PALABRA VIVA PARA ESTE DIA

Ciclo C, Tiempo de Cuaresma,
Domingo de la Semana No. 3

Textos y archivos de audio por: Fr. Nelson Medina, O.P.
Derechos Reservados © 2004.
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Lecturas y Oraciones del día

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Oración Colecta

Oremos:
Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia; mira con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
«Yo-soy» me envía a ustedes

Lectura del libro del Exodo
3, 1-8ab.13-15

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Guió el rebaño lejos por el desierto, y llegó al Horeb, la montaña de Dios, y allí se le manifestó el ángel del Señor, bajo la apariencia de una llama que ardía en medio de una zarza. Al fijarse, vio que la zarza estaba ardiendo, pero no se consumía. Entonces Moisés se dijo:
«Voy acercarme para contemplar esta maravillosa visión, y ver por qué no se consume la zarza».
Cuando el Señor vio que se acercaba para mirar, lo llamó desde la zarza:
«¡Moisés, Moisés!»
El respondió:
«Aquí estoy».
Dios le dijo:
«No te acerques; quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es sagrado».
Y añadió:
«Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob».
Moisés se cubrió el rostro, porque temía mirar a Dios. El Señor siguió diciendo:
«He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias. Voy a bajar para librarlo del poder de los egipcios. Lo sacaré de este país y lo llevaré a una tierra nueva y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel».
Moisés le dijo a Dios:
«Bien; yo me presentaré a los israelitas y les diré: “El Dios de sus antepasados me envía a ustedes”. Y si ellos me preguntan cuál es su nombre, ¿qué les responderé?»
Dios contestó a Moisés:
«Yo soy el que soy. Explícaselo así a los israelitas: “Yo soy” me envía a ustedes».
Y añadió:
«Así dirás a los israelitas: El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre, así me recordarán de generación en generación».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial
Sal 102, 1-2.3-4.6-7.8 y 11

El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, todo mi ser a su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, no te olvides de sus beneficios.
El Señor es compasivo y misericordioso.

El perdona todos tus pecados y cura todas tus enfermedades. El rescata tu vida del sepulcro, y te colma de amor y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor hace justicia y defiende a los oprimidos. El dio a conocer sus planes a Moisés, sus prodigios al pueblo de Israel.
El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor es compasivo y misericordioso, paciente y lleno de amor; como la altura del cielo sobre la tierra, así es su amor con los que lo respetan.
El Señor es compasivo y misericordioso.

Segunda Lectura
La vida del pueblo escogido, con Moisés, en el desierto, es una advertencia para nosotros

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
10, 1-6.10-12

Hermanos: No quiero que ignoren que nuestros antepasados estuvieron bajo la nube, todos cruzaron el mar, y al caminar bajo la nube y al atravesar el mar,todos fueron bautizados como seguidores de Moisés. Todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo. Sin embargo, la mayoría de ellos desagradó a Dios y por eso fueron aniquilados en el desierto.
Estas cosas sucedieron como advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo hicieron. No protesten como algunos de ellos protestaron, y perecieron a manos del exterminador.
Todas estas cosas les sucedieron a nuestros antepasados como un ejemplo y fueron puestas en las Escrituras como advertencia para los que vivimos en los últimos tiempos. Así pues, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque está cerca el Reino de los cielos.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio
Si no se arrepienten, perecerán de manera semejante

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
13, 1-9

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, llegaron unos a contarle a Jesús lo de aquellos galileos, que Pilato había hecho matar, mezclando su sangre con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les dijo:
«¿Piensan que aquellos galileos murieron así por ser más pecadores que los demás? Les digo que no; más aún, si ustedes no se convierten, también perecerán del mismo modo. Y aquellos dieciocho que murieron al desplomarse sobre ellos la torre de Siloé, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no; y si ustedes no se conviertan, todos perecerán igualmente».
Jesús les propuso esta parábola:
«Un hombre había plantado una higuera en su viñedo, pero cuando fue a buscar fruto en la higuera, no lo encontró. Dijo entonces al viñador:
«Hace ya tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Por qué ha de ocupar terreno inútilmente?»
El viñador le contestó:
«Señor, déjala todavía este año; removeré la tierra y le echaré abono, a ver si comienza a dar fruto; si no lo da, entonces la cortarás».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice «Credo».

Oración de los Fieles

Celebrante:
Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios.
(Respondemos a cada petición:
Escúchanos, Señor).

Para que todos los fieles, por medio de la penitencia y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así, buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo divino a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión, a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Celebrante:
Padre santo y misericordioso que nunca abandonas a tus hijos, sino que les revelas la gloria de tu nombre; escucha nuestras oraciones y haz que sepamos acoger tus enseñanzas con la sencillez de un niño y demos frutos de verdadera y continua conversión.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Que esta Eucaristía, Señor, nos obtenga a quienes imploramos tu perdón, la gracia de saber
perdonar a nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio
Significación espiritual de la Cuaresma

El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro .
Por él concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

El ave ha encontrado un refugio y la tórtola un nido dónde poner a sus polluelos. Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Alimentados ya en la tierra con el pan del cielo, prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor,
manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Homilía para escuchar  [Predicaciones distintas a la homilía para leer]

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Homilía para leer

1. Dios lo Sabe y lo Puede Todo

1.1 El tiempo de cuaresma es como una peregrinación hacia la gran luz de la Pascua. Durante este tiempo nos reunimos como pueblo de Dios y avanzamos tras las señales de esperanza y las voces de conversión y compasión que la Iglesia nos regala.

