Me levanto hoy por una fuerza poderosa, la invocación a la
Trinidad, la creencia en la Trinidad, la confesión de la Unidad del Creador del
mundo.
Me levanto hoy por la fuerza del nacimiento de Cristo y de
su bautismo, por la fuerza de su resurrección y de su ascensión, por la fuerza
de su venida el día del juicio.
Me levanto hoy por la fuerza de Dios que me guía, por el
poder de Dios que me sostiene, por la inteligencia de Dios que me conduce, por
el ojo de Dios que mira delante de mí, por el oído de Dios que me escucha, por
la palabra de Dios que habla conmigo, por la mano de Dios que me guarda, por el
camino de Dios que me precede, por el escudo de Dios que me protege, por el
ejército de Dios que me salva de las redes del demonio, de las seducciones de
los vicio, de las inclinaciones de la naturaleza, de todos los hombres que me
desean el mal, de lejos y de cerca, en la soledad y en la multitud.
Cristo conmigo, Cristo ante mí, Cristo detrás de mí,
Cristo en mí, Cristo por debajo de mí, Cristo por encima de mí, Cristo a mi
derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo a lo ancho, Cristo a lo largo, Cristo a
lo alto.
Me levanto hoy por una fuerza poderosa, la invocación a la
Trinidad, la confesión de la Unidad del Creador del mundo.
En el Señor está la salvación, que tu salvación, Señor,
esté siempre con nosotros.¡Amén!