Oración DE UNA MUJER.
(para mujeres)
*Señor,
tú sabes mejor que yo, que estoy envejeciendo
y un día seré vieja.
*No permitas que me haga charlatana y sobre todo
adquiera el hábito de creer que tengo
que decir algo sobre cualquier tema, en toda ocasión.
*Libérame de las ansias de querer arreglar la vida de
los demás.
*Que sea pensativa pero no taciturna,
solícita pero no mandona.
*Con el vasto acopio de sabiduría que poseo, parece
una lástima no usarla toda, pero tú sabes, Señor,
que quiero que me queden algunos amigos al final.
*Mantén mi mente libre de la recitación de infinitos
detalles. Dame las alas para ir derecho al grano.
*Sella mis labios para que no hable de mis achaques y
dolores. Ellos van en aumento con el pasar
de los años, como también mi gusto por recitarlos.
*Pido la gracia de poder escuchar con paciencia el
relato de los males ajenos.
*Enséñame la gloriosa lección de que, a veces, es
posible que esté equivocada.
*Mantén en mí una razonable dulzura. No quiero ser
santa. Es difícil convivir con algunas de ellas;
pero una vieja amargada es una de las obras supremas
del diablo.
*Ayúdame a extraer de la vida toda la diversión posible.
Nos rodean tantas cosas divertidas,
que
no quiero perderme ninguna.
Amén.
Oración de
una monja, del siglo XVII