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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Lunes, Septiembre 5 de 2005[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Para esta fecha hay 2 posibles celebraciones litúrgicas. Esquema No. 1 Tiempo Ordinario, Año Impar,
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Lectura: |
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1a. |
Dios me ha nombrado ministro de la Iglesia para anunciaros a vosotros el misterio escondido desde siglos (Colosenses 1,24-2,3) |
Salmo |
De Dios viene mi salvación y mi gloria. (Salmo 61) |
Evangelio |
Estaban al acecho para ver si curaba en sábado (Lucas 6,6-11) |
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2005/09/05 |
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2011/09/05 |
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2013/09/09 |
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2019/09/09 |
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2021/09/06 |
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2023/09/11 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. Reflexiones del P. Luis De Moya, Testigo del valor del Sufrimiento1.1 El dolor y el sufrimiento es repetidamente valorado de modo particular en el Nuevo Testamento como manifestación de amor: Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros, dice san Pablo a los Colosenses. El propio Cristo reprende severamente a Pedro, cuando quiere hacerle abandonar los pensamientos sobre el sufrimiento y sobre la muerte de cruz. Jesús deseaba su sufrimiento, aunque le costaba, hasta entrar en agonía por la Pasión ya inminente. 1.2 La perspectiva de sufrimiento: de fatiga agobiante, de trabajo que parece excesivo, de dolor crónico, de incapacidad definitiva, de marginación, de abandono, de incomprensión, de humillación continua, de permanente frutración podría cegarnos e inducirnos a menospreciar esos momentos y situaciones que vienen a ser como la angustia en Getsemaní, cuando ruega Jesús al Padre que le libre de aquel Cáliz: las palabras de la oración de Cristo en Getsemaní prueban la verdad del amor mediante la verdad del sufrimiento. Las palabras de Cristo confirman con toda sencillez esta verdad humana del sufrimiento hasta lo más profundo: el sufrimiento es padecer el mal, ante el que el hombre se estremece. 1.3 San Pablo enseña con su actitud y con su ejemplo que el cristiano puede y debe imitar la disposición del Señor ante el dolor: Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros y suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia. Cristo ya había exigido a los suyos el sacrificio para alcanzar el Reino de los Cielos: Si alguno quiere venir en pos de mi tome cada día su cruz. La fidelidad a Cristo exige este sacrificio. Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran! (Hasta aquí el P. Luis de Moya) 2. ¿Cómo hacía sus milagros Jesús?2.1 Tuvo gran popularidad una obra que se intitula "Un Curso de Milagros." Desde el solo título la idea es que cada persona, hombre o mujer, puede potenciar sus facultades magnéticas y su fuerza mental para lograr cambios maravillosos en lo físico, emocional, afectivo, laboral o espiritual. Según esa propuesta, los milagros son fruto de una mente disciplinada que sigue unos pasos: se relaja, se concentra y produce una "orden" que resulta eficaz. 2.2 Es interesante ver que los milagros de Jesucristo NO suceden así. No vemos a Jesús apartándose para relajarse, poner la mente en blanco y allegar un supuesto "magnetismo." Muy al contrario, en más de una oportunidad vemos que sucede lo que se nos presenta en la primera lectura de hoy: Jesús hace sus obras prodigiosas en un contexto tenso, ruidoso, polémico en el que no hay tiempo para dejar salir el "magnetismo" de su "chacras" o "reservorios energéticos" o como se les llame. 2.3 esto demuestra que los milagros del Señor son algo muy distinto. No son expresiones de fuerza mental sino de la fuerza del amor. No son tanto manifestaciones de poder cuanto señales de la llegada del Reino de Dios: anuncian que Dios reina. Más que expresiones de la voluntad de un hombre enfermo o de un hombre que quiere curar a otro, son verdaderas "palabras" que declaran la llegada del señorío de Dios y el retroceso del pecado, del demonio y de la muerte. Lo demás son especulaciones que sirven para vender libros pero no para recibir el Evangelio de salvación. |
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1a. |
Donde reinó el pecado, reinará la gracia (Romanos 5,17-21) |
Salmo |
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti (Salmo 15 ) |
Evangelio |
Lo reconocieron al partir el pan (Lucas 24, 13-35) |
Núm. |
Datos |
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1997/09/05 |
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1998/09/05 |
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2019/09/05 |
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Homilía para leer: |
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1. Comunión en el Cuerpo Místico de Cristo1.1 "Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es". 1.2 Todos, sin embargo, aunque en grado y modo diversos, participamos en el mismo amor a Dios y al prójimo y cantamos en mismo himno de alabanza a nuestro Dios. (Catecismo, punto 954). 1.3 La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados (Catecismo, punto 955). 2. El Purgatorio2.1 Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo (Catecismo, punto 1030). 2.2 La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (Catecismo, punto 1031). |
-Fr. Nelson Medina, OP
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