresividad y el afán de lucro propios de nuestra vida acelerada se enfrentan con la mansedumbre, la generosidad y la paciencia de este hombre sencillo y santo.
3.3 El ansia de placer y el consumismo desbocado tienen que humillarse delante de la pureza y austeridad de este hombre limpio de corazón.
3.4 La ebriedad de soberbia y los deseos de venganza que marcan tantas vidas de nuestro mundo convulsionado podrían aprender muchísimo de la existencia discreta y de la solícita obediencia de este hombre con rostro de genuino creyente.
3.5 El escepticismo cínico de nuestra época y la vanidad con que se quiere comerciar con todo, desde el cuerpo hasta la conciencia, han de frenar su ímpetu ante este hombre que con su fe derrotó al infierno y con su profunda caridad empujó la puerta del cielo.