Valientes en la hora difícil

Esas medidas, que toman algunos gobiernos para asegurarse de la muerte de la fe en sus países, me recuerdan los sellos del Sanedrín en el Sepulcro de Jesús. -El, que no estaba sujeto a nada ni a nadie, a pesar de esas trabas, ¡resucitó!

La solución es amar. San Juan Apóstol escribe unas palabras que a mí me hieren mucho: «qui autem timet, non est perfectus in caritate». Yo lo traduzco así, casi al pie de la letra: el que tiene miedo, no sabe querer. -Luego tú, que tienes amor y sabes querer, ¡no puedes tener miedo a nada! -¡Adelante!

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