Comunion y Comunidad, 04 de 10

Comunion y comunidad en Cristo. Retiro espiritual en el Monasterio de las Dominicas de Lerma. Tema 4 de 10: Origen de nuestra noción de individuo.

– Lo que puede parecer natural o incluso forzoso, en realidad tiene su origen. En una sociedad humana global de “naciones” lo común hoy es verse cada uno como un “individuo”. ¿De dónde surge esto?

– En el siglo XVI Lutero lanza la consigna: “mi Biblia y mi conciencia;”

– En el XVII, Descartes implanta la duda metódica como fundamento del conocimiento y traduce así el problema de la VERDAD al problema de la CERTEZA (del sujeto).

– En el XVIII, Kant invita a todos a “atreverse a pensar” con su propia cabeza. La Ilustración, de la que él se siente heraldo, difunde en Francia la idea del “ciudadano” cuyos derechos han de ser tutelados por el Estado; pero ahora este Estado es en sí mismo un aparato estatal anónimo y reemplazable.

– En el XIX, la Revolución Industrial mira al ser humano como simple engranaje de producción. Marx quiere que sea una herramienta de cambio social. En medio de estas dos tendencias lo humano es ahora minúsculo y enteramente negociable.

– En el XX, la Modernidad alabada por Kant hace crisis y muestra su rostro oscuro en la agresividad de las Guerras Mundiales, y en la devastación ecológica del planeta.

– Sartre entonces enseña a una generación desencantada que el ser humano no tiene “esencia” sino sólo “existencia.” En la práctica eso quiere decir que cada uno puede dar a su vida el significado que quiera pero no puede imponérselo a nadie. Es decir: cada uno es prisionero de su propia voluntad, nominalmente libre, y de su minúsculo universo de significado.

– Surge así la generación postmoderna que sólo cree en el instante, en la gratificación inmediata y en el micro-cosmos cálido de los amigos cercanísimos.

– Este mismo proceso, sin embargo, tiene facetas positivas: conciencia global, ecológica, primacía renovada del afecto, la lealtad y la amistad.