ROSARIO de las Semanas 20201125

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA GRACIA 2020/11/26 Educarnos en la alegría

No solo hay que tener la alegría cuando surge el bien, también hay que tener alegría cuando fallan los planes del malvado, cuando se destruye lo que nos destruye a todos, cuando se arruina lo que quería arruinarnos a todos.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

Conozcamos mejor las OMP – Obras Misionales Pontificas

“La Santa Sede publicó recientemente el nombramiento de nuevos miembros de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Entre los recién designados, está el P. José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP) de España. Nos hemos puesto en contacto con él y nos ha atendido muy amablemente. En este entrevista reflexiona sobre el nombramiento así como sobre la labor de las Obras Misionales Pontificias en nuestro país…”

Haz clic aquí!

LA BIBLIA – Día 329 de 365

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 329 de 365

Ezequiel 23–24
Eclesiástico 31,16-31
1 Juan 4

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

¿Habla la Biblia de un “demonio meridiano”?

Buen día Fray Nelson Medina. Hace unos días leí el libro “Los Ángeles y el Demonio del Mediodía” de Fray Armando Díaz, O.P. libro que se puede descargar gratuitamente en internet. El libro afirma la existencia de un demonio llamado “Del Mediodía” y justifica su existencia porque es por revelación divina, es decir, porque aparece en el texto bíblico: salmo 90, versículo 6. Se cita ese texto en latín que, supongo, fue extraído de la Vulgata: “Non timebis a timore nocturno; A sagitta volante in die, A negotio perambulante in tenebris et daemonio meridiano” La traducción la ofrece el mismo autor, que es la siguiente: “No temerás el temor nocturno ni la saeta que vuela de día ni la maquinación fraguada en las tinieblas ni el demonio meridiano”. En base a ese texto, el autor afirma la existencia de un demonio llamado así. En ésta pregunta que le planteo no viene al caso hablar en qué consiste el ataque de este demonio. Mi duda se centra en lo que dicen otras biblias en ese mismo versículo; he consultado la Biblia Latinoamericana y la Biblia de Navarra, que son las Biblias impresas que tengo en casa. También consulte la Biblia de Jerusalén y de Straubinger en internet y, por su acaso, también la Reina-Valera, (todas éstas en español) y ninguna traduce la última frase de ese versículo como “demonio meridiano” ni nada parecido, ni hace referencia a ningún demonio ni ser espiritual., por ejemplo, en la Biblia de Jerusalén dice: “No temerás el terror de la noche, ni la saeta que de día vuela, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía.” En otras Biblias en lugar de la palabra “azote” aparece “plaga”, pero nunca “demonio”. En la Straubinger dice: “…ni el estrago que en pleno día devasta” Lo que yo quiero saber es que dice el texto original (que, supongo, es en hebreo) y cuál es la traducción correcta, porque de eso depende la certeza o el error del autor del libro… ¿existe o no un demonio que se llama “demonio del mediodía”?. — F.A.H.

* * *

El texto “oficial” del Antiguo Testamento (AT), el que sirve de base a todas las traducciones que mencionas, es el de la “Biblia Hebrea”, lo cual es lógico porque el AT fue escrito en esa lengua.

Pero hay una traducción del AT al griego; una traducción que ya existía y era muy divulgada en tiempos de Cristo y de los apóstoles. Esa traducción se conoce la traducción “De los Setenta (LXX)” y su valor está sobre todo en que, dada la prevalencia del griego en el mundo del siglo I, muchísimos judíos y cristianos rezaron y reflexionaron a partir del texto de los LXX.

Si uno mira el texto hebreo y lo compara con esa traducción al griego, en no pocos casos hay diferencias notables, que no siempre son fáciles de explicar. Es lo que sucede con Salmo 91,6. El hebrero usa la palabra “mid-de-ber”, cuya traducción apropiada es “peste” o “pestilencia”; pero el texto griego (de los LXX) se aparta bastante y habla de cómo Dios liberará “apó symptómatos kai daimoníou mesembrínou.” Esta última expresión fue traducida al latín de la siguiente forma: “ab incursu et daemonio meridiano” que significa algo así como “de la invasión y del demonio del mediodía.”

Esa traducción (latina) a partir de los LXX fue la que quedó en la Vulgata y fue aquella con la que oraron millones de católicos. Lo cual explica que le sirva al autor que mencionas para hacer una reflexión sobre las múltiples dificultades que pueden encontrarse en la mitad de la vida o por el camino de la vida espiritual.