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Nació en Rees, Niederrhein, el 28 de febrero de 1915. Se crió en Kleve y de estudiante de bachillerato ingresó en el Movimiento Juvenil Católico.
En dicho Movimiento, además de disfrutar de la comunidad con los jóvenes y de poder realizar largos viajes, adquirió conocimientos de las Sagradas Escrituras y sobre todo, de la Eucaristía. En su diario escribió: ¡Cristo, Tú eres mi pasión!.
Karl Leisner deseaba ser sacerdote. El Obispo de Münster le asignó el cargo de Director de la juventud diocesana. La Gestapo le observaba. Durante el año de estancia en Freiburg le conmovían duras luchas interiores: ¿Sacerdocio, o matrimonio y familia?
El 25 de marzo de 1939 fue ordenado Diácono. Pocos meses más tarde debió haber recibido las Sagradas Órdenes. Pero la Divina Providencia designó otra cosa. Una repentina tuberculosis le obligó a permanecer en St. Blasien en la Selva Negra.
Allá, el 8 de noviembre de 1939, fue detenido por la Gestapo a causa de un comentario hecho en relación con el atentado contra Hitler y enviado a la cárcel en Freiburg.
Internado en el campo de concentración de Sachsenhausen y de allá, en 1940, trasladado al campo de concentración de Dachau, sucedió lo inesperado: El 17 de diciembre de 1994 en el bloque 26 y con gran peligro para todos los participantes, el moribundo Diácono Karl Leisner, fue ordenado sacerdote por el Obispo Gabriel Piguet, recluso francés.
El nuevo sacerdote celebró su primera y única Santa Misa el día de San Esteban en el año de 1944. El 4 de mayo de 1945 fue puesto en libertad.
Pasó sus últimas semanas en el Sanatorio antituberculoso de Planegg en München. Sólo dos pensamientos absorbían su mente: el amor y la penitencia.
Entregado al amor de Dios, a ese amor en el que él creyó y que deseó transmitir a los hombres, falleció el 12 de agosto. La última inscripción de su diario reza: Bendice, Oh Altísimo, también a mis enemigos!. Sus restos mortales reposan en la cripta de la Catedral de Xanten.
El 23 de junio de 1996, Karl Leisner fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, quien en parte de su homilía señaló: "La prueba de un seguimiento auténtico de Cristo no consiste en las lisonjas del mundo, sino en dar testimonio fiel de Cristo Jesús".
"El Señor no pide a sus discípulos una confesión de compromiso con el mundo, sino una confesión de fe, que esté dispuesta incluso a ofrecerse en sacrificio. Karl Leisner dio testimonio de esto, no sólo con palabras, sino también con su vida y su muerte en un mundo que se había vuelto inhumano".
"Cristo es la vida. Esta fue la convicción por la que vivió y por la que finalmente, Karl Leisner murió. Apóstol de una profunda devoción mariana, fue impulsado a ella por el Padre Kentenich y el Movimiento de Schönstatt".
León Gto, México - Muchas felicidades en tu cumple y en el inicio de tu carrera prifesional.
"Que El Señor te guíe y te ilumine siempre."
Toda la familia.
Guadalupe Nuevo Leon, México (2010) - Recordemos que la oración, ahora es la única ayuda para nuestros difuntos, las flores son bellas solo en la tierra.
Moisés dijo estas palabras a los israelitas: "He cumplido ya ciento veinte años, y me encuentro impedido; además, el Señor me ha dicho: "No pasarás ese Jordán." El Señor, tu Dios, pasará delante de ti. Él destruirá delante de ti esos pueblos, para que te apoderes de ellos. Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor. El Señor los tratará como a los reyes amorreos Sijón y Og, y como a sus tierras, que arrasó. Cuando el Señor os los entregue, haréis con ellos lo que yo os he ordenado. ¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza a tu lado, no te dejará ni te abandonará."
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: "Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus padres; y tú les repartirás la heredad. El Señor avanzará ante ti. Él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes."
Sé fuerte y valiente, Josué, porque tú has de introducir al pueblo en la tierra prometida (Deuteronomio 31,1-8)
Salmo
Voy a proclamar el nombre del Señor: / dad gloria a nuestro Dios. / Él es la Roca, sus obras son perfectas. R.
Acuérdate de los días remotos, / considera las edades pretéritas, / pregunta a tu padre, y te lo contará, / a tus ancianos, y te lo dirán. R.
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad / y distribuía a los hijos de Adán, / trazando las fronteras de las naciones, / según el número de los hijos de Dios. R.
La porción del Señor fue su pueblo, / Jacob fue el lote de su heredad. / El Señor solo los condujo, / no hubo dioses extraños con él. R.
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?" Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: "Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños."
Dios nos mira como pequeñitos; por eso debemos descubrirnos siempre frágiles, siempre amenazados, siempre necesitados y siempre sostenidos. 29 min. 22 seg.
Todo proceso de evangelización necesita arrepentimiento de los pecados, abrirse a la Palabra de Dios, reconocer a Cristo como Rey y Señor y llevar una vida en el Espíritu. 6 min. 3 seg.
