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Las drogas legales causan 30 veces más muertes que las prohibidas
Un informe de la OMS revela que el tabaco y el alcohol causan el
12 por ciento de los fallecimientos. Las ilegales, el 0,4.
Por
Emilio de Benito *
Desde Madrid
Alrededor de 205 millones de personas de todo el mundo
consumen algún tipo de droga ilegal, según un informe de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) publicado días atrás. Pero su efecto en las
condiciones de salud, reflejadas tanto en mortalidad como en años de vida
perdida por incapacidad, es mucho menor que el de las sustancias legales:
tabaco y alcohol. De acuerdo con el trabajo Neurociencia del uso y abuso de
las sustancias psicoactivas, un 12 por ciento de los fallecimientos que
suceden cada año se debe a las drogas autorizadas (el 8,8 por ciento al
tabaco y el 3,2 por ciento al alcohol), frente a un 0,4 por ciento debido a
las sustancias ilegales: cannabis, anfetaminas (incluido el éxtasis), cocaína
y opioides.
El impacto del tabaco es mayor entre los hombres y las
mujeres de los países más ricos (causa el 26,3 por ciento y el 9,3 por ciento
de las muertes, respectivamente). En los llamados países en desarrollo de
baja mortalidad (el este de Europa y la mayoría de Sudamérica y los tigres
del sudeste asiático), este porcentaje es del 12,2 por ciento para hombres y
del 2,9 entre las mujeres. En los más pobres, las tasas son del 7,5 y el 1,5
por ciento, respectivamente.
Con respecto a la pérdida de años de vida y discapacidad,
el tabaco ocupa el cuarto lugar del mundo, seguido del alcohol, que es el
quinto. Las dos drogas legales producen una pérdida del 8,1 por ciento de
años; las sustancias ilegales, la décima parte (0,8 por ciento).
Según los niveles de desarrollo, el efecto en años de
vida perdidos también es mayor en los países ricos (un 17,1 por ciento entre
los hombres y un 6,2 entre las mujeres). El informe destaca que entre los
varones de los países más desarrollados, las drogas ilegales son causa del
2,3 por ciento de las discapacidades, una tasa superior al efecto de las
drogas legales en las mujeres de los países en desarrollo, tanto las de países
con baja mortalidad (un 1,3 por ciento debido al tabaco y un 2 por ciento al
alcohol) como en los más pobres (el 0,6 y el 0,5 por ciento para cada una de
las dos sustancias legales).
El estudio, aparte de recoger los datos estadísticos,
señala que “la dependencia de una sustancia es un trastorno mental similar al
de cualquier otra enfermedad neurológica o psiquiátrica”, y que, por lo
tanto, debe ser tratable farmacológicamente.
Esta conclusión se basa en el desarrollo de nuevas
técnicas médicas de imagen, como la resonancia magnética del cerebro, que
permite observar los cambios en el organismo y, sobre todo, el funcionamiento
de los llamados neurotransmisores (las moléculas que llevan los impulsos
entre las neuronas).
La OMS establece una serie de criterios para determinar
que existe adicción. Según el informe, deben darse al menos tres de los
siguientes criterios para que se dé esa dependencia:
- Deseo. Que exista un fuerte deseo (o deseo compulsivo)
de tomar esas sustancias.
- Control. Que haya dificultades en controlar o limitar
los niveles o el tiempo de consumo.
- Efectos. Que haya efectos destacados cuando se elimina
el consumo, como que aparezca alguna forma del llamado síndrome de
abstinencia, o que se recurra a otra sustancia similar para evitarlo.
- Dosis. Que aparezca tolerancia, esto es, que el adicto
necesite dosis mayores para conseguir los mismos efectos.
- Obsesión. Que se vayan abandonando progresivamente el
resto de los placeres o intereses y se dedique cada vez más tiempo en
conseguir las drogas (sean éstas legales o no).
- Reincidencia. Continuar con el consumo a pesar de que
aparezcan evidencias claras de su efecto dañino en el hígado en el caso de
bebedores, o si aparecen síntomas de depresión o problemas mentales.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12
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