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Una Mirada
a la Casa «Fr. José de
Calazans Vela, O.P.»
1.
Antecedentes y Datos Básicos
5.
Tareas, Perspectivas y Agradecimientos
El proyecto de esta fundación se gesta básicamente durante el periodo provincial de Fr. Tito Murcia (1994-1998), como respuesta a una realidad socioeclesial que progresivamente devela la creciente importancia de los Llanos Orientales para el futuro de Colombia y de nuestra presencia evangelizadora en este país.
La Casa fue declarada por el Capítulo Provincial 1998 (Cf Actas Nº 32). Fundada el 2 de febrero de 2001. Erigida por el Maestro de la Orden, Fr. Timothy Radcliffe, el 17 de Marzo de 2001. Se ha obtenido ya la Personería Eclesiástica, como camino y requisito previo a la obtención del NIT.
Ha tenido como único Superior a Fr. Nelson Medina Ferrer. Están asignados a ella Fr. Omar Alberto Sánchez Cubillos y Fr. Ernesto José Mora Arias. Fr. Alfonso de Jesús Cely Perilla (ahora en el Convento Enrique Lacordaire de Medellín), quien recibió la ordenación sacerdotal el 4 de Noviembre de 2001, fue cofundador de esta Casa, con Fr. Omar y conmigo. Vivimos en arriendo en domicilio ubicado en la Cra 42 # 33-07, Barrio Barzal.
El transporte hacia otras localidades del Meta o hacia la capital de la República es sustancialmente bueno, aunque relativamente costoso y con un grado sensible de riesgo por las características del conflicto que vive el país después de la desaparición de la llamada Zona de Despeje. Los Frentes 53 y 54 de las FARC han tenido incursiones semanales en la carretera que une a Villavicencio con Bogotá.
El calificativo típico de Villavicencio es acertado: "Puerta del Llano". Lugar de encuentro, lugar de comercio, lugar de conflicto. Gozne entre una Colombia olvidada, pero utilizada y necesaria, y los centros de poder, que parecieran apenas estar descubriendo con estupor la serie de distancias de todo género que separan a Bogotá de todo este otro mundo, "a sólo 90 minutos".
En el Llano
y en la selva se ha hecho fuerte una presencia insurgente de gran complejidad
interna y tormentosa historia: la guerrilla. Y allí también, con no menos
complejidad y penumbra, se han consolidado fuerzas paramilitares o también experimentos políticos, como la
recientemente extinta Zona de Despeje.
El
secuestro, el boleteo y la autodefensa han entrado en la cultura llanera sin
mayores discusiones teóricas o éticas. Una presencia estatal disminuida y una
riqueza natural desbordante hacen débil de oído a la mente por estas regiones,
que no aman la especulación sino la praxis, y que por sus antecedentes son más
bien proclives a la superstición o al uso inmediatista de la religión en
general.
No hay
escasez de clero, pero sí una multiplicación de modelos pastorales y de modos
de entender el sacerdocio, que van desde lo místico hasta lo procaz; desde los
varios Doctores en Teología hasta la dejadez; desde el testimonio abnegado
hasta el escándalo. Esta falta de homogeneidad parece estar ligada al estilo
muy paternal de Mons. Alfonso Cabezas, a quien todos recuerdan con cariño,
aunque quizá por muy diversas razones. Actualmente algunas de estas situaciones
de presbiterio hacen crisis ante los propósitos organizativos y pastorales de
quien administra la diócesis, Mons. Octavio Ruiz.
Tierra feraz para la agricultura y la ganadería, este llano lo es también para todo genero de iniciativas, entre las que se cuenta un número significativo de nuevas fundaciones religiosas. Al amparo de un deseo muy grande servicio, de un carisma personal avasallante o de un misticismo ambiguo, estas fundaciones están en lo que podríamos llamar una "segunda fase". Su aporte generoso y entusiasta entra a veces en conflicto con las tensiones y deficiencias de su particular organización interna. A través de Fr. Omar A. Sánchez, nuestra Orden ha hecho una contribución específica de la que podemos sentirnos orgullosos, porque, sin pretensiones de "apagar el Espíritu" se ha podido brindar una guía que el Obispo ha recibido con gozo y gratitud.
En punto a vida
fraterna, hemos sido bendecidos con la gracia de entendernos bien, sin que
falte el buen humor y la alegría de encontrarnos. Los tiempos de compartir
espontáneo y algunas salidas comunitarias se han dado con naturalidad para bien
y goce de todos. No hemos tenido vacaciones compartidas ni un retiro anual
todavía.
