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El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de María, es el motivo de esta festividad. Se instituyó con el objeto de que los fieles encomienden a Dios a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la Iglesia, agradezcan por su omnipotente protección y sus innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias y la mediación de la Virgen María.
La primera vez que se autorizó la celebración de esta fiesta, fue en 1513 en la ciudad española de Cuenca. Desde ahí se extendió por toda España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la Iglesia de occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia.
Esta conmemoración es probablemente algo más antigua que la fiesta autorizada en el año 1513, aunque no se tienen pruebas concretas sobre ello. Todo lo que podemos decir, es que la gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.
Bogotá, Colombia(1902) - Aniversario natalicio Sierva de Dios María Sara (Alvarado pontoón), Fundadora de la Congregación de Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth
Cali, Colombia (2006) - Para la Gloria de Dios, el próximo 12 de Septiembre celebraremos con la comunidad del Divino Salvador de Cali, el segundo aniversario de la Capillita de adoración "Maria Madre de la Eucaristía", para agradecer a Jesús Eucaristía, su presencia entre nosotros, celebraremos un triduo Eucarístico los dias 10, 11 y 12 de Septiembre de 2 a 7 p.m., seguido por La Eucaristía. Todos cordialmente invitados.
Bogotá, Colombia (2008) - Que estes en la gloria de Dios, te extrañamos mucho, se que con Él estas muy bien, los pacientes que dejaste de atender se perdieron de una gran enfermera.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios, nuestro salvador, y de Jesucristo, nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; / yo digo al Señor: "Tú eres mi bien." / El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, / hasta de noche me instruye internamente. / Tengo siempre presente al Señor, / con él a mi derecha no vacilaré. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, / me saciarás de gozo en tu presencia, / de alegría perpetua a tu derecha. R.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano."
Pídele a Cristo que te libere de las vigas que no te dejan conocer tus defectos, reconocer tus errores y lo que te impide recobrar la confianza. 6 min. 26 seg.
Somos ciegos al no reconocer nuestra condición de necesidad y de pecado; somos doblemente ciegos si estando así creemos que tenemos luz. 5 min. 41 seg.
Para ser fieles discípulos del Señor, cambiar nuestra realidad y la del mundo no debemos creernos más sabios que Jesús; más bien hemos de examinarnos y dejar de considerarnos maestros de otros. 5 min. 2 seg.
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1.1 En la primera lectura de hoy hay una expresión sorprendente, especialmente si la tomamos en su texto original griego. Pablo habla de un Dios "pistón me hegésato", literalmente: "me tuvo por fiel" o "por digno de confianza".
1.2 Es sorprendente que pueda hablar así quien fue elegido por Dios en el tiempo en que estaba obrando en abierta y violenta oposición al mensaje de Dios. Hay un contraste total entre lo que Pablo hacía y lo que Dios veía en él. Y lo sorprendente, y maravilloso, es que lo que finalmente se impone no es lo que Pablo hacía sino lo que Dios veía.
1.3 De aquí aprendemos varias cosas: ante todo, que Dios ve cosas que nosotros no vemos. Luego, que es la visión de Dios la que se impone. ¡Bendita la mirada del Altísimo! ¡Bendita su voluntad!
2. Otros que se consideraban muy dignos
2.1 Si la primera lectura nos ha hablado de uno que se supo completamente indigno, y pudo reconocer la misericordia divina, el evangelio de este día nos deja ver, como en contraste, a esos que se consideraban dignos y justos, al punto de creer que podían guiar a otros.
2.2 Ciertamente son fuertes las palabras de Cristo: un ciego no puede guiar a otro ciego. Debieron de restallar con fuerza estas palabras de Cristo en los oídos de aquellos que se consideraban luz. Y para que no nos quede duda, el texto aclara bien de qué ceguera se trata: es la ignorancia de la propia oscuridad. El pero ciego no es el que no quiere ver, sino el que no quiere saber si está ciego.
2.3 De otro lado: con alguna frecuencia Nuestro Señor utiliza la palabra "hipócrita" en sus denuncias a los fariseos. Es interesante el origen de esta palabra. El "hypocrités" es, en su origen, el que está "representando un papel bajo una máscara". Aquello, pues, que reclama Jesucristo es sencillamente: "deja de hacer un papel".