Textos y archivos de
audio por: Fr. Nelson Medina, O.P.
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Oremos:
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se
desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia
pueda servirte con tranquilidad y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
8, 31b-39
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en
contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo junto a su
Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los
perdona, ¿quién será el que los condene?¿Acaso
Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por
nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones?
¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La
espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a Aquél que nos
ha amado. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles
ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni
lo alto ni lo bajo, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha
manifestado Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Sálvame,
Señor, por tu bondad.
Trátame
bien, Señor, por ser quien eres y por ser grande tu misericordia, porque yo soy
un pobre miserable que lleva el corazón atribulado.
Sálvame, Señor, por tu bondad.
Ayúdame,
Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Que reconozcan aquí tu mano y que tú,
Señor, lo has hecho.
Sálvame, Señor, por tu bondad.
Mi boca
le dará muchas gracias al Señor, lo alabará en medio de la multitud. Porque se
puso en favor del pobre para salvarle la vida de sus jueces.
Sálvame, Señor, por tu bondad.
Aclamación
antes del Evangelio
Aleluya,
aleluya.
¡Bendito el rey
que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
Aleluya.
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
13, 31-35
Gloria
a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le
dijeron:
«Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte».
El les contestó:
«Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo
curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo,
hoy, mañana y pasado tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un
profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas
veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina
reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido! Así pues, la casa
de ustedes quedará abandonada.
Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: “¡Bendito el
que viene en el nombre del Señor!”»
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Que
este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor,
convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la
felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
El
Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre
y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo
Señor nuestro.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con
viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
Antífona
de la Comunión
Cantaré
al Señor por el bien que me ha hecho; y entonaré un himno de alabanza
al Dios altísimo.
Oremos:
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos
fortaleces, nos hagas algún día participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Tabla de Versiones
para estas lecturas:
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Versión 1 |
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Versión 3 |
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Versión 4 |
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Versión 5 |
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1.1 Ninguna criatura podrá apartarnos del amor de Dios,
manifestado en Cristo El final del capitulo 8 de la carta a los Romanos culmina de forma solemne lo que había anunciado al
inicio del capítulo: los que viven en Cristo Jesús son libres, no están
expuestos a ninguna clase de condena.
1.2 En el primer versículo que leemos, Pablo, en forma de
pregunta, deja claro que ninguna de las situaciones conflictivas que pasan
tanto él como los creyentes no pueden apartarnos de Cristo, porque su amor es
tan grande, que no permitirá que nada nos pueda vencer. <<Aquel que nos
ha amado>>, tanto puede ser Jesucristo como Dios. El caso es que <<aquel>>
nos hace salir vencedores de todos los peligros.
1.3 Después el apóstol enumera una serie de potencias espirituales y astrológicas que se consideraba (¡y todavía hoy muchos consideran!) que influían en la vida de los humanos, para afirmar que nada ni nadie nos puede apartar del amor de Dios. Así, recordando lo que ha dicho poco antes en este mismo capítulo, Pablo muestra que el amor que Dios nos ha manifestado en Jesucristo es el origen de la esperanza, que hace vivir en la libertad: ningún poder, del tipo que sea, no supera el poder del amor de Dios.
2.1 <<¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?>>. Realmente, ni la muerte, ni la vida, ni nada del mundo presente o del futuro puede apartarnos de Cristo que tanto nos ama, ni apartarnos de Dios que, en Jesucristo, ha manifestado su amor. Del mismo escrito es esta otra exclamación: <<Si está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?>> (8, 31b).
2.2 ¡Qué reconfortante es escuchar estos testigos de fe! Cristianos, dejemos que palabras como éstas esponjen nuestro corazón. Es verdad que debemos cargar con nuestra cruz y seguir a Jesús (cf. Mt 16, 24; domingo 22). Es verdad que nos encontramos con dificultades y que la fe es oscura. Es verdad que cuesta creer en esta nuestra sociedad de hoy... Pero lo importante, lo decisivo, es que en Jesús hemos encontrado la perla y el tesoro, que en él hemos encontrado la Vida, y que nada ni nadie es capaz de apartarnos de él. Ni la misma muerte.
2.3 Estos comentarios los han hecho J. M. Grané y J.
Totosaus. están publicados en la página católica de
inspiración agustiniana http://www.mercaba.org,
que recomendamos vivamente
***
Tenga en cuenta que no todos los prefacios aquí transcritos son de uso normativo. ***
Estos textos litúrgicos y bíblicos han sido
proporcionados con autorización
a partir de esta completísima página de lecturas en uso en la liturgia
católica.
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