Acercarse a la Biblia, 1 de 6, El Tema

[Retiro con las Vírgenes Seglares Dominicas, en Julio de 2014.]

Tema 1 de 6: El tema

* Propósito general : familiarizarse, con la Biblia; pero también reconocernos como Familia de Dios.

* El acercamiento a la Biblia no es sólo intelectual sino con todo nuestro ser, como quien explora en los propios orígenes.

* La Biblia es una biblioteca de 73 “libros” de diversa extensión, distribuidos en dos “testamentos,” conocido como “antiguo” y “nuevo” testamento. Testamento viene del griego “diatheke” que indica un pacto o una disposición. En este contexto es bueno pensar los testamentos en términos de lo que es una “alianza.”

* La lista oficial de libros del Antiguo Testamento (AT) y del Nuevo Testamento (NT) se llama el “canon.” Otros libros cercanos por lengua o cultura pueden dar alguna información pero no tienen autoridad, no son revelación fundante. A veces se les llama “apócrifos”. Canónicamente son 46 libros para el AT y 27 para el NT.

* Es necesario estar en guardia con respecto a la información que venga de obras apócrifas. Por algo la Iglesia las ha rechazado. A menudo desprecian elementos esenciales del mensaje cristiano, como por ejemplo, la importancia de la carne de Cristo o de su manera cruenta de sufrir y morir.

* La pasividad de tantos católicos ante la manipulación de los textos bíblicos, como se da por ejemplo en el “Código de Da Vinci,” muestra el bajísimo espíritu de familia que tenemos ante los personajes, lugares y pasajes de la Biblia.

* En cuanto a los términos usados para los Testamentos, sería mejor referirse a las dos partes de la Biblia como la “Primera Alianza” y la “Alianza Definitiva,” Esta insistencia en la “alianza” indica cuál es el tema central de toda la Escritura: ¿Cómo se puede superar la distancia entre Dios y el hombre?

* ¿Cómo se vence el pecado? ¿Cómo ha vencido Dios el pecado? ¿Cómo viven os que han vencido el pecado? Tal es el centro del mensaje bíblico. Quien tenga esas inquietudes sabrá aproximarse a la Biblia. Quien no las tenga, o quien busque respuestas a otro tipo de preguntas, quedará decepcionado y confundido.

* Todo en la Biblia es secundario frente al tema central: cómo se avanza en la reconciliación y comunión entre Dios y el hombre.

Francisco de Xerez (1497-1565)

En 1514 llegó a Tierra Firme este sevillano en la expedición de Pedrarias Dávila, y allí fue uno de los primeros pobladores. Fue más tarde secretario de Francisco Pizarro y le acompañó como escribano en el descubrimiento y conquista del Perú. Su Verdadera Relación de la Conquista del Perú, aunque breve, es fuente imprescindible para el conocimiento de aquellos hechos. Transcribiendo largos parlamentos textuales de Pizarro, deja claros Xerez los principios que impulsaron aquellas acciones tan audaces: llevar a los indígenas al conocimiento de la santa fe católica, y sujetarlos al vasallaje del emperador Carlos.

Xerez narra con todo detalle, como testigo presencial, aquel drámatico encuentro de Cajamarca entre Pizarro y Atahualpa, y cuenta cómo lo primero que se trató fue de la fe cristiana. Y lo mismo refiere Diego de Trujillo (véase al final de la Relación de Xerez) en su mucho más breve Crónica, donde dice así: Estaba todavía Atahualpa en las andas en que le habían traído, cuando «con la lengua [el intérprete], salió a hablarle Fray Vicente de Valverde y procuró darle a entender al efecto que veníamos, y que por mandado del Papa, un hijo que tenía, Capitán de la cristiandad, que era el Emperador nuestro Señor. Y hablando con él palabras del Santo Evangelio, le dijo Atabalipa: “¿Quién dice eso?”. Y él respondió: “Dios lo dice”. Y Atabalipa dijo: “¿Cómo lo dice Dios?”. Y Fray Vicente le dijo: “Veslas aquí escritas”. Y entonces le mostró un breviario abierto, y Atabalipa se lo demandó y le arrojó después que le vio, como un tiro de herrón [disco de hierro, perforado, que se arrojaba en un juego] de allí, diciendo: “¡Ea, ea, no escape ninguno!”» (Xerez 110-112, 202)… Y allí fue la tremenda…

Esta primacía de la finalidad misionera, Xerez la resume, al terminar su Relación, en un poema dedicado al emperador, que dice así: «Aventurando sus vidas / han hecho lo no pensado / hallar lo nunca hallado / ganar tierras no sabidas / enriquecer vuestro estado: / Ganaros tantas partidas / de gentes antes no oídas / y también como se ha visto, / hacer convertirse a Cristo / tantas ánimas perdidas».

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.