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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Viernes, Febrero 20 de 2004[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Par,
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Lectura: |
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1a. |
Lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras (Santiago 2,14-24.26) |
Salmo |
Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. (Salmo 111) |
Evangelio |
Tomar la cruz y seguir a Jesús (Marcos 8,34-9,1) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1998/02/20 |
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2008/05/16 |
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2012/02/17 |
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2014/02/21 |
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2020/02/21 |
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2022/02/18 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. La Fe sin Obras Está Muerta1.1 El pasaje de la primera lectura de hoy es uno de los más famosos y comentados de la Carta de Santiago. En un sitio muy completo de Internet, www.mercaba.org, que ya hemos recomendado en otras ocasiones, tomamos este comentario. 1.2 Con los actos es como hay que demostrar la fe. Este pasaje de Santiago nos preserva de toda ilusión en la vida cristiana: ésta no consiste en conceptos, sino en realizaciones concretas. Al leer el pasaje, caemos en la cuenta de que está hecho más bien para ser proclamado; es incisivo, y su proclamación a nadie puede dejar indiferente. El cristiano que lo oye, se siente inmediatamente invitado a considerar cómo vive. No nos dice Santiago -que lo da por sabido- qué es la fe y cuál es su objeto. En cuanto a la concreta actividad que ella supone, nos la describen estos versículos orientados al cuidado del otro y de la caridad. Es un estilo pastoral muy simple y un tema querido de Juan en sus cartas. 1.3 La fe conceptual no salva; tiene que pasar a lo concreto de la vida. Para expresarlo mejor, Santiago recurre, como buen predicador, a un ejemplo. No le falta humor en la elección de su parábola, de hecho, en ella encontramos a nuestros buenos cristianos de siempre, fecundos en principios de vida, pero poco inclinados a ponerlos en práctica. Decía san Agustín que no se evangeliza a vientres vacíos. El verdadero testigo de la fe no se contenta con predicarla, sino que percibe de hecho las necesidades y busca solucionarlas. Para Santiago, el cristiano de su parábola sólo tiene una fe muerta... "Yo, por las obras, te probaré mi fe." Así pues, la sola posesión del don de la fe no puede salvar, es preciso obrar. 1.4 Ninguna oposición en esto a san Pablo: aunque éste escribe que la fe sola salva ( Rm 3, 28), en él se trata de una manera de expresar teológicamente la iniciativa del Señor que salva mediante el don de la fe; nuestras actividades nada pueden por sí mismas. La fe es don de Dios (Rm 3, 27; 4, 2-5), y la salvación está condicionada por la fe (Rm 3, 22-28). Sin embargo, san Pablo nos dice insistentemente que es la actividad obediente de Cristo la que nos salva (Rm 5, 18-19), en ese sentido, no son las obras de los hombres las que pueden salvarlos (Rm 3, 28); pero la colaboración del hombre que ha recibido la fe es necesaria para su salvación: "... hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos" (Ef 2, 10). 2. Cargar con la Propia Cruz2.1 Las palabras de Jesús tenían que oírse como el restallido de un latigazo en quienes le escuchaban. La cruz era el emblema abominado y abominable tanto para romanos como judíos. Para los unos era el símbolo mismo de la ignominia que sólo podían merecer los esclavos rebeldes; para los otros, el espanto de una muerte atroz y la señal de la garra implacable del águila imperial de Roma. Jesús toma ese signo detestable, casi repugnante, y lo asocia con la vida de sus discípulos. ¿Por qué? 2.2 Se trata de mostrar que el evangelio conlleva pérdidas y no de cualquier orden: pérdidas radicales. Esto es algo que podía no ser obvio a quienes veían cómo este profeta maravilloso, este Jesús de Nazareth sanaba toda clase de enfermedades y expulsaba todo tipo de demonios. Nada parecía quedarle grande y nada parecía costar demasiado trabajo. Todo parecía ganancia y no se veían las pérdidas. Pues bien, este profeta portentoso en obras nos quiere bien despiertos con sus palabras. Y nos advierte que no todo es ganancia; que hay un precio, y es tan alto como la propia vida. 2.3 No se trata de que estemos "comprando" la salvación sino de que la condición misma de salvados es algo dinámico, algo que ha de realizarse más de una vez, o por mejor decir, de un modo continuo. La vida "salvada" es una vida de continuo "ofrecida," y ello entraña una actitud de permanente gracia, gratuidad y gratitud. El discípulo no es el que disfruta de una vida sin problemas sino el que puede hacer de su vida y de sus problemas algo nuevo y fecundo, algo significativo y hermoso, algo entrañable y cargado de amor y sentido. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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