Nos hace
falta un oratorio (se reciben donaciones apropiadas): la oración comunitaria, antes
francamente deficiente, ha mejorado mucho, especialmente por el testimonio y
motivación del P. Mora. De todos modos, en esto nos hemos examinado y estamos
trabajando a la vez en la constitución de ese "lugar" físico y de ese
"lugar" que la plegaria común ha de conservar en nuestras agendas y
prioridades.
Fr. Omar
Alberto es Vicario
de la Casa y Secretario del Capítulo. Ha sido Profesor del CER (Centro de
Estudios Religiosos, que aglutina formandos de las distintas Comunidades
Religiosas) y ahora vocal de la Junta Directiva de la CRC. Director del Centro
Regional de la USTA en Villavicencio. Colaborador en la implementación del
nuevo Plan Pastoral de la Diócesis (Planeación Pastoral Participativa),
como Coordinador de la Comisión de Doctrina. Fr. Omar igualmente preside la
Comisión de Revisión para las Nuevas Formas de Vida Apostólica en la Diócesis.
Fr.
Ernesto José ha
desplegado pronta y diligentemente sus reconocidas capacidades apostólicas en
punto a la misión, la predicación del Rosario en Familia y la administración
del sacramento de la reconciliación.
Fr.
Nelson Alfonso es
Profesor del Studium Generale (este año con la asignatura de Griego Bíblico).
Fundador del Grupo Laical "Oración y Palabra" de Villavicencio, en el
que ha también han colaborado en su momento tanto Fr. Omar como Fr. Ernesto
José. Dirige una Comunidad Virtual en Internet (http://groups.yahoo.com/group/fraynelson)
con más de 250 personas de más de veinte países. También en Internet ha
implementado un servicio de predicación diaria de viva voz (http://fraynelson.com/homilias.html).
Todos hemos
colaborado con el ministerio de la predicación en nuestra parroquia propia (El
Templete) así como con la predicación de retiros a seminaristas, religiosos,
religiosas y laicos. Algunos sacerdotes han sido atendidos en confesión y/o
dirección espiritual.
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El
proceso de inserción en la diócesis ha avanzado bien, gracias especialmente a
los servicios que Fr. Omar ha podido prestar. Faltan, sin embargo, otras
instancias de comunicación y comunión con el presbiterio, las Comunidades y los
laicos.
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Tenemos
claro que no se trata de aceptar parroquias ni, en general, el
ministerio de presidir una comunidad, ni parcial ni temporalmente (fines de
semana, semanas enteras, etc.).
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Nuestra
propuesta ha caminado más por la constitución de instancias de servicio en la
dimensión de Formación Permanente en la diócesis ("Tertulias
Teológicas"), Cursos propuestos por nosotros a los religiosos (ya
se ha iniciado un esquema concreto de Formación en la Predicación), y
propuestas formativo-misioneras con laicos.
·
Esto
supuesto, y a pesar de la candente situación terrorista y de conflicto armado,
hay que estudiar propuestas de servicio de predicación "llano
adentro". En los tiempos litúrgicos "fuertes" tanto Fr. Alfonso
como Fr. Omar y Fr. Ernesto han prestado excelentes servicios en colaboración
con el Vicariato de Puerto Gaitán.
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En
otra línea, y a la vista de la proporción más que notable de población juvenil
y estudiantil, habría que pensar en el mediano-largo plazo la posibilidad de un
colegio y/o sede presencial de la USTA. Hay condiciones que están dadas y que
no necesariamente riñen con la búsqueda de implementación de otros servicios de
predicación "stricto sensu".
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Mientras
ello llega, hay un campo cultural y de evangelización amplísimo a través de la
actual labor de la USTA. Una labor que no se limita a lo administrativo en una
oficina de Villavicencio, sino que se extiende a deseos y proyectos de
presencia ocasional pero significativa en puntos del Vichada, Guaviare, La
Macarena, y muchos otros. Esto, unido al deseo de ofrecer en sentido amplio un
"bienestar universitario" que cobije lo lúdico, cultural y
espiritual, significa mucho tiempo, organización y audacia.
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No nos
resta sino agradecer a Dios, al Provincial con su Consejo y al Síndico de
Provincia, entre tantos que nos han asistido y ayudado con su oración,
fraternidad y soporte económico.
Fr. Nelson Medina F., O.P.,
Superior
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