Hermano, no te rindas
No
te rindas, aún estás a tiempo
de abrazar la vida y comenzar de nuevo,
aceptar tu sombra,
liberar el lastre y retomar el vuelo.
No
te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
abrir las esclusas, destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No
te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque yo te quiero,
porque existe el vino y el amor es cierto,
porque no hay herida que no cure el tiempo.
Abrir
las puertas, quitar los cerrojos,
bajar el puente y cruzar el foso,
abandonar las murallas que te protegieron,
volver a la vida y aceptar el reto.
Recuperar
la risa, ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida, remontar los cielos.
No
te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque ésta es la hora y el mejor momento,
porque tienes alas y puedes hacerlo,
porque no estás solo y porque yo te quiero.