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Respuestas a tus Preguntas

Pregunta publicada en 20090305:
Curados que se vuelven a enfermar, ¿por qué?

Amado Padre en la Fe, soy su hijo espiritual, Carlos, de la tierra del mariachi: Mexico, quisiera pudiera responder en su seccion de preguntas estas dos que tengo:

Porque cuando se ora por enfermos, (me ha pasado y a otros hermanos carismaticos mios) que la gente que hace la oracion por el enfermo (sin estar predispuesta a que Dios este obligado a sanar) siente al momento de la oracion que Dios quiiere sanar o que de hecho esta sanando al enfermo y que por otro lado el enfermo siente mejoria (incluso cree estar sanado) pero luego de algunas semanas, dias o meses resulta que siguen igual o peor de su misma enfermedad, y en algunos casos incluso mueren de la enfermedad por la que se oro fuera sanada la persona, digo, ya se que Lazaro despues del milagro murio, pero no se sabe si murio de lo mismo que la primera vez, mi pregunta es, por qué Dios permite esta clase de cosas, creo que en la experiencia de mucha gente esto a ocurrido..., y en el fondo pienso: El Señor sano o no sano, porque es muy doloroso ver que alguien da testimojnio de una sanacion y que luego resulte que seguia enferma o que la enfermedad regreso..., o es que acaso la mejoría que sintieron no era mas que solo endorfinas, entusiasmo o en verdad fue la gracia de Dios...

Empiezo transcribiendo aquí una homilía que escribí en otro lugar:

Los Milagros son "Signos"

1. [...] El texto de hoy... abre el sentido del ministerio público de Cristo, y en concreto, de sus milagros, a los que san Juan llama apropiadamente "señales."

2. Recordemos que una epifanía es una "manifestación" de la divinidad, y en ese sentido es una realidad muy próxima a lo que san Juan llama "semeion," o sea, un "signo" o "señal reveladora." Lo importante de los milagros no es el hecho extraño en sí mismo, porque también los científicos y los ingenieros logran cosas asombrosas; lo importa de los milagros y señales que Jesús hará en su ministerio es que en ellos hay un lenguaje que nos habla de Dios, de su Reino, de su Voluntad y de su Gloria.

3. Cada milagro de Dios es una señal de su presencia cercana y amorosa; cada milagro es genuino es una expresión de su voluntad que nos rehace y nos llama a amarle y servirle con alegría, como pueblo de redimidos que somos.

[...]

Según eso, las curaciones son expresiones de un amor que va más allá de lo físico. Así como una persona que estaba en una deuda terrible y recibe un préstamos sin intereses en el momento justo, así también el valor permanente de las curaciones no es que la persona ya no se va a enfermar, o no se va a morir, sino que deben entenderse dentro del contexto más amplio del anuncio del Evangelio. Terminemos leyendo un fragmento de un importante documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe:

No solamente las curaciones prodigiosas confirmaban la potencia del anuncio evangélico en los tiempos apostólicos, sino que el mismo Nuevo Testamento hace referencia a una verdadera y propia concesión hecha por Jesús a los Apóstoles y a otros primeros evangelizadores de un poder para curar las enfermedades. Así, en el envío de los Doce a su primera misión, según las narraciones de Mateo y Lucas, el Señor les concede "poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia" (Mt 10, 1; cf. Lc 9, 1), y les da la orden: "curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios" (Mt 10, 8). También en la misión de los Setenta y dos discípulos, la orden del Señor es: "curad a los enfermos que encontréis" (Lc 10, 9). El poder, por lo tanto, viene conferido dentro de un contexto misionero, no para exaltar sus personas, sino para confirmar la misión.


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

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