Padre
del cielo,
estamos
preocupados por nuestros hijos.
Por
la educación que debemos darles.
Nos
han dicho que debemos vivir cerca de ellos y,
también,
saber alejarnos a tiempo,
educarlos
con fortaleza y amarlos sin imposiciones.
Vemos
que se nos escapan, Señor,
y
por eso te los confiamos una vez más,
sin abdicar de nuestra misión de padres.
Nuestro
amor es nuestra fuerza,
por
eso nos mantenemos unidos los dos,
para que nuestros hijos vivan también unidos
y
sean semejantes a nosotros.
No
permitas que
se desvíen.
Escucha nuestros horizontes
a
fin de que sepamos darles espacio para vivir libres.
Que
por afán de ganárnoslos,
no
seamos cómplices de sus debilidades.
Te
lo pedimos a ti,
fuente
de todo amor,
que
vives y reinas por los siglos
de los siglos.
Amén
Lily Játiva