Mensaje del Papa para la JMJ 2013

«Id y haced discípulos a todos los pueblos» (cf. Mt 28,19). Es el Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI a los jóvenes del mundo, con ocasión de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, Río de Janeiro 2013, que ofrecemos también en formato pdf, epub y mobi.

JMJ 2013

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ESCUCHA, El camino de las pequeñas comunidades

Algunos pensamientos centrales de esta predicación:

– Si la fe no renace, muere.

– La fe es más que entusiasmo.

– Despues de la tribulación, Dios hace renacer a su pueblo con la pequeña comunidad.

– La primera característica de la pequeña comunidad es la HUMILDAD, que se resume primero en esto: Yo no me apoyo en mi sino en Dios.

– La espiritualidad de la pequeña comunidad es la respuesta de Dios a la inconstancia humana.

– Decepcionarse del ser humano es a menudo un paso para nunca decepcionarse de Dios.

– Amamos a las personas sin ilusionarnos con las personas, solo Dios es nuestra ESPERANZA!

– Lo más bello de una pequeña comunidad es apasionarse por el Reino de Dios.

– Mi humildad debe ser mi pasión por el plan de Dios.

– Oración: Solo tu plan me apasiona, solo tu voluntad me mueve, solo tu reino me conquista.

– María es el rostro del pequeño resto y el modelo perenne de la pequeña comunidad.

– El nombre de María en el Cielo es la LLENA DE GRACIA. Pentecostés es la respuesta victoriosa de Dios.

– Hoy debo escoger si quiero SER FRUTO QUE PERMANECE o GENTE QUE DECEPCIONA!

Afan de Dios

Misionero. -Sueñas con ser misionero. Tienes vibraciones a lo Xavier: y quieres conquistar para Cristo un imperio. -¿El Japón, China, la India, Rusia…, los pueblos fríos del norte de Europa, o América, o Africa, o Australia? -Fomenta esos incendios en tu corazón, esas hambres de almas. Pero no me olvides que eres más misionero “obedeciendo”.

¡Qué afán ponen los hombres en sus asuntos terrenos!: ilusiones de honores, ambición de riquezas, preocupaciones de sensualidad. -Ellos y ellas, ricos y pobres, viejos y hombres maduros y jóvenes y aun niños: todos igual. -Cuando tú y yo pongamos el mismo afán en los asuntos de nuestra alma tendremos una fe viva y operativa: y no habrá obstáculo que no venzamos en nuestras empresas de apostolado.

Más pensamientos de San Josemaría.

Historia de una sonrisa

“Álvaro Marín Porgueres nació en Valladolid el 29 de junio de 1974. Era el quinto de seis hermanos. Cuando tenía 12 años le diagnosticaron un sarcoma de Ewing, contra el que luchó hasta el final de su vida. Sus padres le educaron cristianamente y en 1994 pidió la admisión como supernumerario del Opus Dei. En 2001 se casó con María. Su padre falleció en julio de 2011, a consecuencia de un cáncer. Su ejemplo fue de gran ayuda para Álvaro, que falleció el 2 de abril de 2012, bajo la mirada de una imagen de la Virgen Macarena, de la que había sido muy devoto…”

historia de una sonrisa

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Dia de Accion de Gracias, en doce pasos

Acción de Gracias

  1. Tener un celular no es todavía tener a quién llamar.
  2. Tener un perfil de Facebook no es todavía tener un perfil en la vida.
  3. Tener muchos seguidores en Twitter no significa todavía que sepas adónde vas.
  4. Tener mucha música a tu alrededor no quiere decir todavía que hayas alcanzado la armonía.
  5. Tener muchos artefactos no significa todavía que te sepas mejor que ellos.
  6. ¡Tener no resuelve el ser!
  7. Lo más precioso que tienes es que eres; lo más precioso en ti es ser.
  8. Y el ser lo recibiste. No lo hiciste. No lo compraste.
  9. Empezaste a ser recibiendo.
  10. Aprender a recibir es aprender a ser.
  11. Y aprender a recibir quiere decir: no empezar por exigir o quejarse, sino por conocer, escuchar y agradecer.
  12. Digamos juntos, entonces: ¡Gracias, Padre Dios, muchas gracias!

Cooperacion internacional en cuanto al crecimiento demografico

87. Es sobremanera necesaria la cooperación internacional en favor de aquellos pueblos que actualmente con harta frecuencia, aparte de otras muchas dificultades, se ven agobiados por la que proviene del rápido aumento de su población. Urge la necesidad de que, por medio de una plena e intensa cooperación de todos los países, pero especialmente de los más ricos, se halle el modo de disponer y de facilitar a toda la comunidad humana aquellos bienes que son necesarios para el sustento y para la conveniente educación del hombre. Son varios los países que podrían mejorar mucho sus condiciones de vida si pasaran, dotados de la conveniente enseñanza, de métodos agrícolas arcaicos al empleo de las nuevas técnicas, aplicándolas con la debida prudencia a sus condiciones particulares una vez que se haya establecido un mejor orden social y se haya distribuido más equitativamente la propiedad de las tierras.

Los gobiernos respectivos tienen derechos y obligaciones, en lo que toca a los problemas de su propia población, dentro de los límites de su específica competencia. Tales son, por ejemplo, la legislación social y la familiar, la emigración del campo a la ciudad, la información sobre la situación y necesidades del país. Como hoy la agitación que en torno a este problema sucede a los espíritus es tan intensa, es de desear que los católicos expertos en todas estas materias, particularmente en las universidades, continúen con intensidad los estudios comenzados y los desarrollen cada vez más.

Dado que muchos afirman que el crecimiento de la población mundial, o al menos el de algunos países, debe frenarse por todos los medios y con cualquier tipo de intervención de la autoridad pública, el Concilio exhorta a todos a que se prevenga frente a las soluciones, propuestas en privado o en público y a veces impuestas, que contradicen a la moral. Porque, conforme al inalienable derecho del hombre al matrimonio y a la procreación, la decisión sobre el número de hijos depende del recto juicio de los padres, y de ningún modo puede someterse al criterio de la autoridad pública. Y como el juicio de los padres requiere como presupuesto una conciencia rectamente formada, es de gran importancia que todos puedan cultivar una recta y auténticamente humana responsabilidad que tenga en cuanta la ley divina, consideradas las circunstancias de la realidad y de la época. Pero esto exige que se mejoren en todas partes las condiciones pedagógicas y sociales y sobre todo que se dé una formación religiosa o, al menos, una íntegra educación moral. Dése al hombre también conocimiento sabiamente cierto de los progresos científicos con el estudio de los métodos que pueden ayudar a los cónyuges en la determinación del número de hijos, métodos cuya seguridad haya sido bien comprobada y cuya concordancia con el orden moral esté demostrada.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 87]