La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
San Basilio se consagró al servicio como Arzobispo de Cesarea, Doctor de la Iglesia y Patriarca de los Monjes de Oriente.
Nació en Cesarea, la capital de Capadocia, en el año 329. Entre sus nueve hermanos figuraron : San Gregorio de Nissa, Santa Macrina, la joven, y San Pedro de Sevaste. El padre era San Basilio, el viejo, y la madre, Santa Emelia.
Inició su educación en Constantinopla y la completó en Atenas. Allá tuvo como compañero de estudio a San Gregorio Nazianceno, quien se convirtió en amigo inseparable.
Cuando Basilio recibió el bautismo, tomó la determinación de servir a Dios dentro de la pobreza evangélica. Comenzó por visitar los Monasterios de Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia, con el propósito de observar y estudiar la vida religiosa.
Se estableció en un paraje agreste en la región del Ponto, separado de Annesi por el río Iris. En aquel retiro solitario se entregó a la plegaria y al estudio.
Formó el primer Monasterio que hubo en Asia Menor, organizó la existencia de los religiosos y enunció los principios que se conservaron a través de los siglos y que hasta el presente gobiernan la vida de los monjes en la Iglesia de oriente.
San Basilio practicó la vida monástica propiamente dicha durante cinco años solamente, pero en la historia del monaquismo cristiano, tiene tanta importancia como el propio San Benito.
Por aquella época, la herejía arriana estaba en su apogeo y los emperadores herejes perseguían a los ortodoxos. En el año 363, Basilio fue ordenado diácono y sacerdote en Cesarea. Mas, para evitar generar ciertos conflictos con el Arzobispo Eusebio, decidió retirarse calladamente al Ponto.
Sin embargo, Cesarea lo necesitaba y lo reclamó. Dos años más tarde, San Gregorio Nazianceno, en nombre de la ortodoxia, sacó a Basilio de su retiro para que le ayudase en la defensa de la fe, del clero y de la Iglesia.
En el año 370, año en que murió Eusebio, Basilio fue elegido para ocupar la sede arzobispal vacante. Tiempo después, la muerte de San Anastasio lo dejó como único paladín de la ortodoxia en el Oriente.
El Santo luchó para fortalecer y unificar a todos los católicos, que sofocados por la tiranía arriana y descompuestos por los cismas y las disenciones entre sí, parecían extinguirse.
San Basilio Magno murió el primero de enero de 379, a la edad de 49 años.
Coronel Oviedo, Paraguay (1996) - Si buscas la perfeccíón debes estar preparado para la tentación, y solo la venceras si amas a los demás con el Amor de Dios.
Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida.
Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros (1Juan 2,22-28)
Salmo
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. (Salmo 97 )
Evangelio
Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
En medio de vosotros hay uno que no conocéis (Juan 1,19-28)
Aprendamos a valorar la riqueza que tenemos en nuestra Iglesia Católica: la Eucaristía, María Santísima, el Sacramento de la Confesión. 32 min. 25 seg.
Ya desde antiguo hubo quienes cayeron en la tentación de cambiar el evangelio recibido; pero hubo también quienes nos dieron ejemplo perdurable porque supieron permanecer fieles. 4 min. 27 seg.
Nuestros retos, como creyentes, no son muy distintos de los que han tenido los cristianos de todas las épocas: sus respuestas nos sirven. 7 min. 27 seg.
El sacrificio de Jesucristo es la gran propuesta de Dios para salvarnos; el humilde, el poderoso, el sabio, Aquel que no abrió su boca, ofreciéndose por todos nosotros. 5 min. 33 seg.
¡En medio de nosotros hay Uno que no reconocemos! Contemplemos la presencia viva de Cristo en la Eucaristía, en los pobres, en la Sagrada Escritura, en la comunidad creyente. 5 min. 34 seg.
Una forma especial de lectura se requiere para captar mejor el mensaje de San Juan. Pero vale la pena: hoy descubrimos que aunque hay fuerzas que pretenden confundirnos y cambiarnos en la fe, es posible perseverar si nos mantenemos en la sana doctrina y en unión con el Espíritu Santo, que habita en nosotros. 24 min. 55 seg.
Ser navidad para nuestros hermanos es mostrarles con nuestra vida cómo vivir sin apegos, de forma humilde e invitándolos al arrepentimiento y a dejar el pecado. 5 min. 39 seg.
Bien podemos decir que la Primera Carta del apóstol San Juan es una profunda meditación sobre la verdad de la encarnación y el lugar indispensable de este misterio en el conjunto de la vida cristiana. 6 min. 56 seg.
Las raíces más profundas, lo que está desde el principio es lo que cree la Iglesia Católica por eso es necesario informarnos y permanecer en lo que hemos oído desde el principio. 6 min. 39 seg.
Ser cristiano es aceptar la propuesta salvadora de Dios, la bendición que Él quiere darle a la humanidad viene a través de Uno que llegó al extremo de caridad, del padecer y del sacrificio en la cruz. 6 min. 51 seg.
En Navidad hagamos de Jesucristo el verdaderamente conocido a través de imágenes sencillas, de la proclamación de la Palabra de Dios, de la visita al Santísimo. 5 min. 25 seg.
En este tiempo existen personas que quieren engañarnos, que quieren cambiar el Evangelio; permanece en el Evangelio que has escuchado para que permanezcas en unión con el Hijo y con el Padre. 6 min. 12 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa verdad está en la carne de Cristo, en cuanto, en esa carne hemos visto, oído y palpado la revelación que Dios nos ha dado de su amor y su salvación.
1.2 Según esto, la gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; eso es lo propio de aquel o aquellos que se oponen al Señor Jesús.
1.3 Por eso es fuerte la exhortación: "permanezcan en lo que han oído" (1 Jn 2,24). Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del apóstol Pablo: " Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema" (Gál 1,6-8).
1.4 Este tipo de moniciones nos previenen contra las "novedades", un tema que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. El Evangelio es simple, contundente, eficaz; las novedades, que no son profundizaciones sino traiciones al Evangelio, son retorcidas, tratan más de seducir que de salvar; acarician nuestra conducta, no la cambian.
2. En medio de ustedes hay uno que no conocen
2.1 El texto del evangelio de hoy, por su parte, prolonga nuestra lectura del evangelio de Juan. El prólogo, que ocupó los primeros dieciocho versículos, y que ya fue leído dos veces en este tiempo de navidad, nos lanzó al misterio sublime de la encarnación como revelación de la gloria; ahora seguimos la lectura de este cuarto evangelio, desde el versículo diecinueve. Es otro modo de presenciar la llegada del misterio de la Palabra Encarnada: no al estilo de Mateo o Lucas que nos brindan algunas escenas de Jesús bebé o párvulo, sino, si se quiere, desde la teología.
2.2 Juan, en efecto, antes de presentarnos a Cristo en escena, presenta al precursor, al Bautista. Lo importante de esta parte es que nos queden claras algunas cosas: la distancia y a la vez el orden que une al Precursor con el Mesías; la grandeza de aquel que se acerca; y la convicción de que "no le conocemos".
2.3 Este último punto merece ser destacado: para recibir a la Palabra necesitamos entender que no es ninguna de nuestras palabras. Conocer nuestra ignorancia; saber que no le conocemos es un buen modo de disponernos a conocerle. Así Juan nos prepara para ver a Jesús actuando y predicando.