Pregunta publicada en 20070904: |
---|
Otra pregunta de Llinás: "¿Si Dios sabe todo lo que yo necesito, por qué me pide que le rece? ¿No debería decirme: Yo sé lo que necesita, no moleste más?" Propuesta de respuesta: Nuestra oración no tiene por finalidad darle conocimientos a Dios, eso es claro. Al descubrir nuestras necesidades pasan varias cosas muy buenas en nosotros: aprendemos de nuestra limitación a rechazar la autosuficiencia y amar la humildad, y sobre todo nos disponemos para recibir bienes que después tendremos que administrar con sabiduría y pensando no sólo en nosotros mismos. La oración de petición es así el camino que nos conduce a unir nuestro querer con el de Dios nuestro Padre, que seguramente piensa mejor que Llinás sobre nuestros balbuceos orantes, y los ve no sólo como "molestias." Yo pido al Señor que se revele como Padre amoroso a Llinás y a todos los que consideran que orar es contrario a pensar. Y la última pregunta de Llinás: "¿Por qué [Dios] me obliga a decirle todos los días que él es el mejor, el más bonito, y si no lo hago se calienta? Dios es muy humano, vengativo, nuestra imagen y semejanza." Propuesta de respuesta: Descubrir a Dios es lo mejor que puede suceder al corazón humano, por aquello que bien dijo san Agustín: "Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti." Siendo así las cosas, alabar al Señor es un deber, claro, un deber de justicia, pero también es el deber más hermoso y saludable; es el deber que nos devuelve todos los derechos, porque nos muestra el rostro de nuestra verdadera vocación como seres humanos. Más que pensar que lo peor de nuestro ser (vengativo) es Dios, como afirma Llinás, la revelación bíblica y la enseñanza de la Iglesia muestran que lo mejor de Dios ha sido compartido en Cristo a los hombres. No permita Dios que Llinás muera sin haberlo conocido. |
Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP
Link permanente:
http://fraynelson.com/respuestas.php?fechapub=20070904