1.2 De hecho, hoy escuchamos una gran voz en la primera lectura: <<He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias. Voy a bajar para librarlo del poder de los egipcios. Lo sacaré de este país y lo llevaré a una tierra nueva y espaciosa.>> Dirijamos nuestra atención a este pasaje, y en especial a los verbos que contiene.

1.3 El Señor está presente, aunque hubiera parecido escondido o lejano. Él ha visto; ha oído; él conoce. Cada vez que sentimos que resbalamos hacia la depresión o la angustia tenemos el derecho de creer y de afirmar: <<Él lo ha visto todo; Él todo lo ha escuchado; Él ya lo sabe.>>

1.4 Un paso más. Dios dice: <<Voy a bajar para librarlo del poder de los egipcios.>> Usando el lenguaje de la Biblia, diremos que Dios <<baja>> porque desde la altura ha visto y ha oído. Ese esquema visual <<arriba - abajo>> es un modo de traducir a lo gráfico la potestad divina, que no está bajo ninguna otra autoridad o poder. Su <<descenso>> entonces no es un modo de comprobar los hechos sino más bien una manera de describir su acción imparable, fruto y consecuencia de su absoluta majestad.

1.5 Y un paso más. Dios dice: <<Lo sacaré de este país y lo llevaré a una tierra nueva y espaciosa.>> El objetivo de la intervención divina es no es solamente arrancarnos del poder de los enemigos sino llevarnos a vivir bajo su poder. Con otras palabras: nuestra liberación no es para que hagamos lo que nos apetezca. Ello conduciría a una nueva esclavitud. El verdadero sentido de nuestra libertad es, según la Biblia, seguir las sendas que Dios nos muestra y vivir en amistad y gozo en su presencia. Alegría, libertad y obediencia no riñen en este mensaje sino que son en el fondo una y la misma cosa.

2. Llamado a la Conversión

2.1 El evangelio, por su parte, nos llama a conversión. Es propio de cuaresma y de toda la vida cristiana. Tomemos hoy algunas palabras del magisterio de Juan Pablo II, en su Exhortación Apostólica <<Reconciliatio et Poenitentia,>> en el número 10. Nos habla el Papa.

2.2 Dios es fiel a su designio eterno incluso cuando el hombre, empujado por el Maligno y arrastrado por su orgullo, abusa de la libertad que le fue dada para amar y buscar el bien generosamente, negándose a obedecer a su Señor y Padre; continúa siéndolo incluso cuando el hombre, en lugar de responder con amor al amor de Dios, se le enfrenta como a un rival, haciéndose ilusiones y presumiendo de sus propias fuerzas, con la consiguiente ruptura de relaciones con Aquel que lo creó. A pesar de esta prevaricación del hombre, Dios permanece fiel al amor.

2.3 Ciertamente, la narración del paraíso del Edén nos hace meditar sobre las funestas consecuencias del rechazo del Padre, lo cual se traduce en un desorden en el interior del hombre y en la ruptura de la armonía entre hombre y mujer, entre hermano y hermano. También la parábola evangélica de los dos hijos -que de formas diversas se alejan del padre, abriendo un abismo entre ellos- es significativa. El rechazo del amor paterno de Dios y de sus dones de amor está siempre en la raíz de las divisiones de la humanidad.

2.4 Pero nosotros sabemos que Dios <<rico en misericordia>> a semejanza del padre de la parábola, no cierra el corazón a ninguno de sus hijos. El los espera, los busca, los encuentra donde el rechazo de la comunión los hace prisioneros del aislamiento y de la división, los llama a reunirse en torno a su mesa en la alegría de la fiesta del perdón y de la reconciliación. Esta iniciativa de Dios se concreta y manifiesta en el acto redentor de Cristo que se irradia en el mundo mediante el ministerio de la Iglesia.

2.5 En efecto, según nuestra fe, el Verbo de Dios se hizo hombre y ha venido a habitar la tierra de los hombres; ha entrado en la historia del mundo, asumiéndola y recapitulándola en sí. El nos ha revelado que Dios es amor y que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, comunicándonos al mismo tiempo la certeza de que la vía del amor se abre a todos los hombres, de tal manera que el esfuerzo por instaurar la fraternidad universal no es vano. Venciendo con la muerte en la cruz el mal y el poder del pecado con su total obediencia de amor, Él ha traído a todos la salvación y se ha hecho <<reconciliación>> para todos. En Él Dios ha reconciliado al hombre consigo mismo.

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*** Tenga en cuenta que no todos los prefacios aquí transcritos son de uso normativo. ***

Estos textos litúrgicos y bíblicos  han sido proporcionados con autorización
a partir de esta completísima página de lecturas en uso en la liturgia católica.

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