|
Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Domingo, Junio 9 de 2002[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Ciclo A, Tiempo Ordinario,
|
Lectura: |
Haz click en la referencia bíblica: |
---|---|
1a. |
Quiero misericordia, y no sacrificios (Oseas 6,3-6) |
2a. |
Se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios (Romanos 4,18-25) |
Evangelio |
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores (Mateo 9,9-13) |
Núm. |
Datos |
Escuchar |
Más... |
---|---|---|---|
1 |
2002/06/09 |
|
|
2 |
2002/06/09 |
|
|
3 |
2008/06/08 |
|
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
Versión |
Homilía para leer: |
---|---|
1 |
1. Dios se reserva sus respuestas1.1 Existe siempre la tendencia en el corazón humano de ajustar sus relaciones con los demás en términos de negocios y contraprestaciones. Al fin y al cabo, la lógica del intercambio es sencilla, práctica y omnipresente: doy algo y recibo algo más o menos equivalente. 1.2 La primera lectura de hoy viene a romper ese esquema, sin embargo. El pueblo de Israel se estaba acostumbrando demasiado a ver su relación con Dios como un intercambio: ofrecemos sacrificios y Dios se pone de nuestra parte. El problema es que Dios no juega ese juego. Por boca de los profetas propone preguntas difíciles como aquello que leemos en un salmo: "No te reprendo por tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí. No tomaré novillo de tu casa, ni machos cabríos de tus apriscos. Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado sobre mil colinas. Toda ave de los montes conozco, y mío es todo lo que en el campo se mueve. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y todo lo que en él hay. ¿Acaso he de comer carne de toros, o beber sangre de machos cabríos?" (Sal 50,8-13) 1.3 Lo que Dios busca en nosotros es más bien lo que él ha puesto en nosotros, a saber, el entendimiento de su voluntad y el deseo de amar como él ama. Somos semejanza suya, según cuenta el Génesis, pues que brille esa semejanza amando a la manera de él. Y esa manera tiene un nombre: misericordia. El que ama sin esperar retorno ama por pura compasión, por puro deseo del bien del necesitado. Ese es el corazón que él quiere para nosotros. 2. Llamado por Misericordia2.1 Y misericordia es lo que destilan las palabras y acciones de Jesucristo. Ello es patente en sus milagros y exorcismos, pero no está ausente de su predicación ni tampoco del acto libre y misterioso por el que ha llamado a algunos, asociándolos particularmente a su misión. Es lo que hoy vemos cuando Jesús llama a un hombre detestado con toda razón, un explotador y traidor de su propio pueblo. Mateo, o también Leví: así se le conoce. 2.2 Jesús confirma con sus palabras que esta elección no ha sido una especie de accidente o un impulso intempestivo que configura una anécdota. Es parte de su misión, es una descripción de su tarea en esta tierra: "no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores." 2.3 Aunque suene ingenuo o inoportuno, preguntemos: ¿por qué no ha venido a llamar a los justos? Porque los justos no sienten necesidad de ser enderezados o "ajustados." Jesús viene a responder a una necesidad; quien no descubre esa necesidad no descubre tampoco a Jesús. 2.4 Pero no se trata de cualquier necesidad. Es algo profundo, que sólo puede ser colmado con la palabra misericordia. Y uno necesita misericordia cuando ha alcanzado su propio límite. No cualquiera entonces entiende el mensaje de Jesucristo; no cualquiera está en disposición de aceptarle como Señor y Salvador. De algún modo es preciso haberse encontrado con el propio límite y haber percibido que sólo con el regalo de un amor no merecido la propia vida puede seguir adelante y florecer. Por supuesto, una vez recibida esta gracia, este regalo, quien lo recibe se siente pertenecer a Cristo y a su palabra. Eso hizo Mateo y eso haremos nosotros cuando vivamos la experiencia que él vivió. |
-Fr. Nelson Medina, OP
Suscríbete gratis a mi Boletín de Evangelización Católica |
|