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1.1 Nuestra primera lectura de hoy nos deja ver un momento crucial en la historia del pueblo de Dios peregrino: Moisés llega al ocaso de su vida; una aurora de llamado avanza sobre la frente de Josué. Tiempo oportuno para hacer unas cuantas reflexiones.
1.2 Miremos qué le gustó a Dios y de Moisés, y recordemos también algunos pasajes que nos ayudan a descubrir quién es este Josué, porque ciertamente no se trata de un advenedizo.
2. Un perfil de Moisés
2.1 Hay tres elogios particulares que la Biblia da de Moisés. Valen demasiado a nuestros ojos, pues ciertamente no es frecuente hallar textos de la Palabra que ponderen la virtud de alguien.
2.2 En Núm 12,3 leemos: "Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la faz de la tierra".
2.3 En Éx 33,11 leemos: "Acostumbraba hablar el Señor con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo".
2.4 Y en Sir 45,1 encontramos: "Moisés fue amado de Dios y de los hombres; su memoria es una bendición".
3. ¿Quién era Josué?
3.1 Josué aparece en primer lugar como un valiente guerrero que se apoya en la oración de Moisés para vencer al terrible Amalec (Éx 17,8-15).
3.2 Luego Josué es en varios pasajes el "ayudante" de Moisés. Ayudante o acompañante que se sumerge con Moisés en la nube de la gloria divina (Éx 24,13-16). Luego, siendo un "joven" está junto a Moisés que ora en la Tienda del Encuentro (Éx 33,11).
3.3 Josué acompaña a Moisés también cuando se consuma el espantoso pecado del ídolo fundido. En aquella ocasión, percibe primero que nadie el celo ardiente de Moisés por la gloria de Yahvé (Éx 32,17-20).
3.4 No es un hombre perfecto. Siente celos cuando Eldad y Medad profetizan sin permiso expreso de Moisés (Núm 11,27-28).
3.5 Más importante que todo: Josué es un elegido de Dios, que quiere que él, que ha estado en el Sinaí y ha probado el desierto, introduzca al pueblo en la tierra prometida (Núm 14,30, y la primera lectura de hoy).
4. Jesús y los niños
4.1 Xabier Pikaza nos ofrece una hermosa reflexión sobre el evangelio de hoy.
4.2 "Esta tradición de las relaciones de Jesús con los niños resulta escandalosa y creadora: él aparece, en el centro de la comunidad mesiánica, como amigo de los niños a quienes revela el misterio de Dios Padre. Este no es un dato marginal del evangelio de Jesús , sino expresión de su más honda experiencia de compromiso liberador y cuidado cercano en favor de los niños.
4.3 "Jesús aparece como amigo (protector, educador) de los niños, asumiendo así una función que es paterna y materna, propia del mismo Dios, que así viene a revelarse como padre-madre de los niños: De los que son como ellos es el reino de los cielos... Precisamente ahí, a través de los niños que han de ser acogidos y crecer, viene a revelarse el misterio de un Dios Padre, que no sirve para avalar ningún sistema social o religioso de poder, sino para hacer posible que los niños reciban camino de vida.
4.4 "Cuando afirma que es preciso acoger a los niños, Jesús no se refiere los padres o madres en cuanto tales, sino del conjunto de la sociedad (o de la comunidad cristiana). Esa tarea de acoger a los niños (abrazarles, bendecirles, imponerles las manos) no es exclusiva o propia de varones o mujeres, sino de los discípulos, es decir, de personas que han escuchado la llamada del reino. Sólo allí donde los seguidores de Jesús acogen de esa forma a los niños se puede afirmar que Dios es Padre, en sentido no patriarcalista, sino abarcador.
4.5 "Abba, palabra de niños para el reino. El Dios del reino está vinculado a los niños y ellos (los niños) son signo de reino... Desde este fondo ha de entenderse la invocación de Jesús, el Abba, que es palabra propia de los niños y de aquellos que se hacen como niños. Esta es la palabra más honda que Jesús ha venido a revelar con su propia vida, no con teorías sobre el sentido de lo paterno, materno o filial.
4.6 "Esta palabra de Jesús se completa con su forma de entender el matrimonio, como vinculación definitiva de amor (fidelidad) entre dos personas. La legislación judía avalaba el poder patriarcal del varón, que toma una mujer y puede expulsarla (con tal de darle el divorcio); no exigía comunión simétrica entre dos personas, ni diálogo entre iguales, sino autoridad de uno (el varón) sobre la otra (la mujer). Cuando Jesús cierra el camino del divorcio (Mc 10, 1-12), está enfrentándose con la institución matriarcal del matrimonio, fundado en el poder de uno sobre otra. En contra de eso, él no entiende el matrimonio como un contrato donde uno tiene la parte dirigente y otro la subordinada, como algo que se puede romper a conveniencia, sino como camino de fidelidad dual, de amor definitivo, abierto a los niños, que son verdaderos Hijos de Dios Padre".